José Ángel Narváez: «Siento frustración cuando un universitario no trabaja en aquello para lo que se ha formado»
Acaban las clases y los universitarios entran en época de exámenes. El rector de la Universidad de Málaga repasa algunas cuestiones de su primer curso completo en el cargo
Francisco Gutiérrez
Domingo, 11 de junio 2017, 17:31
Se presumía un final de curso tranquilo, pero en las últimas semanas la Universidad se ha visto convulsionada por una huelga de profesores interinos, por ... el anuncio por sorpresa de las matrículas gratuitas para los que aprueban y, finalmente, con los cambios en el Gobierno andaluz, del que ha salido la exrectora Adelaida de la Calle.
–¿Cómo valora el trabajo de Adelaida de la Calle en la Consejería de Educación?
–De Adelaida siempre haré una valoración magnífica, he trabajado y aprendido mucho con ella. De su papel en la Consejería no puedo opinar, pues es una competencia distinta a la de universidades. Pero sí puedo decir que es una persona siempre comprometida con lo que hace, que esté donde esté siempre hace un trabajo magnífico, honesto, un trabajo comprometido con el bien común.
–Y se mantiene en el Gobierno andaluz el consejero de Economía e Innovación, que nos sorprendió con el anuncio de las matrículas gratuitas...
–Pues sí, algo se comentó en alguna reunión, pero que se quiera implantar el próximo curso ha sido toda una sorpresa.
–Y pasada casi una semana, ¿tienen alguna información más concreta?
–Solo le puedo decir que la presidenta nos ha citado a una reunión para abordar la cuestión con el consejero.
Si hay estudiantes buenos pero la formación no es la adecuada, no se alcanzarán resultados
–¿Sigue siendo tan cauto?
–Mire, lo que dije el primer día lo mantengo: saludo positivamente la medida, que no quepa duda, por lo que supone de apuesta por las universidades públicas. Pero también tengo que decir que sería insuficiente si no va acompañada de apoyo a la investigación, un plan de infraestructuras o la rebaja del precio de los máster. Y una política de becas potente, porque la matrícula es solo una parte del coste de los estudios.
–Con la Junta mantienen otro importante frente abierto, a cuenta de la deuda...
–Sí, seguimos negociando, tanto el reconocimiento de la deuda, que ha bajado a unos 120 millones, como el pago. Ahora lo que me interesa no es tanto que nos paguen ese dinero, sino poder gastarlo. Nos hemos esforzado en ser austeros, en no gastar, y resulta que los ahorros ahora tampoco los podemos utilizar.
–Otra cuestión reciente ha sido la publicación del ranking de universidades del BBVA, en el que la UMA ha mejorado en algún aspecto, como la investigación, pero sigue estancada en otros, por debajo de la media nacional.
–Estamos trabajando en una política específica para mejorar nuestra posición en estos rankings. Pero también hay que tener claro que en estas clasificaciones no se sube o se mejora de la noche a la mañana, hay que tener una política a largo plazo que se verá reflejada dentro de dos o tres años. Creo que los rankings son interesantes, pero más por lo que se aprende de ellos que por lo que significa, sobre todo porque comparándonos con los demás podemos aprender mucho.
La reducción de plazas de nuevo ingreso es coyuntural. Estamos en un periodo de adaptación
–Comenta usted, en relación al plan de bonificación de matrículas, la necesidad de mejoras en infraestructuras. En este sentido, tengo que preguntarle por la Facultad de Ciencias, con equipamientos en los pasillos, escasez de laboratorios o despachos ganados en un pequeño rincón...
