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Más de una veintena de profesores están involucrados en los proyectos en el IES Playamar. Alberto Gómez
Un instituto de Torremolinos impulsa dos proyectos para reducir la tasa de desempleo juvenil

Un instituto de Torremolinos impulsa dos proyectos para reducir la tasa de desempleo juvenil

El IES Playamar crea un consorcio al que se han unido otros siete países europeos para enseñar a sus alumnos a desarrollar modelos de negocio

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Domingo, 24 de septiembre 2017, 01:32

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La frustración de un grupo de profesores ante la alarmante tasa de desempleo juvenil ha dado paso al desarrollo de dos proyectos de alcance europeo en el Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Playamar, en Torremolinos. «Nos dimos cuenta de que estamos educando a los chavales para que salgan a un mundo que ya no existe», explica Andrés Ángel González, profesor de Economía. Para combatir la falta de oportunidades laborales, la precariedad y la emigración obligada, el centro puso en marcha hace casi cinco años un plan de emprendimiento «para que, cuando salieran de aquí, los alumnos tuvieran herramientas suficientes para crear empleo en lugar de buscarlo». El instituto creó un consorcio al que en los últimos meses se han unido centros educativos de otros siete países europeos.

A través de un programa de intercambio y de una plataforma ‘online’, los alumnos de los institutos integrados en el consorcio colaborarán entre sí para desarrollar planes de negocio a través de los dos proyectos liderados por el IES Playamar. Uno de ellos se centra en la búsqueda de soluciones a los problemas de su entorno (en Torremolinos, por ejemplo, las propuestas van destinadas al refuerzo de un nuevo modelo de turismo sostenible), mientras que el segundo proyecto radica en el uso de las nuevas tecnologías para impulsar ‘startups’ o empresas emergentes cuya viabilidad será estudiada por el profesorado. Hasta ahora, los alumnos de Playamar han planteado posibles negocios como un sistema de reciclaje automático para hoteles, una empresa de impresión de prótesis en tres dimensiones o una ‘app’ para que los turistas realicen visitas virtuales antes de elegir su destino de vacaciones.

La internacionalización del proyecto permitirá a los estudiantes intercambiar ideas y experiencias con alumnos de otros países y mejorar sus competencias en áreas como los entornos digitales, el emprendimiento, las matemáticas o la tecnología, además de reforzar su nivel de inglés (el IES Playamar es un centro bilingüe). El plan ha sido subvencionado por la Unión Europea con 230.120 euros dentro del programa Erasmus+, ayuda que será compartida por los centros de los ocho países del consorcio impulsado en Torremolinos.

El programa también contempla varias líneas de investigación dirigidas al profesorado, que analizará la situación de los más jóvenes en los ocho países e indagará sobre las variables políticas, culturales y sociales que influyen en el índice de desempleo entre menores de 25 años. «La idea es que nos nutramos unos de otros. En España, por ejemplo, resulta muy interesante saber cómo lo están haciendo otros países como Austria o la República Checa, cuya tasa de paro juvenil no llega al diez por ciento mientras que aquí supera el cincuenta por ciento».

Ambos proyectos tienen como objetivo «romper las fronteras marcadas por los diferentes sistemas educativos y por las asignaturas» para impulsar de forma transversal una cultura emprendedora entre los más jóvenes, según detalla el director del centro, Javier Cervantes. Los estudiantes iniciarán este curso un programa de intercambio con alumnos del resto de centros de la alianza, en la que figuran institutos de países como Francia, Bulgaria o Italia. La selección tendrá en cuenta los criterios de renta familiar «para ayudar a los jóvenes que disponen de menos recursos para viajar».

Desde el IES Playamar están convencidos de que el emprendimiento resulta clave en la formación. «Si no les damos herramientas para integrarse en el mercado laboral ponemos en riesgo nuestro modelo de convivencia, porque cada vez habrá más tensiones sociales», analiza Andrés Ángel González, que explica que los proyectos han sido «muy bien recibidos» por los alumnos, familiarizados con esta forma de trabajo desde hace un lustro. «Muchos tienen padres jóvenes o hermanos mayores y asisten al drama del desempleo en sus propias casas, así que vienen concienciados sobre la importancia de tener un plan B», explica.

El consorcio permanece abierto a otros institutos tanto españoles como del resto de países europeos y en las próximas semanas definirá los equipos mixtos transnacionales que comenzarán a trabajar en sus propias iniciativas. «No habrá nota ni competición», matiza Elisabeth Santaella, profesora de Matemáticas. Los proyectos, que involucrarán a los alumnos a partir de cuarto de ESO, ya cuentan con el apoyo de instituciones y entidades públicas y privadas como Unicaja, Design For Change o la Universidad de Málaga.

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