El Unicaja se reivindica en Badalona con un triunfo de mérito

El comienzo del partido respondió a lo que se esperaba. El Joventut trataba de encontrar por todos los medios a Tomic en el centro de la zona y el Unicaja hacía todo lo posible para evitar que recibiese el balón. Ganó el esfuerzo del cuadro malagueño en cortar las vías de pase al genial jugador croata. Con la principal vía anotadora del Joventut cerrada, el partido estaba en manos de un Perry y Kameron Taylor, que colocaron a su equipo con un contundente 2-12 a los cinco minutos. El colapso de los locales era mayúsculo y su técnico optó por un movimiento ya visto muchas veces esta temporada: jugar con dos pívots. La presencia de Tomic y Pustovyi dio al Joventut más presencia reboteadora. También coincidió con el descanso de Perry y los primeros minutos de Alberto Díaz en el último mes. El ritmo bajó y el conjunto verdinegro lo aprovechó para recuperarse definitivamente (17-18).

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No logró cambiar el equipo malagueño la tendencia del choque. Aunque dominaba con buenas acciones de Taylor y una mejor circulación de balón, el Joventut también se mostró más agresivo en defensa. Quizá lo peor fue que el equipo local, sin tener un gran acierto en los lanzamientos de dos y tres, afianzó ese dominio del rebote, con ocho rechaces más que el Unicaja en la primera parte (25-17) y eso le dio segundas opciones. Además de los rebotes, los de Badalona tiraron 20 tiros libres, en parte gracias a algunas faltas absurdas de los jugadores del Unicaja casi en el medio campo. A pesar del pobrísimo 1/11 en triples, el Joventut logró 16 puntos desde la línea de personal. Con ese juego tan trabado y cediendo el rebote, el Unicaja llegó finalmente por detrás al descanso (33-32).

El Unicaja precisaba de un impulso anotador, pero también algo más de energía en su juego. Lo primero lo puso Tyson Carter, lo segundo, Tyson Pérez. Los triples del estadounidense y las acciones del internacional español percutiendo contra la defensa local y reboteando, permitieron que se viese una mejor versión del equipo cajista. Sin embargo, esto no valió para descolgar al Joventut, que después del 1/11 en triples de la primera parte, había recuperado el acierto exterior por medio de Robertson. Quizá lo peor para el plan de partido del Unicaja es que el conjunto catalán sí encontraba a Tomic para pivotar su juego ofensivo, bien para asistirlo camino al aro o para genera ventajas, en este caso para los tiradores. Cuando el croata volvió a formar pareja con Pustovyi al Unicaja se le complicaron más las cosas, aunque por suerte la falta de acierto de los locales impidió que la complejidad del partido se trasladase al marcador (59-57).

Curiosamente, el Unicaja no decantó el partido con su ataque, hasta la debacle de Manresa el mejor de la Liga, sino con su defensa. Ofreció Tillie buenos minutos defendiendo a jugadores más fuertes y a cinco minutos del final anotó dos triples y provocó un fallo de Tomic (61-69). Era la mayor ventaja para cualquiera de los dos equipos en muchos minutos. El francés confirmaba así esa línea ascendente en su juego dando la cara en un escenario complicado como el que planteaba el Joventut. El cuadro catalán sufría ya mucho para encontrar el camino del aro y tampoco dominaba el rebote, en parte por el buen trabajo de Kravish.