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Fernando Alonso, tras el accidente.
Alonso gasta una de sus vidas
GP DE AUSTRALIA

Alonso gasta una de sus vidas

El español sale ileso de uno de los accidentes más violentos de su carrera deportiva

david sánchez de castro

Domingo, 20 de marzo 2016, 00:39

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Eran poco más de las 06:30 horas de la mañana. Los supervivientes que siguen viendo la Fórmula 1 en España habían madrugado para ver la primera carrera de la temporada 2016, pese a que sabían que lo más probable era que ganara un Mercedes, con otro detrás y probablemente un Ferrari completando el podio. Ahí no estaba el interés, sino más atrás. La mayoría esperaba presenciar a Fernando Alonso en pista luchando por los puntos, sin verle sufrir como en 2015 por llevar hasta la meta un hierro con ruedas. Y hasta la vuelta 18 así fue.

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En ese momento, las legañas se cayeron de golpe y todo el mundo contuvo la respiración: había un McLaren desguazado, boca abajo y humeante al fondo de la escapatoria de la curva tres del circuito de Australia. Ahí donde otros muchos habían visto pasar su vida en un instante, como Michael Schumacher en 2001 o Martin Brundle en 1996, estaba tirado el coche de Fernando Alonso. Pronto respiraron todos: Fernando Alonso salía por su propio pie. El MP4-31, siniestro total, demostró que los sistemas de seguridad de la Fórmula 1 van mucho más allá de los cinturones y, pese a la violencia del choque, uno de los más espectaculares de la trayectoria deportiva del piloto asturiano, salió con un pie dolorido y poco más. A unos pocos metros, vio el Haas de Esteban Gutiérrez parado, con el piloto mexicano corriendo hacia él muy asustado por lo que podía haber pasado y, por suerte, no pasó.

La secuencia del accidente fue muy rápida. Alonso venía detrás de Gutiérrez en condiciones de adelantarle. El mexicano vio la sombra negra del McLaren en su retrovisor cuando iban a enfilar la curva tres del trazado australiano, frenó y se echó a la izquierda para abrirle la puerta de la trazada buena. Sabía que llegaba en mejores condiciones de neumáticos y que estorbarle era inútil e innecesario. Sin embargo, Alonso se dio cuenta tarde: cuando Gutiérrez se echó a un lado, al español no le dio tiempo a esquivarlo. La consecuencia fue que salió disparado hacia el lateral, cuyo consecuente impacto le catapultó por los aires. Dos vueltas y media de campana después, estaba reptando por la arena de la puzolana para tranquilizar lo antes posible a sus familiares que lo estaban viendo por televisión. Lo que pudo ser una tragedia, se convirtió en un mero susto y una bandera roja.

Alonso perdió la oportunidad de comenzar la temporada 2016 puntuando, pero ganó mucho más, como contaba en su cuenta de Instagram tras la carrera: «Soy consciente de que hoy he gastado una de las vidas que me quedaban». Las imágenes le dan toda la razón.

La suerte sonríe a Rosberg

La consecuente bandera roja provocada por el incidente fue uno de los varios factores que permitió a Nico Rosberg empezar el año como lo había acabado: ganando. Al alemán ya le salió de cara la salida. Sorprendentemente, su compañero Lewis Hamilton hizo una de las peores arrancadas que se le recuerdan, y se vio superado pronto no sólo por el propio Rosberg, sino también por los Ferrari de Sebastian Vettel y Kimi Räikkönen, además de otros pilotos.

El tetracampeón de rojo tomó las riendas de la carrera, y todo apuntaba a que iba a tener una victoria relativamente fácil si se comportaba con normalidad. Nada más lejos de la realidad. La bandera roja frustró todos los planes de la escudería italiana, y mientras sus rivales decidían colocar neumáticos medios -prácticamente inéditos el resto del fin de semana- para tirar hasta el final de la carrera, ellos apostaron por usar un nuevo juego de blandos. El resultado final demostró que tenían razón, entre otros, en Mercedes, y montar las ruedas con la banda blanca les permitió dar la vuelta a la situación y sumar un nuevo doblete, esta vez con Nico Rosberg por delante de Lewis Hamilton. Vettel, además, sufrió un problema en una de sus paradas en boxes, por lo que sus opciones de victoria se quemaron como una cerilla o como el turbo de su compañero.

Kimi Räikkönen abandonó por una avería en su Ferrari, llamarada incluida por la toma de aire. El tercer puesto de Vettel -que incluso se permitió el lujo de una excursión por la escapatoria al final de la carrera- sabe a poco para una Ferrari que ya ha enseñado los dientes.

Dentellada de Verstappen a Sainz

Por detrás, la emoción la pusieron los Toro Rosso. El equipo de Faenza volvió a vivir una escaramuza entre sus dos pilotos, esta vez causada por el tormentoso temperamento de Verstappen. El holandés se vio obligado a remontar desde atrás por la bandera roja del accidente de Alonso y Gutiérrez, y eso no le sentó nada bien.

Cuando se encontró en pista con su compañero Carlos Sainz, que estaba peleando con Palmer primero y Bottas después, no dudó en exigir que le dejaran pasar. «¡Se nos van a ir los de delante! No me dejáis pasarle. ¡Esto es una puta broma!», dijo por radio. Minutos después, en su afán por ganarle la posición al piloto español, le dio un toque (que llegó a levantar el monoplaza de Sainz) y no le provocó un pinchazo por pura fortuna. Al final, el noveno y el décimo puesto sabe a muy poco para Toro Rosso, que aspira a pelear por la zona templada de la clasificación.

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