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Martes, 16 de agosto 2011, 03:37
Copla, flamenco, bulerías y pop inundaron el Auditorio Municipal de Málaga, en la noche del domingo, con una perfecta fusión que encantó a los presentes. Pastora Soler, referente a nivel nacional en esta mezcla de sonidos, interpretó todos sus grandes éxitos sobre el escenario y quiso homenajear a sus primer club de fans malagueño con unas palabras de agradecimiento. «Gracias por no dejarme nunca y estar ahí desde el principio, ellos saben quienes son», recordó la artista.
El recinto estaba al completo desde que la malagueña Celia abrió la noche, con un recital de copla que caldeó el ambiente y levantó los aplausos del público. Temas como 'Cuna de arte', que dedicó a los malagueños y al resto de andaluces presentes, y clásicos como 'La emperaora', de Marifé de Triana, pusieron el broche a una brillante actuación.
A medianoche llegó la hora de Pastora Soler, que subió al escenario llena de energía, con un vestido corto de lentejuelas y una falda de tul superpuesta que se quitó tras las primeras canciones. La sevillana dejó boquiabiertos a todos los espectadores con un potente chorro de voz que mostró cuando abrió el espectáculo con 'Esta vez quiero ser yo'.
La noche fue cálida pero sobre todo encima del escenario, donde la artista no paró de bailar y moverse de un lado a otro, lo que le llevó a referirse en varias ocasiones al calor que estaba pasando y a cambiarse de ropa. En un primer momento apareció de largo, muy elegante, mientras que en el segundo se engalanó con un vestido dorado con flecos.
Muchas de las canciones de la sevillana fueron con mensaje y algún que otro consejo, como ocurrió con 'Flor de romero', animando al público a seguir el estribillo al pie de la letra, que dice: «Voy a sembrar en mi ventana flor de romero para que se vaya lo malo y se quede lo bueno». Después, Pastora Soler tuvo un gesto lanzando romero al público.
A lo largo del concierto, la cantante hizo mención a varios de sus seres queridos, aunque quiso dedicar una canción en especial a su marido, que recordó que es malagueño y tras agradecerle que «siempre» esté a su lado, le dedicó 'Toda mi verdad'. Otro de los momentos más emotivos fue cuando la artista recordó a su padre. «En ocasiones nos da vergüenza decirle te quiero a los que nos rodean, pero no hay que darlo por hecho», confesó la artista antes de deleitar al público con 'La mala costumbre'.
Aunque sus temas más conocidos fueron aclamados por todo el Auditorio, la gran ovación vino de la mano de la copla y el flamenco. Acompañada sobre el escenario de su amigo y paisano Rafael Utrera, interpretaron a dúo el tema 'Después de todo', acompañada de sus guitarristas, un cajón y las improvisadas palmas del público que marcaron el compás. Asimismo la artista mencionó que no podía abandonar el escenario «sin cantar una copla», con lo que se arrancó con 'Torre de arena'.
Tras una primera despedida Pastora abandonó el escenario, aunque regresó al instante junto al público que aplaudía sin cesar. Entre el griterío de sus seguidores, la artista interpretó 'Guerra fría' antes de agradecer el cariño recibido de todos los presentes durante las dos horas de actuación.
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