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Sergio Moreno, en el centro, junto a algunos amigos.
«La forma de vivir y trabajar en China es muy intensa y competitiva»

«La forma de vivir y trabajar en China es muy intensa y competitiva»

Sergio Darío Moreno López Cocinero en Shanghái. Este benalmadense de 27 años está al frente de un local asiático al que ha exportado platos tan malagueños como el campero

Alberto Gómez

Lunes, 14 de septiembre 2015, 00:45

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Lo de Sergio Moreno y la cocina fue «amor a primera vista». El menú de este benalmadense se limitaba a la comida rápida hasta que, a los 18 años, vio un anuncio de la escuela superior de gastronomía Acyre, en Torremolinos. Había perdido su trabajo como dependiente en una tienda de souvenirs tras romperse una pierna mientras jugaba al fútbol y decidió apuntarse a un curso de cocina: «Empecé a trabajar con buenos productos, con pescado o casquería, y mi mente se abrió». Encontró empleo en un restaurante de la zona, luego en otro y descubrió «la importancia de poner cariño a la cocina», entre tapas, tostas y raciones. Se matriculó en otra escuela de gastronomía, esta vez en San Sebastián, para mejorar la técnica. Allí se puso a las órdenes de Rubén Trincado, con una estrella Michelin. Por entonces la cocina ya había pasado a ser algo más que una forma de ganarse la vida.

Llegó a ser jefe de partida de A Fuego Negro, un bar de pintxos de vanguardia en el que, entre otros, probaron sus platos el actor Edward Norton o el cantante Loquillo. Tras la parada donostiarra viajó a Londres y Barcelona, donde trabajó en varios restaurantes y hoteles. Dos años después se cruzó en su camino una oferta para instalarse en Shanghái, una de las ciudades más pobladas del mundo. «Todo fue muy rápido. A los tres meses abrí junto a un amigo un local de tapas llamado Pika Pika, en pleno centro económico de la ciudad. Trabajábamos dieciséis horas al día y siete días a la semana», narra. La incapacidad de controlar los gastos e ingresos del local, capitaneado por un empresario chino, llevó a Sergio a tomar una de las decisiones más complicadas de su vida: «Salimos del proyecto para iniciar algo por nuestra cuenta».

El chef Daniel Negreira le propuso ponerse al frente de un nuevo restaurante, Marina by DN, en el que trabaja actualmente. La carta elaborada por Sergio tiene una clara influencia malagueña y ofrece ajoblanco, gazpacho de yogur y pepino, gambón al ajillo o campero de cordero. En cuanto a las costumbres, este benalmadense de 27 años no termina de adaptarse a algunas tradiciones chinas: «Aquí si eres soltero a los 30 años es una deshonra para tu familia». Moreno afirma que la forma de vida en China «es muy intensa y competitiva» y las diferencias con España «son abismales», incluso en la educación o los cánones de belleza: «Aquí evitan el sol y no tienen problemas en escupir o eructar en público, algo impensable donde me he criado».

Shanghái cuenta con cerca de veinte millones de habitantes. «Se nota en la contaminación y también en las aglomeraciones, porque aquí para recorrer cien metros puedes tardar diez minutos». A pesar de todo, Sergio asegura que no cambiaría su vida en el gigante asiático: «Desenvolverte en una cultura y un idioma distintos te hacen crecer como persona y abrir la mente». Tanto la ha abierto que no ha tenido reparo en probar algunas de las delicias de la comida china, como galápagos, medusas, huesos de pollos salteados, pulpos vivos, escorpiones o carne de perro.

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