Los profesores de la escuela de música defienden su labor docente

Se refieren a las mejoras docentes: «Hemos incrementado el número de profesores y especialidades, creado una orquesta y coro, además de una Big Band y nuevos combos», prosiguen en el documento, al que ha tenido acceso SUR y al que se adscriben un total de diecisiete profesores, con nombre, apellido y número del documento de identidad. Para reforzar sus argumentos, apuntan al «informe favorable de la Junta de Andalucía», obtenido por la «contribución al desarrollo socio cultural comunitario en el municipio».

De hecho, los integrantes del cuerpo docente de la escuela hacen referencia a la posibilidad de evolucionar en la catalogación del centro docente: «Actualmente la plantilla de profesores con la que cuenta la EMMAT es más que suficiente para que la Junta de Andalucía pueda aprobar la solicitud cursada el 23 de junio de 2016 para convertir la escuela en Conservatorio Municipal de Música». Según el director, Pablo García, «las quejas vienen por unas circunstancias muy concretas». La principal persona que critica el funcionamiento del centro es «un profesor al que se le dijo que íbamos a incorporar a otra persona titulada para homologar la asignatura que él cursaba». Según García, este antiguo docente «no aceptó bien la noticia», y ahora quiere «dañar la imagen del centro».

A pesar de todo, García quiere «centrarse en la docencia, sin entrar en política». Fuentes del equipo de gobierno aseguran que se hace «un uso político» de la gestión de la escuela. Por su parte, Micaela García, portavoz del grupo municipal del PSOE en Alhaurín de la Torre, ha instado varias veces al alcalde a «que se abra una investigación en la gestión de la Escuela de Música a raíz de una denuncia de los padres que aseguraban que se estaban enviando recibos por importe superior a lo publicado y aprobado por el Ayuntamiento». García atribuye estos fallos a un «error de comunicación» con la entidad bancaria encargada de tramitar los recibos, «algo que se solucionó en su momento, devolviendo los recibos mal gestionados o abonando el dinero que se pagó de más». Sin embargo, Micaela García aseguró a SUR que «todavía no han recibido ningún informe» sobre dicha rectificación.

Las quejas del grupo municipal del PSOE van más lejos: «Nosotros no queríamos que se privatizara la escuela, y mucho menos que la empresa gestionada por la mujer del director fuera la que ganara la licitación». En cuanto a este asunto, Pablo García apunta que «se trata de una situación totalmente legal, generada a través de un proceso público y transparente». Sin embargo, Micaela García considera que «se está haciendo un uso indebido de las instalaciones públicas», cuestionando «la moralidad» de dicha situación.

Pablo García insiste en que los progresos de la escuela son «evidentes», rozando ya los 400 alumnos. Sin embargo, SUR tuvo acceso a un documento firmado por unos sesenta padres de alumnos y antiguos alumnos del centro que, en enero de 2016, exigían soluciones ante los «constantes cambios de profesorado», que afectaban al aprendizaje de los estudiantes. Desde la escuela consideran que ese problema está resuelto, y que el rumbo del centro va dirigido hacia su crecimiento continuado y sostenido.