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Sociedad

José Tomás, el dios del toreo a examen

En una semana reaparece en Badajoz. Sabe que cada día se le exige más. No es fácil vivir siendo una leyenda. Así se las arregla en el mundo

Francisco Apaolaza

Lunes, 18 de junio 2012, 15:37

Ser un dios y un hombre al mismo tiempo resulta una tarea agotadora. Y te puede costar la vida. Lo han conseguido muy pocos y ... casi ninguno en vida. Mesías los hay a patadas, pero dioses revelados... caben en los dedos de una mano. José Tomás es uno de esos que cuando lo ve la gente les entran ganas de arrodillarse, como si en lugar de librar una chicuelina a un milímetro de su pálido muslo, lo hubieran visto levantar al mismísimo Lázaro. Dos años después de la gravísima cogida de México, José Tomás vuelve el lunes día 25 a pisar un ruedo en Badajoz en el comienzo más tardío de la temporada que se recuerde. Han pasado la pólvora de Valencia, el azahar de Sevilla y los atragantones de Madrid, y la imagen descomunal del torero asedia al hombre. Al humo de las velas don José Tomás Martín arranca la temporada con El Juli y Padilla. Ayer ya había cola en taquilla. Muchos hablan de la reaparición, aunque no estaba retirado ni lesionado. Solo ausente, instalado en ese limbo suyo en el que lee a Hegel, va a comprar el pan a caballo o en moto y juega con su bebé, que se llama José Tomás, como el padre y el abuelo. Ese limbo, en cualquier caso, se antoja un lugar difícil en el que le cuesta cada vez más mantenerse y en el que siempre se le exige más.Como si cada tarde tuviera que hacer el milagro, como si no convertir el agua en vino fuera pegar un petardo. Nadie dijo que jugar con la muerte fuera fácil.

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