Un 'ataque' de limpieza doméstica para reducir el estrés

La especialista Natalia Ortega, directora del gabinete Activa Psicología, en Madrid, afirma sin ninguna duda que así es.

– Pero, ¿por qué nos sentimos bien cuando entramos en un espacio que notamos limpio y ordenado?

– El orden proporciona bienestar emocional, ya que nos genera emociones de calma, paz y control sobre el espacio en el que estamos pasando tiempo. Por ejemplo, en nuestra casa, el orden transforma ese espacio en hogar, en un lugar donde nos sentimos en armonía y tranquilidad. Por el contrario, el desorden puede provocar emociones de estrés, angustia, tristeza y caos, y alterar nuestro estado emocional. Por otro lado, cuando nos ponemos manos a la obra con la limpieza, por raro que parezca, nos hace liberar endorfinas, es decir, neurotransmisores que se encargan de estimular circuitos cerebrales que están relacionados con el placer, al igual que ordenar, y que están estrechamente relacionados con la disminución de la ansiedad y el aumento de la sensación de bienestar. El orden provoca el efecto de que crees estar ordenando tu vida.

– ¿Limpiar y ordenar pueden entonces ayudar a reducir los niveles de ansiedad y de estrés que sufrimos?

– Claro que pueden reducir los niveles de ansiedad y estrés. Y, además de por esa liberación de endorfinas, también porque nos genera una sensación de control sobre el entorno, así como la percepción de tarea realizada. Asimismo, el hecho de deshacernos de objetos viejos o que ya no utilizamos puede convertirse en un método de liberación o eliminación de los recuerdos que nos alteran mentalmente o nos causan distintos desequilibrios. Y esto ayuda a darle orden a nuestro hogar y a quedarnos con aquello que sentimos como más útil o funcional para nuestro día a día. En situaciones de estrés o ansiedad, por ejemplo en época de exámenes o cuando atravesamos por picos de mucho trabajo, es normal que nos dé por dar una vuelta al orden en nuestra casa o por acometer una buena limpieza general, puesto que ello provoca una liberación de ansiedad y da orden a nuestro entorno para aquello que vamos a llevar a cabo.

– Aunque una cosa es que llegues a tu casa que ha limpiado otra persona y otra bien distinta que lo hagas tú. El hecho de limpiar nosotros mismos, ¿qué efecto provoca?

– No hay ninguna duda de que cuando estamos muy ocupados, y con el ritmo que llevamos actualmente en nuestras vidas, es muy de agradecer que las tareas de limpieza sean hechas por personas que dedican su oficio a ello. Esto provoca que al llegar a casa y ver todo limpio nos sintamos con una sensación de un entorno en el que querer pasar tiempo. Pero, como hemos mencionado anteriormente, el hecho de llevar a cabo nosotros la actividad genera en nuestro organismo una segregación a nivel químico de efectos positivos. Por ello, en ocasiones, nos pueden dar ataques repentinos de limpieza, y más cuando tenemos situaciones de mayores niveles de ansiedad o en el que nuestro estado de ánimo está más bajo. Provoca una sensación de equilibrio entre nuestro entorno y nuestro estado interno. Asimismo, nos genera la sensación puramente física de haber eliminado gérmenes y bacterias y, por tanto, da lugar a que nos sintamos seguros en nuestro entorno en cuanto a la salud física. A su vez, un estado de salud óptimo incidirá directamente en nuestra salud mental generando emociones de placer, satisfacción y seguridad.

– ¿Podría entonces utilizarse a modo de método terapéutico?

– No, ya que, en ocasiones, puede llevar a una persona a que nunca acabe de verlo limpio y a que pueda entrar en una espiral de perfección y obsesión. Por ello, como todo, en su justa medida y sin excesos, tendremos que valorar qué nos origina ese malestar que sentimos y no dedicarnos a suplirlo solo con tareas de este estilo, que pueden estar tapando algunas carencias o malestares emocionales que necesitan de otras herramientas.