Chus Gutiérrez: «La inmigración tiene mucho que ver con mi vida»

Una noticia publicada en un periódico en 2001 relacionada con el drama de la inmigración despertó el interés de la cineasta Chus Gutiérrez. Una historia a la que después de darle muchas vueltas dio vida en su película 'Retorno a Hansala'. Gutiérrez visitó ayer Málaga para participar en un encuentro con su público, con el que compartió experiencias tras la proyección del filme en el Teatro Alameda dentro del ciclo Encuentros con directores de Cine, organizado por la Fundación Unicaja. Horas antes, explicaba cómo se sintió «impresionada» al leer el artículo sobre la repatriación de uno de los cadáveres de un grupo de inmigrantes hallados en Rota.

En esta información se relataba cómo el dueño de la funeraria responsable del trámite «se llevó el cadáver y la ropa del resto de los inmigrantes, con las que fue buscando a los familiares de los fallecidos».

Esa imagen llamó su atención hasta el punto de que en 2005 viajó a Marruecos para entrevistar al dueño de esa empresa, cita a la que siguió la redacción del guión. Y es que a Gutiérrez le interesa el cine que habla de «historias que transmiten emociones, que logran meterte en la piel de otros personajes con los que puedes conectar. El cine te abre mundos a los que no accedes normalmente».

La directora, autora de filmes como 'El calentito', 'Alma gitana' o 'Sexo oral', señaló que el tema de la inmigración «tiene mucho que ver» con su vida, ya que a los ocho años dejó su Granada natal para instalarse en Madrid. «Para mí fue duro ese viaje, sentí que toda mi familia tenía que adaptarse a una nueva vida», relató la cineasta, que luego pasó un año en Londres y cuatro en Nueva York. «Me siento muy cercana al concepto de frontera», aseguró.

Gutiérrez indicó que el rodaje del filme, que protagonizan José Luis García, Farah Hamed, Antonio de la Torre, Cuca Escribano, Antonio Dechent y Sebastián Haro, se realizó en las montañas del Atlas marroquí, experiencia que no olvidará «por la implicación de las aldeas bereberes y los lugareños, de los que nos sentíamos muy cercanos».