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Pyatov detiene un penalti a Cesc.
Tributo a Cesc en presencia de 'Mou'
Eurocopa 2016

Tributo a Cesc en presencia de 'Mou'

El catalán celebró como capitán de un ejército inexperto pero valioso y muy profesional sus 100 partidos con España

Ignacio Tylko

Lunes, 12 de octubre 2015, 22:30

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Avanzó que habría numerosos cambios en el combinado español por el bien de los clubes, la salud de los jugadores y la buena conveniencia en el vestuario, pero Vicente del Bosque no reveló la titularidad de Cesc Fàbregas. «Es uno de los jugadores importantes y estamos muy contentos de que cumpla 100 partidos con España. Si no lo hace ante Ucrania, lo hará ante Inglaterra, en el Rico Pérez de Alicante», explicó, sin ofrecer más detalles, el técnico salmantino. Encontró al final sobrados motivos para premiar al jugador catalán del Chelsea, aunque entrañaba riesgo enfrentarse a esta impetuosa Ucrania que se jugaba la clasificación para la Eurocopa.

En presencia de José Mourinho, entusiasmado con Yarmolenko como futurible fichaje blue, homenaje a Cesc. Fue el único de los titulares que repitió con respecto al equipo que salió de inicio en la inolvidable final del 1 de julio 2012, donde España conquistó su tercera Eurocopa, aniquiló a Italia (4-0) y completó quizá la mayor exhibición de su historia. «Ése fue nuestro mejor partido», insistió en la previa Del Bosque, emocionado por regresar a un templo tan venerado como el Olímpico de Kiev.

Cesc, clave en la historia de la mejor España, no siempre se ha sentido un jugador fundamental porque, entre otras razones, jamás fue de los titulares indiscutibles. Pero, ya con Luis Aragonés, agrandó la leyenda de la magnífica selección del falso 9 o ariete escondido. Fàbregas ha ingresado en el top ten de estrellas con más entorchados. Sólo le superan ya Iker Casillas, Xavi Hernández, Sergio Ramos, Zubizarreta, Xabi Alonso, Fernando Torres, Iniesta, Raúl y Puyol. Sólo con citarlos rebrotan emociones, recuerdos imborrables y anécdotas irrepetibles.

Cesc ejerció, además, como capitán de un equipo experimental que dio el callo y respondió en un examen peliagudo. Debutaron Etxeita y Mario Gaspar, autor de un gol que jamás olvidará, y entre todos los titulares, a excepción del exazulgrana, sumaron 47 comparecencias con la absoluta. Con los deberes hechos una jornada antes, lo que siempre evita nervios, sofocos e inquietudes, pero con un rival necesitado y en un marco imponente, era una ocasión magnífica para que Del Bosque midiera el nivel de hombres menos utilizados, con el reaparecido Thiago Alcántara a la cabeza.

La mirada fija

La presencia de Fábregas y su centenario, dejó el borrón de ese penalti fallado. Se lo hicieron a él, tras gran combinación con Nolito, cogió el balón y no pareció vacilar. Miró fijamente a Pyatov, hizo una paradiña, golpeó con la derecha y volvió a fallar, como le ocurrió en los tres anteriores que lanzó en juego con la selección. Empero, marcó el decisivo en la tanda ante Italia en cuartos de la Eurocopa 2008, que supuso un punto de inflexión en el devenir de La Roja, y también acertó en la tanda ante Portugal cuatro años después.

El centenario de Cesc y el seguimiento de su actuación dejaron en un segundo plano otros aspectos significativos. Juan Mata debió llevarse un buen disgusto cuando se vio fuera del equipo titular. No porque no esté acostumbrado sino porque, a través de lo que pudo leer o escuchar en los medios de comunicación, quizá se convenció de que iba a jugar y, sobre todo, lucir el brazalete de capitán. Chasco para el asturiano, que redondeó aquella goleada mágica ante los azzurri. No es mal consuelo tampoco, disfrutar de la jefatura cerca de media hora, cuando ya su amigo De Gea era la figura.

A todos aquellos convencidos de que el mesurado Del Bosque hace encaje de bolillos en sus convocatorias y alineaciones para evitar conflictos, el seleccionador les dio anoche un argumento más. Si ante Luxemburgo no jugó ningún futbolista del Real Madrid, lo que justificó con el claro argumento de que Casillas está en el Oporto, Morata en la Juventus y Sergio Ramos y Carvajal, lesionados, frente a Ucrania dejó fuera del equipo titular a todos los integrantes del Barça.

Hay que remontarse diez años, hasta un duelo ante San Marino en la clasificación para el Mundial de Alemania 2006, para encontrar una selección sin culés. Eran tiempos de Luis Aragonés, del que no se discutía su fuerte personalidad porque no se casaba con nadie. Nadie se borró en el día de la Hispanidad. Hasta el punto de que Piqué estaba tocado y prefirió subirse al avión para tan largo e inútil viaje que dar pábulo a los malpensados.

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