En el barro
El Unicaja tuvo que ponerse el mono de trabajo para alcanzar ayer el triunfo. En la primera jugada del partido, el Real Betis se puso ... por delante en el marcador y perdió a Slaughter. Muy mala noticia para un equipo jerarquizado y cuya economía sólo le permite unos cuantos jugadores de cieto nivel, entre ellos el estadounidense con pasaporte polaco, rodeado de ejemplares y honrados luchadores. Luis Casimiro insistió en el cambio de esquema que ya vimos el pasado miércoles, con un perímetro de tiradores (Adams, Waczynski y Toupane). La apuesta ofensiva del técnico permitió a su equipo sumar 12 puntos en los primeros cinco minutos, lo malo era que el araque sevillano estaba en números parecidos. La apuesta en ataque no era mala, pero el partido se juega en dos canastas. Cuando los entrenadores empezaron a mover sus banquillos, en la lucha de suplentes, los visitantes se quedaron muy cortos. En el segundo cuarto, Curro Segura recuperó a los que pudo, entre ellos a Slaughter, y su equipo tomó el mando de la situación triple tras triple. Afortunadamente, el Unicaja se mantuvo firme cerca de las canastas y pudo mantener la ventaja del cuarto anterior, aunque muchos empezábamos a echar de menos a Suárez.
Después del descanso, Luis Casimiro insistió en Toupane y Gerun con dos directores de juego en cancha. Como los bases visitantes dominaban a los locales, el cuadro sevillano se acercó en el marcador. El técnico mandó a Adams al banquillo y dejó la organización de su equipo en manos de Fernández. Todos estábamos pensando en Alberto Díaz, porque el Real Betis, apoyado en sus hombres pequeños, no cedía a pesar de Sipahi no había aparecido. Otra grieta de la defensa malagueña eran los aleros más altos del cuadro visitante, con Ejim de 'cuatro' eran más difíciles de defender. En el arranque del último cuarto, con un quinteto 'pequeño', el Unicaja dio otro tirón y el cuadro sevillano dio paso a Whittington y Sipahi, mientras Luis Casimiro regresaba a planteamientos de jornadas anteriores, con dos bases y Ejim de alero. La defensa malagueña era cada vez más firme y el triunfo parecía seguro. Sin embargo, aún tuvo que superar la defensa de zonas sevillana.
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