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Alicia Asín cofundó Libelium junto con David Gascón hace 11 años. RC
«Las niñas con aptitudes para el liderazgo no pueden ser tachadas de 'mandonas'»

«Las niñas con aptitudes para el liderazgo no pueden ser tachadas de 'mandonas'»

Alicia Asín, cofundadora de Libelium y premio Mujeres Innovadoras de la UE: «Todo el mundo sabe qué hace un médico o un abogado, pero no la variedad de salidas de un ingeniero»

arantxa herranz

Madrid

Sábado, 11 de agosto 2018, 00:08

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Alicia Asín es cofundadora y Consejera Delegada de Libelium, empresa que diseña y fabrica sensores inalámbricos para el denominado 'internet de las cosas'. Esta ingeniera tiene un Máster en Ingeniería de Sistemas e Informática del Centro Politécnico de la Universidad de Zaragoza y es graduada por Cambridge Judge Business School y ESADE y ha sido galardonada en múltiples ocasiones por sus méritos empresariales e innovación tecnológica. Joven, ingeniera, emprendedora y mujer, la parece triste que sea un 'rara avis'pero se siente cómoda en el papel de role model, ése en el que las niñas puedan inspirarse para apostar por estudios técnicos para su carrera profesional. En esta entrevista repasamos su trayectoria profesional y sus expectativas de futuro.

–Hace 11 años que formó su empresa. ¿Qué balance hace de este recorrido?

–El camino del emprendimiento está lleno de sacrificios y de constante esfuerzo para alcanzar el equilibrio entre las curvas y los obstáculos que hay que superar a diario. El balance es muy positivo porque los momentos duros que hemos tenido que superar, como el incendio de nuestras instalaciones en 2014 o los resultados financieros adversos al principio, se ven compensados con la satisfacción de haber construido una fuente de generación de riqueza y de empleo en España. He aprendido que nada dura eternamente, ni los baches son infranqueables ni los éxitos te permiten relajarte, hay que tener estabilidad emocional cuando se dirige una empresa.

–¿Cómo surgió Lebelium? ¿Qué ha sido lo más sencillo y lo más complicado de esta aventura?

–Sencillo no ha sido nada. Cuando mi socio, David Gascón, y yo éramos estudiantes montamos esta start-up y todavía no éramos conscientes de la trayectoria que teníamos por delante. Las redes de sensores ofrecían infinidad de aplicaciones y en base a ese potencial decidimos apostar por el diseño de dispositivos de hardware cuando todo el mundo nos decía que la clave estaba en el software y nadie conocía lo que ahora se denomina 'el Internet de las Cosas'. Lo que más nos enorgullece es haber conseguido diseñar una plataforma de sensores que es compatible con todas las grandes multinacionales como IBM, Microsoft, Ericsson, Telit, Indra y así hasta 54 cloud partners que hacen que nuestra tecnología sea capaz de conectar cualquier sensor a Internet a través de cualquier protocolo de comunicación inalámbrica. Con ello hemos conseguido mejorar las cosechas de cacao en Indonesia, predecir la actividad de los volcanes en Nicaragua, monitorizar la calidad del agua en piscifactorías asiáticas, o controlar la polución en grandes ciudades europeas y americanas.

«Soy consciente de que reúno cualidades poco comunes en el sector; es triste ser una 'rara avis'»

–Ha recibido muchos premios, como el Jaime I en la categoría Emprendedor, y fue la primera mujer en recibir el premio de CEAJE se llama Premio Nacional Joven Empresario. Recientemente ha sido reconocida como una de las mejores mujeres innovadoras de la UE. ¿Qué suponen todos estos premios? ¿Ayudan? ¿Se queda con alguno de ellos?

