Borrar
Mosaico en homenaje a Cruyff.
«Gràcies, Johan»
barcelona

«Gràcies, Johan»

El clásico tributa un homenaje póstumo a Cruyff, que acaba algo descafeinado por la derrota del Barça

Cristian Reino

Sábado, 2 de abril 2016, 22:57

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Elevado a los altares como la figura más importante de la historia del Barcelona, el Camp Nou rindió un último homenaje a Johan Cruyff, de manera póstuma, en el mejor escenario posible, el de un Clásico entre el Barça y el Madrid, que permitió que todo el mundo futbolístico se despidiera de la leyenda de la 'Naranja mecánica'.

Ya lo decía Alfredo Pérez Rubalcaba, acérrimo seguidor madridista y exsecretario general del PSOE: «En España se entierra muy bien». En vida, Johan Cruyff levantó pasiones y también fobias entre el barcelonismo, eternamente dividido en guerras civiles fraticidas. Sin embargo, a su muerte, la leyenda del 'Flaco' holandés no ha dejado dudas entre la hinchada del Barça. Y ha obligado a los famosos 'ismos' que tanto daño han hecho a la institución a que por primera vez se aparcaran las diferencias entre las distintas familias azulgranas y todos los expresidentes azulgranas en vida se fotografiaran juntos en el estadio. Agustí Montal, Raimon Carrasco, José Luis Núñez, Joan Gaspart, Enric Reyna, Joan Laporta y Sandro Rosell ocuparon la segunda fila del palco y escenificaron que el barcelonismo se ha unido en el duelo por el crack hoandés. Ver juntos a enemigos históricos como Núñez, Laporta o Rosell, exdirigentes que si coincidían era en algún juzgado pleiteando entre sí, permite hacerse una idea de la conmoción que ha causado el fallecimiento de Cruyff, al que se le considera el autor intelectual del Barça de la era moderna, que nació en Wembley en 1992, en la final de la Champions ante la Sampdoria, la primera de la sala de trofeos azulgrana.

A nivel institucional, el mensaje de unidad fue el mejor homenaje que el barcelonismo podía tributar a Cruyff. Pero la despedida fue mucho más allá y si algo fue es emotiva y cargada de simbolismos. Por ello, el catorce, el dorsal que el holandés llevaba con el Ajax y con la selección, estuvo presente toda la noche y fue el protagonista de los actos de tributo. El Estadio se puso en pie y aplaudió en el minuto 14 y ese mismo número estaba en una camiseta azulgrana que se exhibió en el gran mosaico multicolor que el público formó antes del partido.

Pero casi lo que más elevó la temperatura, lo que puso la gallina de piel, como decía Cruyff con su castellano poco académico, fue el vídeo que se pudo ver en los marcadores. Todo el 'Dream Team', la gran obra futbolística de Cruyff dando las gracias a su jefe, padre, maestro, compañero o mentor. «Gracias, Johan» le dijeron los suyos. Y también los que son herederos de su legado, los actuales futbolistas del Barça, que en sus camisetas bordaron el agradecimiento. Sin embargo, la que quería ser una fiesta azulgrana se quedó coja con la derrota ante el Madrid. Ya lo advirtió Iniesta durante la semana: «El mejor homenaje que se le puede dar es ganando el partido». Los jugadores no pudieron cumplir con la parte que tenían encomendada en la ceremonia y al final del choque ya casi nadie se acordaba del 14, ni de las reconciliaciones históricas. Lo que pesaban eran los goles de Benzemá y Ronaldo, que aguaron para siempre la despedida póstuma a Cruyff.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios