Mangos de la Axarquía con padrinos alemanes

Werner Stenzig es un empresario alemán afincado en Vélez-Málaga que hace dos años y medio puso en marcha la empresa Spanish Mango para comercializar esta fruta en su país natal, así como en otros de Centroeuropa. «Cuando vine a vivir a España hace cuatro años buscaba fruta fresca para la papilla de mis hijos y me llevé una sorpresa cuando encontré el mango cultivado en estas tierras», explica Stenzig. Y es que en países del norte y centro de Europa, el consumo de esta fruta está muy extendido.

Stenzig se puso manos a la obra y dejó su trabajo en el ámbito industrial para dedicarse al cultivo y la exportación de mango. «Hace unos quince años que se consume el mango en Alemania, pero hace cuatro o cinco se ha convertido en la fruta estrella en mi país», añade.

Además de la venta directa y a través de la página web, Spanish Mango ofrece la posibilidad a sus clientes de apadrinar un árbol, es decir, supervisar el crecimiento de la planta desde su siembra hasta la recogida de la fruta. «Es una fórmula novedosa y que está captando un gran número de clientes a los que les hace ilusión saber que tienen un árbol en propiedad en el sur de España. Por correo electrónico ven imágenes de la evolución del árbol y al final de la cosecha se le envían dos cajas de su fruto», aclara Stenzig.

En cuanto a la venta a domicilio, la compañía ofrece cajas de tres y siete kilos. «La recogida de la cosecha comienza en septiembre y termina a mediados de noviembre y ya la tenemos toda vendida», afirma su fundador.

Cinco días

Entre cuatro y cinco semanas es el tiempo que pasa desde que se recoge el mango en Centroamérica hasta que llega por barco a Europa. «Hay que cubrir una distancia considerable y es lógico que se dañen sus propiedades, como el sabor y la textura, mientras que nosotros enviamos los mangos en un perfecto estado de conservación y no tardamos más de cinco días en llevarlo a su destino», aclara Stenzig, quien destaca además que la fruta cultivada en la Axarquía se diferencia «por no tener fibras, que a la hora de comer son muy molestas».

Además de en Alemania, la empresa cuenta con clientes en Luxemburgo, Bélgica, Austria, Suiza y España. «Empezamos con la página web sólo en alemán y esta primavera dimos el salto a vender también en el mercado español; nos hemos llevado una sorpresa porque ha sido un éxito», explica. Portugal y Polonia son otros países en los que quiere empezar a vender la empresa.