«Me crié entre comentarios de que era bajo para el baloncesto»

Juan Calderón

Sábado, 29 de febrero 2020, 01:20

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Con 1,81 metros, Facundo Campazzo (Córdoba, Argentina, 1991) siempre ha vivido entre comentarios sobre su altura como inconveniente para jugar a un deporte de altos, el baloncesto. Pero a sus 28 años se ha asentado como base del Real Madrid y es uno de los jugadores más desequilibrantes del baloncesto europeo. El rápido y habilidoso director de juego argentino vuelve a amenazar mañana al renovado pero maltrecho Unicaja en una repetición de la final de la Copa del Rey que lo encumbró como mejor jugador del torneo. Antes de llegar a Málaga analiza para SUR el partido y su temporada.

–Su equipo vuelve al pabellón donde logró el primer título de la temporada, así que será un cúmulo de emociones y un encuentro especial

–Sin duda. Será muy bonito porque hace poquito que ganamos allí la Copa del Rey. Pero, más allá de eso, sentimos el calor y el cariño con el que nos recibió la gente. El espectáculo fue muy lindo y todo estuvo muy bien organizado. Todo el equipo lo pasó bien y tenemos ganas de volver a Málaga y jugar allí otra vez, pero sabiendo que es una cancha difícil y por necesitamos las victorias.

–La Copa dejó muchos 'heridos', pero a ustedes no se les nota porque no paran de ganar partidos. ¿Están en el mejor momento de la temporada?

–Estamos en un buen momento, sin duda, pero espero que no sea el mejor. Tenemos algunos jugadores lesionados y espero que vayamos a más porque vendrán momentos más complejos, de esos en los que te lo juegas a todo o nada y en los que si pierdes te vas a casa. Así que ahí te la juegas y es importante el tema de las lesiones. Ahora tenemos algunas bajas y afrontamos esta parte de la temporada tratando de disimularlas y creo que lo estamos haciendo muy bien. Tenemos confianza, intensidad defensiva, atacando desde la defensa, y a nivel ofensivo somos un equipo peligroso.

–No sé si espera un partido distinto, porque el Unicaja ha fichado a dos jugadores, Bouteille y Simonovic. ¿Qué les parece?

–Los conozco. Son dos fichajes que ofensivamente son muy peligrosos con sus tiros de tres puntos. Bouteille es desequilibrante en el uno contra uno, tiene muchos puntos en las manos y es un jugador muy peligroso. Sabemos que será un partido distinto de la Copa. Nosotros tenemos que manejar los tiempos, las emociones y defender duro. Esto será lo que marque el partido.

–Su equipo cayó aquí con aquel triple de Jaime Fernández y con aquella defensa que Milosavljevic le hizo a usted...

–Recuerdo perfectamente la defensa que me hizo. Fue un gran trabajo por su parte, también de todo el Unicaja, aunque él fue el que contagió a todo el equipo que empezó a defender muy fuerte y por eso ganaron el partido. Es una baja importante para el Unicaja, porque, además de puntos, es muy fuerte en defensa. Ahora es cuestión de disimular las bajas haciendo un gran esfuerzo. Creo que es aplicable a los dos equipos.

–Usted fue MVP de la Copa y se le ve a un nivel sensacional. ¿Cuál es la clave de su crecimiento?

–Es el trabajo de todos los compañeros. Más allá de los méritos individuales, cuando el equipo está bien, sale el talento de cada uno, y eso es lo que me está pasando. El equipo está con confianza. Para llegar a esta dinámica, trabajamos duro antes. Llegarán derrotas, seguro, algunas duras, pero también triunfos bonitos, pero nunca hay que perder el ADN del equipo que es lo que nos ha llevado a conseguir logros importantes.

–Me llamaron la atención unas declaraciones de Andrés Noccioni en las que valoraba su gran momento y en las que decía que la NBA todavía no había venido a por usted porque dudaba de su altura... ¿Es algo que le ha condicionado mucho a lo largo de su carrera? Usted y Larkin, posiblemente los dos mejores jugadores de la Euroliga a día de hoy, no destacan por su altura, pero son determinantes...

