Un grupo de menores apedrean un autobús de la EMT y hieren a dos viajeros
Lanzaron una piedra de grandes dimensiones contra una luna del vehículo El chófer trasladó a los lesionados en el propio autocar al Hospital Carlos Haya
JUAN CANO
Jueves, 4 de diciembre 2008, 04:33
Siete y media de la tarde del pasado lunes. Un autobús de la línea 21 de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), que cubre ... el trayecto entre la barriada de Puerto de la Torre y el Centro de la capital, circula con normalidad por la avenida Lope de Vega. En él viajan el chófer y unos 40 pasajeros, cada uno en su rutina particular. De pronto, un estruendo rompe la tranquilidad y siembra el desconcierto. «¿Qué ha pasado?», se preguntan.
Francisco -prefiere identificarse con su nombre de pila para preservar el anonimato- era uno de los 40 viajeros. Iba en la parte trasera. «Fue un zambombazo enorme; no sé cómo explicarlo, fue un estampido muy fuerte, casi como una bomba», cuenta. «Luego -continúa- escuché a una mujer mayor decir que le había dado una piedra».
Tras el revuelo inicial, comprendieron lo que había pasado. A la altura de El Atabal. El autobús fue atacado por un grupo de gamberros -por su apariencia, menores de 15 a 17 años- que lanzaron una piedra de grandes dimensiones contra un cristal de la parte delantera derecha del vehículo, según confirmaron a este periódico fuentes policiales y de la EMT. Dos pasajeros resultaron heridos.
Tras el impacto inicial, la piedra dejó en la luna un agujero del tamaño «de la cabeza de un niño», comenta Francisco. Luego, el cristal empezó a resquebrajarse. «Cuando me acerqué, vi a una mujer que viajaba en el lado derecho tapándose la cara con un pañuelo. No paraba de quejarse. La piedra le dio tras atravesar el cristal».
Cortes de los cristales
También resultó lesionado un joven, que sufrió un pequeño corte en la frente como consecuencia de los trozos de vidrio que saltaron por los aires tras el impacto de la piedra sobre la luna del vehículo. «El chico intentaba tranquilizar a la mujer mayor, no paraba de decirle: 'Tranquila, que ahora vamos al hospital y allí nos van a curar'».
Uno de los pasajeros aconsejó al conductor del autobús que se detuviera y pidiera una ambulancia para trasladar a los heridos. Sin embargo, el chófer -que estaba «muy preocupado» por lo ocurrido, explica Francisco- decidió llevar él mismo a los lesionados en el autobús al Hospital Carlos Haya de la capital para que los curaran.
El conductor dejó a las víctimas en urgencias. «Los demás nos bajamos en la parada y esperamos al siguiente», apunta el viajero, que se ofreció, junto a varias personas más, como testigo de los hechos. «Eso no se hace», protesta, al pensar en el acto de vandalismo que sufrieron, que pudo acabar en un grave accidente. «El que lanzó la piedra, lo hizo con toda la mala idea del mundo». El caso está en manos de la policía, que ha abierto una investigación.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión