La UMA saca a concurso la instalación de una red propia de suministro eléctrico por 41 millones
La institución académica prevé abaratar un 60% su factura energética anual con la instalación de unos 20.000 paneles fotovoltaicos para su autoconsumo
Reducir los costes de su suministro eléctrico, mejorar el consumo actual y contribuir a la descarbonización con una utilización cada vez mayor de energías renovables. ... Esos son los objetivos que se ha propuesto la Universidad de Málaga de aquí a 11 años. Para conseguirlo ha ideado un plan, basado en la construcción de un «anillo eléctrico» propio, al que se interconectarán todos los centros del campus de Teatinos y su ampliación.
La idea es que todos los edificios produzcan y consuman electricidad dentro de esta comunidad energética, con el fin de lograr el máximo aprovechamiento de los recursos. En el caso de las instalaciones que no estén en este campus y no estén protegidas arquitectónicamente también contarán con paneles fotovoltaicos para su autoconsumo.
El proyecto, actualmente en licitación pública por valor de 41.724.527 euros y al que las empresas interesadas en su desarrollo pueden optar hasta el próximo 25 de septiembre, proveerá de una instalación global mínima de 12 Mw, unos 20.000 paneles aproximadamente, que estarán integrados sobre los techos y pérgolas de todos los edificios universitarios. Además, se adoptarán medidas de eficiencia energética para equilibrar todo el consumo presente y futuro con la producción y almacenamiento de energía propia. Con ello, pretenden ahorrar un 60% en la factura eléctrica anual, que asciende a los nueve millones, y «contribuir a la descarbonización», avanza Santiago Palanco, vicerrector adjunto de Sostenibilidad. Y es que esta instalación, según cálculos de la propia institución, evitará la emisión de 8.370 toneladas anuales de CO2 gracias al aprovechamiento de la energía solar durante las horas de insolación. «Esa cantidad equivale a las emisiones anuales de unos 4.200 coches diésel, al consumo eléctrico de 3.560 hogares españoles o al efecto compensador de un bosque mediterráneo de 42.000 árboles con una superficie equivalente a 2,3 veces la extensión del Entorno de Interés Protegido de la Zona de Bajas Emisiones de la ciudad de Málaga».
Igualmente, prevén que estas medidas generen unos excedentes energéticos que acaben impulsando nuevas tecnologías de movilidad sostenible, producción de hidrógeno y sistemas de almacenamiento para así cubrir las necesidades en horario no solar de las instalaciones académicas. «Esto convierte a la Universidad de Málaga en un centro abierto de investigación y aplicación sobre fuentes renovables y tecnologías de eficiencia energética», expresan.
Centros de investigación
En este sentido, aseguran que muchas de estas tecnologías «disruptivas» han nacido en los centros de investigación, aportando con su aplicación un reconocimiento especial al esfuerzo realizado. Además, subrayan que en su implantación se están formando técnicamente a un importante grupo de personas para que puedan desarrollarse profesionalmente en el campo de la domótica y las energías renovables.
Esta licitación, «el mayor concurso de instalación fotovoltaica y de suministro energético de toda la universidad española» en palabras de Salvador Merino, vicerrector de Infraestructuras y Sostenibilidad de la Universidad de Málaga, es resultado del trabajo realizado por diferentes departamentos para que la UMA se convierta no solo en el «mayor centro de energías renovables y de investigación», sino también en el propio usuario de dicha tecnología. «Para ello, vamos a poder comprobar en los próximos años como con una inversión cercana a los 41 millones de euros se irán desarrollando todas estas diferentes alternativas para poder hacer de todo el campo universitario un lugar sostenible y una zona de clima neutro dentro de la propia ciudad», indica Merino.
En un momento de crisis financiera en la UMA y de casi nulas inversiones, el vicerrector ya avanzó hace unos meses cómo se podrá hacer un desembolso tan importante como el que representa llenar los campus de placas solares: son las empresas de servicios energéticos las que financian la instalación de las placas solares. Cuando comienzan a generar energía, se va reduciendo el gasto en electricidad y se va amortizando la inversión realizada por las empresas, de manera que, según aseguró, «no afectará al presupuesto de la Universidad».
Una vez pagada esa inversión a las empresas, la Universidad ahorrará de sus presupuestos los nueve millones que se pagan ahora a la Red de Energía de la Administración de la Junta de Andalucía, REDEJA, que gestiona el actual contrato de suministro eléctrico de la Universidad.
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