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Amigos y compañeros de Francisco Díaz Jiménez, abatidos en el funeral

La Policía Nacional, de luto en Málaga

Abrazados y rotos. Acababa de terminar la misa que había oficiado el obispo de Málaga, Jesús Catalá, y ya no había consuelo para los compañeros de Francisco, que se vinieron abajo. Tocaba decir adiós a un colega, a un amigo. Tocaba marchar a Mijas para despedirle

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Jueves, 22 de mayo 2014, 17:16

Abrazados y rotos. Acababa de terminar la misa que había oficiado el obispo de Málaga, Jesús Catalá, y ya no había consuelo para los compañeros ... de Francisco, que se vinieron abajo. Tocaba decir adiós a un colega, a un amigo. Tocaba marchar a Mijas para despedirle. Frente a ellos, la familia y numerosas personalidades de la política, las instituciones y la sociedad malagueña. Aplausos al salir el féretro. Una multitud fuera de la Comisaría: lágrimas y murmullos. Apenas 24 horas antes Francisco Díaz Jiménez, ocho años en el Cuerpo y una niña de cuatro años, perdía la vida en calle Frigiliana, en la Carretera de Cádiz, apuñalado por un mendigo de nacionalidad alemana. Bastante violento, rezaba su ficha policial. Posibles problemas psiquátricos, ponía también esa reseña que seguro que Francisco leyó en algún momento. Stephan, detenido por su muerte, era un viejo conocido: le pegó un puñetazo a un Policía Local el pasado marzo y hace tres años fue condenado por golpear con una botella a otro agente.

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