Susana Díaz sale en defensa de la honestidad de los socialistas

La presidenta anticipó medidas inminentes contra el paro o por el retorno del talento y prometió desde retomar inversiones públicas paralizadas, «ahora que lo peor de la crisis ha pasado», hasta apostar por la escolarización entre 0 y 3 años.

Pero el momento de mayor impacto fue su referencia a la necesidad de devolver el prestigio de la política y de luchar contra la corrupción, en el día en que el Tribunal Supremo había citado a sus antecesores imputados por el caso de los ERE.

Díaz se dirigió al auditorio para proclamar que su padre le había pedido, cuando entró en política, que no hiciera nada que le obligara a «bajar la cabeza». Así, dijo que «tenemos que ser implacables en la lucha contra la corrupción afecte a quien afecte», que no le «temblará el pulso por nada ni por nadie», pero también que» no vamos a permitir nunca que alguien manche la dignidad de un partido de gente honesta, trabajadora y honrada como el Partido Socialista, ni de un pueblo como Andalucía por arañar un puñado de votos». Pidió a los militantes que pidió que se comprometan «de verdad con la limpieza de la vida pública», para que los corruptos «no duerman tranquilos» .

Por otra parte, la presidenta pidió el voto «porque tenemos que conquistar el futuro» y repitió que «aquí en mi tierra me quedaré, que es donde quiero estar». Y solo pactará «con los nueve millones de andaluces», ni con PP ni con Podemos. Con los primeros a causa de «la reforma laboral que se ha llevado por delante los derechos de los trabajadores». Con los de Pablo Iglesias porque «vienen a insultarnos» al burlarse de «raíces obreras de las que me siento muy orgullosa».