–Lo bueno viene en frascos pequeños. Siempre, desde que empecé a jugar al baloncesto me he criado con esos comentarios. Que si era un poco bajo para jugar a esto, que si es un deporte de altos... Mi competitividad la fui adquiriendo para intentar demostrarles que estaban equivocados y podía jugar al baloncesto. Es cuestión de cómo se lo tome a nivel personal, y mi forma de hacerlo fue demostrar que podía jugar a esto, de estar a la altura de una competición como la ACB o la Euroliga, y más estando en un equipo como el Madrid.

–No sé si le obsesiona la NBA. Parece obligado que cualquier jugador que destaca se tiene que ir para allá. En Europa hubo casos de grandes jugadores que no se lo plantearon, usted tiene uno muy cerca como es Sergio Llull...

–Ahora mismo vivo el presente en el Madrid. Por eso renové por tantos años: porque sentí que el Real Madrid me quería y me valoraba. Eso es lo que quiere todo jugador. Vivo el día a día. Si tiene que llegar, que llegue. Antes me obsesionaba un poco más, pero ahora vivo el presente tratando de hacer lo mejor para mi equipo.

–En Málaga tenemos una gran vinculación con el baloncesto argentino con jugadores como Walter Herrmann o Pepe Sánchez, que jugaba en su misma posición. ¿Tuvo la oportunidad de verlo en aquellos años?

–Sí, jugué contra él. Yo era más pequeño cuando jugaba en el Unicaja, pero luego hemos hablado bastante. Es un jugador que marcó una huella en el Unicaja y que luego estuvo en otros equipos, pero cuando se habla de Pepe Sánchez siempre se le recuerda jugando con el Unicaja.

–Montecchia, Ginóbili, Pepe Sánchez, Laprovittola, usted... ¿Qué hacen en Argentina para que salgan tantos bases buenos? Se lo pregunto para avisar al Unicaja y que fiche al siguiente...

–(Risas) La verdad es que no sé. Aquí abundan los bases como Pepe, Pablo, Monteechia, también Nico, Vildoza, Bolmaro ahora en el Barcelona. No sé quién será el siguiente, pero espero que sigan apareciendo. El baloncesto argentino pudo demostrar en el Mundial que la nueva generación también quiere hacer historia.

–Hace unos años se puso muy de moda aquello del 'combo', el jugador que podía actuar de base y de escolta, pero ahora el base más tradicional parece obligado en cualquier gran equipo.

–Pienso que el entrenador dentro de la cancha. Es el que maneja los ritmos, los tiempos del equipo y tener un base así ayuda mucho. El hecho de que en mi equipo los tres bases tengamos una buena relación con Pablo, que a su vez fue base, es algo que ayuda porque somos como los mensajeros para tratar de dirigir al equipo.

–Cuéntenos el secreto para pasar bien. ¿Es cuestión de controlar el ritmo, lectura de juego, de visión o de qué?

–El mayor mérito es de los que al final las meten; ellos son los talentosos. Yo no trato de buscar asistencias, sino de hacer jugar al equipo. Trato de que cuando me toque, el juego sea fluido. La efectividad que estamos teniendo es muy buena, y eso ayuda a generar más asistencias.

–Hombre, tener al lado a un hombre como Tavares ayuda...

–Considero y creo que Tavares cambió el baloncesto europeo. Un jugador como Edy ayuda mucho porque tapa muchos huecos y muchos problemas. Todos los equipos tratan de encontrar un jugador de esa clase. Está haciendo una temporada tremenda. Es de los mejores pívots de Europa.

–Como a todo argentino, imagino que 'no' le gusta el fútbol... ¿Toma parte en el debate entre Messi o Maradona?

–(Risas) A Maradona no lo vi jugar, pero no me gusta entrar en esas comparaciones. Las comparaciones hacen mal. Tenemos a dos tremendos jugadores argentinos. Me quedo con los dos...