Los inmigrantes optan por aguantar la crisis en Málaga antes que regresar a sus países

Este plan contempla el cobro de la totalidad del subsidio por desempleo en dos plazos (el 40% en España y el 60% en el país de origen), aunque como condición el inmigrante no puede regresar en un plazo de tres años. La medida gubernamental ha tenido escaso eco en Málaga, donde viven unos 100.000 extranjeros no comunitarios, de los que aproximadamente la mitad proceden de América Latina.

El plan de retorno excluye a los inmigrantes sin papeles y a los que, teniéndolos, sean desempleados pero sin derecho a subsidio. Además, la medida está limitada tan sólo a veinte países con los que España tiene suscritos convenios bilaterales en materia de Seguridad Social, por lo que muchos extranjeros, por ejemplo los bolivianos -unos 4.500 en Málaga, según el avance del último padrón- quedan fuera del programa.

Tres ONG gestionan el programa gubernamental: Cruz Roja, Movimiento Por la Paz y la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM). Cruz Roja ha tramitado el regreso de cerca de la mitad de los inmigrantes en Málaga que se han acogido al plan, la mayoría de ellos argentinos y ecuatorianos. Karen Ruiz, responsable de intervención social, explica que los argentinos prefieren regresar porque ven una mejoría económica en su país y el resto, unos para retomar sus antiguos trabajos y otros, simplemente, por reunirse con sus familias.

Además, Cruz Roja ha tramitado de enero a julio de este año el retorno por razones humanitarias de 124 inmigrantes sin papeles que carecen de recursos económicos y que han decidido regresar voluntariamente al no encontrar empleo o por razones de enfermedad. En estos casos, siempre que acrediten llevar al menos seis meses en España, se les gestiona un pasaje para el viaje de regreso, que tiene carácter definitivo. Las cifras registradas en los siete primeros meses de este año casi duplica las contabilizadas en todo 2008 (regresaron 69) y multiplican por cuatro las de 2007 (31).

Sin papeles

A pesar de este importante incremento, las cifras de retornados siguen siendo muy bajas si se comparan con los 100.000 inmigrantes extracomunitarios que residen en la provincia, de los que entre 10.000 y 15.000 se encuentran en situación irregular, según las estimaciones de la Plataforma de Solidaridad con los Inmigrantes de Málaga.

Desde la Asociación de Bolivianos de Málaga aseguran que muchos han elegido quedarse y aguantar el chaparrón de la crisis. «Han postergado la decisión de regresar a la espera de que la situación económica cambie, aunque otros han optado por regresar por su cuenta», puesto que el plan de retorno impide volver a España, explica una portavoz del colectivo.