«¿En serio abre el metro el día 30?»

Durante las cinco sesiones abiertas al público previas a la inauguración, los visitantes se están quedando con las ganas de montarse en los vagones. O al menos de llegar hasta los andenes y no tener que conformarse con acceder al vestíbulo de entrada para ver cómo funcionan las máquinas expendedoras. En la visita, los trabajadores facilitaron a los asistentes una guía de uso del metro, el reglamento de regulación del servicio y una tarjeta monedero exclusiva con motivo de la efeméride. Y fue tal el éxito, que en algunas de las estaciones se quedaron sin tarjetas en apenas unas horas. «Hemos tenido un aluvión de visitantes y nos han dejado sin tarjetas», se excusaba una de las operarias en la estación de La Luz-La Paz poco antes de las 12.00 horas.

La inauguración más esperada

Juan Manuel Santamaría, uno de los primeros visitantes, se mostró sorprendido por la amplitud de los espacios, pero algo decepcionado por no poder ver los vagones de cerca. Era la primera vez que accedía al interior del recinto y disfrutó de la visita. «Me lo esperaba más pequeño, porque desde la calle no se observa todo el espacio que hay dentro. Este joven, que espera regresar el primer día de funcionamiento, cree que se ha retrasado en exceso, aunque espera que la inauguración «va a ser un momento único que nadie se puede perder».

Las personas encargadas de mostrar el vestíbulo y las máquinas en las que se recargan los billetes explicaron que las principales dudas estuvieron relacionadas con la compra de los títulos de transporte y qué tenían que hacer cuando el metro llegara al final del trayecto. «Los jubilados también se interesan mucho por los descuentos para las personas de la tercera edad y para los estudiantes, aunque de momento no hay ninguna», dijo uno de ellos.

Los visitantes también quisieron saber cómo deberán hacer para subirse a partir de ahora en el metro y las diferentes posibilidades de recarga. Julio Robles, usuario habitual del transporte público, consideró que las máquinas son muy intuitivas y permitirán utilizarlas a todo el mundo. «Creo que son muy fáciles de utilizar y que nadie va a tener problemas», dijo. Aunque más que las pruebas, este vecino de La Luz espera que se ponga ya en marcha «y que las pruebas den paso a los vagones llenos». Un deseo compartido por todos.