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CREENCIAS. Una cruz en la Cueva del Santo Custodio.
La ruta de los milagros y la naturaleza en la Sierra Sur de Jaén
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La ruta de los milagros y la naturaleza en la Sierra Sur de Jaén

La combinación de inmensos olivares con los parajes agrestes de sus sierras, sin olvidar la riqueza del agua, confiere a esta comarca andaluza una belleza singular. Pueblos como Frailes y Noalejo guardan unas interesantes historias de santería

TEXTO: A. G. P. Y M. M.

Sábado, 18 de julio 2009, 04:18

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FRAILES cuenta con una larga tradición de santería que aún pervive y que lleva a la Sierra Sur de la provincia de Jaén a cientos de peregrinos buscando los lugares en los que vivieron algunos de los santos más célebres de Andalucía. La historia comienza en el cortijo de Cerezo Gordo, a unos 10 kilómetros de Frailes, donde vivió Luis Aceituno, el santo Luisico, un pastor a quien a muy temprana edad sus vecinos le atribuyeron poderes curativos y el boca a boca se encargó de propagar su fama.

Su fama fue tan grande que en los carnavales de los pueblos se cantaba esta rima: «Dejaos de boticas, que saben tanto / mejor os curará Luisico el santo». Esta es una de las paradas de la 'Ruta de los milagros' que también incluye una visita a la Hoya del Salobral, una aldea de Noalejo que está a unos siete kilómetros de Frailes. Cuando Luisico murió en 1912, cuentan los lugareños que le pasó los poderes a Custodio Pérez Aranda, conocido como el santo Custodio. Fue uno de los más célebres santeros de Andalucía y aún hoy le veneran los 'creyentes de estas historias' en la ermita que hay en la aldea donde hay cientos de estampas, exvotos y súplicas.

Como medicina solía dar un papel de fumar prensado como una pequeña bola. Los representantes del colegio de médicos lo denunciaron, pero la creencia popular dice que los guardias civiles que fueron a prenderlo se quedaron petrificados.

El santo Custodio murió en 1961. Antes de morir dijo que lo enterraran en Noalejo, según cuentan los más mayores del lugar porque «en Noalejo había menos creyentes». Hoy su tumba es un lugar de peregrinación. Lo mismo que el pequeño eremitorio que utilizaba en un cerro de la Hoya del Salobral. Aún vive un hermano del santo Custodio y aún sigue la tradición de recoger la aceituna de este famoso curandero. Se juntan unas mil o dos mil personas para recoger la cosecha sin cobrar ningún dinero por el trabajo que realizan.

Durante los días de estancia en Frailes el viajero debe visitar la aldea de los Rosales y probar el vino del terreno y el pan de higo y polvorones de Navidad.

Nacimiento del río

Entre leyendas e historias de santería en Frailes se puede disfrutar de unos días de descanso en plena naturaleza y realizar algún paseo al nacimiento del río, senderismo y rutas en coche por Sierra Sur atravesando pueblos como Martos, Los Villares, Valdepeñas de Jaén y la propia Alcalá la Real donde se puede visitar la formidable fortaleza de La Mota o hacer alguna de las siete rutas de senderismo -de duración entre dos y cuatro horas- por los alrededores de Alcalá la Real.

A los pies del famoso Castillo de la Mota y sus murallas -declarado Monumento Nacional en el año 1931- se extiende Alcalá la Real. Está ubicada al sur de Jaén, la localidad roza las provincias de Córdoba y Granada, y se asienta sobre una amplia meseta dominada por el Cerro de la Mota, en el corazón de una comarca montañosa cubierta de olivares.

Buenas vistas

Con un casco urbano de origen árabe, Alcalá la Real muestras su esplendor y su rico pasado histórico a través de sus calles empinadas abigarradas de casas, iglesias, casas señoriales, y detalles arquitectónicos. Ejemplos de ello son la iglesia de Santa María la Mayor (siglo XVI), la de Santo Domingo (siglo XI), la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias (siglo XVIII), el Palacio Abacial (siglo XVIII), el Ayuntamiento y la Fuente del Pilar de los Álamos.

Pero una de las citas ineludibles de todo visitante que se precie es el mirador de San Juan Tadeo, en el barrio de Las Cruces, desde el que se puede disfrutar de una magnífica vista de Alcalá la Real y su castillo.

Los amantes de la arqueología encuentran también aquí un oasis para sus sentidos. Numerosos restos atestiguan la presencia del hombre en la zona desde la prehistoria. Entre los hallazgos, sobresale una pequeña escultura de mármol que representa a Hércules. Pero, entre rincones de interés y monumentos, la visita a Alcalá la Real requiere una 'parada' obligatoria en su gastronomía. Embutidos como la morcilla y el jamón, el lomo de orza, el relleno (masa de carne, huevo y miga de pan), el vino o los roscos abren el apetito a cualquiera.

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