–Ciencias, y también la Facultad de Filosofía y Letras, se hicieron pequeñas desde el principio, no se dimensionaron adecuadamente pensando en las necesidades futuras, sino con los recursos que había en ese momento. Y sí, como comenta tenemos aquí un serio problema. En Filosofía contamos con algunos espacios en los alrededores en los que poder construir, pero la situación de Ciencias es muy complicada. Se ha construido de manera desordenada, me preocupan los despachos como dice, pero sobre todo los laboratorios, tanto para alumnos como para investigación. Vamos a construir un comedor y en cuanto el instituto de Hortofruticultura se traslade al nuevo edificio ganaremos algunos espacios, a los que podremos añadir en el futuro el edificio de los servicios centrales de informática. Pero Ciencias necesita un tratamiento integral, y estamos trabajando con el centro para abordar la situación.
–En cambio, se van abriendo camino, lentamente, algunas nuevas infraestructuras en la ampliación...
–Sí, mucho más lento de lo que yo quisiera, pero es que la gestión de las infraestructuras es muy complicada. Ya tenemos el proyecto de Psicología y está aprobado el del Rectorado. Turismo también avanza.
–En El Ejido siguen Económicas, Bellas Artes y Arquitectura. De estas dos últimas comentó su intención de que sigan en la ciudad, ¿se mantiene en esta idea?
–Sí, sigo en la idea de que son facultades urbanas, lo que pasa es que tenemos que ver dónde las ubicamos. También estamos haciendo importantes inversiones en ambos centros, puesto que son edificios muy antiguos, deben ser inversiones a medio plazo. Pero sí, creo que en la ciudad dan mejor servicio a la ciudadanía.
–Otro de sus proyectos que está un tanto estancado es el de trasladar la convocatoria de exámenes de septiembre a julio, ¿no hay acercamiento con los estudiantes?
–Seguimos negociando con ellos. Me comprometí con los estudiantes de que este tema lo tenemos que discutir, y tenemos aún casi tres años por delante. Creo que el cambio en el calendario académico es positivo para todos, para los estudiantes y para nosotros como institución. Pero no voy a entrar en este tema como elefante en cacharrería, sabemos lo que queremos y cómo hacerlo, pero mi compromiso es contar con los estudiantes.
Seguimos negociando el reconocimiento y el pago de la deuda de la Junta. Ahora lo que me interesa es poder utilizar ese dinero
–Hace poco aprobaron la oferta de nuevo ingreso para el próximo curso, 7.830 plazas, casi 200 menos que el curso anterior. Al mismo tiempo, miles de universitarios tienen que irse fuera de Málaga por falta de plazas en muchos casos. Parece un contrasentido...
–La reducción de 180 plazas hay que entenderla como un ajuste. Estamos en un periodo de adaptación de necesidades y recursos. Estamos trabajando en la formación del profesorado, luchando contra la precariedad de los docentes, lo que significa que hay una demanda que no podemos atender. Pero esto no significa que se consolide de cara al futuro. Es una reducción coyuntural. Con los recursos que tenemos podemos dar una formación adecuada a ese número de estudiantes; podría admitir a muchos más, como sucedía hace un tiempo, pero esa no es la universidad del futuro.
–También llama la atención que no se apueste por nuevas titulaciones...
–Con la oferta de nuevos grados tenemos que ser muy austeros. Creo que de necesitar alguno nuevo serían uno o dos. Estamos trabajando en el de Gastronomía y Ciencias Hoteleras, que es un grado estratégico para la UMA pero también para la sociedad malagueña. Vamos a hacer una planificación estratégica de aquí a cinco años que incluirá uno o dos grados más a lo sumo.
–Pero tampoco se ofertan nuevos dobles grados, algo en lo que están apostando fuerte otras universidades...
–Creo que el futuro debe ir por los dobles grados. Pero tampoco podemos implantar dobles grados a cualquier precio, hay que pensarlo muy bien, analizando sobre todo la empleabilidad que vamos a conseguir para nuestros estudiantes, ha habido casos de nuevos grados que luego no han mejorado las salidas profesionales.
