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Luis Enrique.
Ramos cercena la reacción del Barça
jornada 14

Ramos cercena la reacción del Barça

jesús ballesteros

Sábado, 3 de diciembre 2016, 01:27

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Hasta 39 partidos oficiales consecutivos encadenaba el Barça de Luis Enrique sin conocer la derrota hasta que el pasado 2 de abril perdió ante el Real Madrid de Zidane en el Camp Nou. Aquel 1-2 no le bastó al conjunto blanco para arrebatar el título de Liga al azulgrana, pero sí le creó muchas dudas. Tantas que acabó siendo campeón por los pelos tras varios tropiezos, quedó eliminado por el Atlético en cuartos de final de la pasada Liga de Campeones y conquistó la Copa con mucho sufrimiento en la prórroga. Podría decirse que la irregularidad actual todavía es una secuela de aquel golpe inesperado. Ahora es el Real Madrid el que llega al clásico con una serie de 32 partidos oficiales invicto y el Barça no sólo quiere devolverle la moneda por orgullo y rivalidad deportiva. También lo necesita porque se encuentra a seis puntos en la clasificación y en caso de victoria se quedaría a tres y volvería a depender de sí mismo. Y quién sabe si le transmitiría aquellas dudas. Pero si pierde, a 9 puntos de la cabeza, posiblemente adelantado por Sevilla y Atlético, la situación sería más que preocupante.

Queda claro que el Barça se juega más. Lo reconocen hasta los protagonistas que han hablado esta semana. Está pagando muy caros sus dos tropiezos seguidos ante el Málaga en el Camp Nou (0-0) y Real Sociedad, en Anoeta, aunque ese 1-1 fue un mal menor en un partido en el que Luis Enrique confesó que fue «un milagro» no perder. Pese a que jugaron suplentes y canteranos, el 1-1 copero frente al Hércules no ha ayudado a crear el clima ideal. La pérdida de confianza en el cambio de juego que lideró el técnico asturiano a su llegada al banquillo es evidente. Rakitic y Busquets, dos jugadores esenciales en los éxitos de las dos temporadas anteriores, sufren como nunca con el balón en los pies y hasta Ter Stegen está optando por el pase largo en contra de la orden de tocar desde atrás, en paralelo a la línea de fondo si es necesario, para atraer a los rivales y encontrar espacios para Messi, Luis Suárez y Neymar. Los refuerzos, alabados en verano por su juventud, calidad y proyección, son considerados ahora inmaduros e Iniesta se ha convertido en la gran esperanza.

El centrocampista de Fuentealbilla ha recibido el alta médica tras la lesión de rodilla que sufrió en Valencia hace seis semanas y jugará de inicio salvo sorpresa, así de golpe, porque Luis Enrique le necesita. Denis Suárez, André Gomes, Rafinha y Arda Turan han suspendido las oposiciones a su plaza. La única baja será el defensa francés Mathieu, porque Piqué y Jordi Alba, aunque doloridos por golpes, no se lo perderán por nada del mundo. Y la única duda está en el centro de la defensa: la experiencia y gran rendimiento de Mascherano en este tipo de partidos o la juventud y el enigma de su comportamiento en un clásico del fichaje que más ha convencido, Umtiti.

Tampoco es que el Real Madrid esté desarrollando un gran fútbol. El Sporting no le empató en la pasada jornada en el Bernabéu porque Cop tembló al lanzar un penalti y su racha de 32 partidos invicto puede ser engañosa porque ha evitado recientes derrotas, especialmente en Europa, gracias a reacciones con más corazón que cabeza. Sí llega avalado por el rotundo 0-3 en el Vicente Calderón, un partido en el que mostró unas virtudes que intentará explotar ante el Barça: intensidad, concentración, pegada de Cristiano Ronaldo. Parece llegar en mejor forma física, en concreto en el centro del campo. Y con más flor: el Madrid sigue necesitando muy poco para ganar cosas pequeñas (un partido puntual) y cosas grandes, como la última Liga de Campeones.

Que la plantilla del Real Madrid parece más profunda se confirma enumerando sus bajas por lesión: Kroos, Bale y Morata. En el Barça sería una catástrofe ahora mismo no poder contar de una tacada con Iniesta y Neymar, por ejemplo, pero Zidane ha encontrado recambios en Isco y Lucas Pérez, reactivados gracias a su política de reparto de minutos. Además, recupera a Casemiro, con opciones de ser titular para garantizar la superioridad en el centro del campo. Queda la duda de si será una media de cuatro jugadores, con Modric, Casemiro, Kovacic e Isco, sacrificando arriba a Lucas Vázquez o Benzema en una idea más defensiva jugando con la necesidad que tiene el Barça de arriesgar, o un 4-3-3 más abierto sin Kovacic.

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