–Todos los premios han sido importantes para mi y para Libelium. No solo por el reconocimiento que suponen a nuestra labor o por la dotación económica que conllevan sino por la repercusión que hemos conseguido gracias a ellos para que Libelium sea conocida dentro y fuera de nuestras fronteras. Además, con cada premio sentimos la responsabilidad de seguir creciendo y mejorando nuestros resultados para corresponder a las entidades que nos lo conceden. Cuando te conceden un premio quedas en deuda de demostrar tu merecimiento eternamente.

–La mayor parte del negocio de Libelium es internacional. ¿Es difícil hacer negocio internacional desde España?

–Los orígenes de Libelium en el umbral de la crisis nos orientaron hacia una vocación internacional. Desde el principio planificamos toda la estructura de la empresa y la documentación de nuestros productos para el mercado internacional. Tenemos clientes en más de 120 países y contamos con una red de 37 distribuidores en los cinco continentes que contribuyen a que nuestra tecnología esté presente en proyectos de gran envergadura en los que se necesita la experiencia de un socio local. Además, nuestro posicionamiento en Internet nos ha permitido alcanzar diferentes tipologías de clientes, desde Universidades que buscan equipar sus laboratorios con nuestros dispositivos, hasta grandes integradores de sistemas que están desplegando redes de sensores en proyectos de smart cities en todo el mundo.

–Se habla mucho de la ausencia de mujeres en el sector tecnológico. Usted es Ingeniera, emprendedora, joven y mujer. ¿Se siente 'role model'?

–Soy consciente de que reúno muchas cualidades que no son muy comunes pero lo triste es que sea una «rara avis» en un mundo cada vez más tecnológico y en el que se reclama mayor igualdad. Me gustaría ser el espejo para que las jóvenes que tienen que elegir su futuro profesional vean un modelo de inspiración con el que conseguir todo lo que se propongan. Si queremos alcanzar la igualdad salarial, las mujeres tienen que optar a los puestos de mayor responsabilidad en las empresas y eso se consigue más fácilmente cursando estudios de ingeniería y carreras científico-técnicas en este mundo que cada vez es más digital. Se promueve mucho la figura de la mujer en profesiones artísticas y cuando son pequeñas todas quieren ser profesoras, enfermeras, peluqueras o actrices. Lo que hay que conseguir es que las niñas que muestran aptitudes para el liderazgo no sean tachadas de 'mandonas' porque es una cualidad que hay que cuidar y cultivar igual que se promueve entre ellos.

«Todo el mundo sabe qué hace un médico o un abogado, pero no la variedad de salidas de un ingeniero»

–¿Cree necesaria este tipo de figuras? ¿Cómo podemos lograr que haya más niñas interesadas en STEM?

–Nunca he sido partidaria de las cuotas paritarias y me molesta mucho cuando se destaca la condición de mujer cuando recibo algún premio porque no me lo dan por ser mujer sino por los méritos alcanzados. Sin embargo, sí que considero necesario promover la igualdad para que las futuras generaciones vean en el sector tecnológico y en los estudios científicos y matemáticos su plataforma de proyección. Para eso también es necesario que el sector educativo promueva la figura de los grandes profesores de asignaturas como matemáticas, física o química que son las que consolidan la base de los estudiantes. Muchos huyen de estas disciplinas como resultado de haber tenido un mal profesor en su etapa adolescente. Y eso hace mucho a la hora de elegir los estudios futuros. También por parte de las Universidades es necesario acercar a los jóvenes hacia esas profesiones del futuro para que se imaginen a sí mismos en su vida profesional. Todo el mundo sabe lo que hace un médico, un bombero o un abogado pero poca gente imagina las variadas salidas profesionales de un ingeniero.

–¿Dónde se ve dentro de 5 años? ¿Qué objetivo o reto le gustaría alcanzar?

–En nuestro sector un año ya es mucho tiempo para pronosticar lo que sucederá. Mi proyecto de futuro es seguir haciendo crecer a Libelium para posicionarla en el primer puesto de la tecnología IoT del mundo.

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