–Ya que habla del empleo y la formación de los estudiantes, me gustaría que me haga una reflexión sobre casos conocidos recientemente de estudiantes que han aprobado oposiciones tan difíciles como las de juez o abogado del estado, que han ganado competiciones de debate o con proyectos de emprendimiento premiados a nivel nacional. Parece que el sistema educativo no es tan malo como se quiere presentar...
–Yo no me quejo del sistema educativo, que creo que es muy bueno. Y esto que comenta demuestra que tenemos alumnos muy buenos, la juventud está muy bien preparada, y en este sentido hay que reivindicar la calidad de la formación universitaria: si hay estudiantes buenos pero la formación no es la adecuada, no se podrían alcanzar esos resultados. Cuando nuestros alumnos ganan becas, sacan oposiciones tan duras como las que ha citado, cuando las universidades europeas vienen a por ellos, es porque la formación es buena. Es evidente que la sociedad malagueña ha mejorado en estos últimos años. Y, ¿dónde se ha formado el 90% de las personas que forman parte de la sociedad malagueña? Fundamentalmente en la Universidad de Málaga. Por tanto, creo que la universidad tiene una buena formación, cada vez con mejores herramientas, llegan estudiantes más preparados y esto va produciendo unas generaciones mucho mejor formadas.
–En esta misma línea, reconocerá que hay otros muchos que estudian, se esfuerzan por sacar una carrera, pero luego no tienen el empleo deseado, ¿qué siente en este caso?
–Pues una gran frustración, y también rabia, por el esfuerzo de los estudiantes y la inversión en su formación. En todo caso, estamos trabajando para que estos chicos y chicas tengan herramientas que les ayuden a encontrar su puesto de trabajo. Hablamos fundamentalmente de carreras de Humanidades y Ciencias Sociales. Soy un gran defensor de estas áreas de conocimiento. Pero hay una realidad de la que no podemos ser ajenos, estamos en una sociedad digital, global, y nuestro deber será buscar un espacio para estas profesiones.
–Parece que uno de sus puntos del programa, dar carácter público a la Fundación General, no lo va a cumplir...
–Es cierto que tenemos dificultades para cumplir ese objetivo. Vamos a llevar a consejo de gobierno una propuesta para hacerla casi pública. Pero independientemente de su carácter público o privado, lo que me interesa es que sea transparente, que se adapte lo más posible al sistema público y desde luego que no sea un problema para la Universidad, que no lo es. Cuando todo el mundo sepa qué se hace, cómo se hace, cómo se invierten los fondos públicos, se verá que no hay nada que temer. Pero me comprometí a llevar una propuesta al consejo de gobierno, y así lo haré.
Un año para una convocatoria de plazas 'urgente'
–En julio de 2016 aprobaron una convocatoria de 64 plazas de ayudantes doctores ‘por causas urgentes e inaplazables’. Convocatoria que aún no se ha resuelto, y eso que eran causas ‘urgentes’...
–Tenemos un problema, y es que para cualquier paso que damos necesitamos la autorización de la Junta de Andalucía, que alarga el proceso burocrático. Aprobamos estas plazas como dice en julio de 2016, pero hasta marzo de este año no fueron autorizadas por la Consejería de Economía y Conocimiento y se publicaron en el BOJA el 19 de abril. Esto me parece un disparate. Pero hay que aclarar que cuando pedimos estas plazas inmediatamente las ocupamos con sustitutos interinos, que es lo que no me gusta, por lo que la docencia ha estado garantizada. Hemos tenido que luchar mucho con la Junta para sacar adelante estas plazas.
–Se ha comprometido con los interinos a buscar soluciones a su inestabilidad laboral, ¿qué margen de maniobra tiene?
–El ámbito de discusión y negociación está en la mesa general de la Junta. Nosotros aprobamos una resolución en apoyo al colectivo de interinos, es una figura que ha hecho más daño que otra cosa, llevando a una situación incómoda a profesores que llevan una carrera profesional.
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