Director general de IMEC Spain
Karel van Gils: «Un buen jugador va donde va la pelota y en IMEC creemos que estará en Málaga»«Lo que vamos a poner en marcha tiene rango de fábrica, pero no va a producir obleas, sino conocimiento», afirma la persona designada para liderar el proyecto que situará la ciudad en el mapa de la microelectrónica
Karel van Gils sabe la expectación que genera IMEC y llega preparado para la avalancha de preguntas sobre el proyecto llamado a transformar la economía ... malagueña y situar la ciudad en el mapa de la microelectrónica. Aunque se defiende en español, pide contestar en inglés. Lo hace sin perder la calma ni la sonrisa y con la precisión propia de un ingeniero. Él es la cara de IMEC en España: ha sido nombrado 'regional managing director' de la división española de la compañía, con vistas a liderar la puesta en marcha de su primera fábrica de microchips fuera de Bélgica: una inversión de más de 615 millones de euros aportados por el Estado (500 millones por el Gobierno central y la mayor parte restante, por la Junta). Una iniciativa considerada clave para apuntalar la soberanía tecnológica de España y la UE.
–En enero, cuando se presentó el proyecto de IMEC en Málaga, usted sorprendió al hablar en un más que correcto español. A estas alturas debe ya de dominarlo por completo...
–Muchas gracias por su cumplido. Aprendí algo de español durante mis estudios de ingeniería; estaba convencido de que me abriría las puertas a una gran parte del mundo. Viajé por Sudamérica, así lo pude practicar. Eso fue hace mucho tiempo, a principios de los 90. Desde entonces he perdido algo de mi español, pero ahora estoy volviendo a tomar clases para intentar alcanzar el nivel requerido para este trabajo.
–¿Ya vive en Málaga?
–Todavía no, porque la mayor parte del trabajo ahora es la preparación del diseño de las instalaciones, que realizamos con los expertos que tenemos en Bélgica, junto con la formación de nuestro equipo. Eso cambiará y en el futuro, aún no sé cuándo, me mudaré a Málaga. Mientra tanto viajaré mucho entre Bélgica y España, no sólo Málaga.
–De su experiencia en la ciudad hasta ahora, ¿qué le ha llamado la atención?
–Oh, hay muchas cosas que me gustan de Málaga. Me encanta el ambiente; suelo pasear por la ciudad por las noches. Es muy vibrante, es ruidosa, dinámica... Y respecto al trabajo, hay mucho entusiasmo y motivación por este proyecto. Los malagueños están muy entusiasmados por la llegada de IMEC. Y es su entusiasmo, entre otras cosas, lo que nos ha convencido para venir aquí. El apoyo institucional es vital para el éxito de este proyecto. Y eso es una de las cosas realmente buenas de Málaga, donde tenemos muy buen trato con el alcalde y con Alicia Izquierdo; con la gente del Parque Tecnológico... Esto hace que trabajar aquí sea un placer.
–Había varias ciudades españolas compitiendo por este proyecto. ¿Cuál fue la razón principal para elegir Málaga?
–Fue una decisión muy difícil. Hicimos 'due diligences' de todas las ciudades. Es difícil elegir una razón. Hay un deportista famoso que dijo: «Un buen jugador va donde va la pelota». Y nosotros creemos que la pelota estará aquí. En Málaga se está produciendo una verdadera transformación; un crecimiento que no se ve en otros lugares. Aquí es donde las cosas están pasando y queremos ser parte de esto.
–Veo que no tiene quejas sobre la tramitación burocrática, pese a haber tres administraciones implicadas en el proyecto.
–Yo no puedo decir otra cosa. Estamos muy contentos con la colaboración con los diferentes niveles de la Administración. No sé si eso es tan raro... En cualquier caso, nos alegra ser facilitadores; quizás esta forma de actuar también se extienda para otros proyectos.
–¿Cuál es el estado actual del proyecto y cuáles son los próximos hitos a alcanzar?
–Acabamos de terminar el diseño conceptual de las instalaciones; lo que se denomina un '30% design'. Nuestro trabajo más importante en este momento está relacionado con los permisos. Y hablo de nosotros, pero este no es un proyecto solo de IMEC. Se trabaja en conjunto con la región y, especialmente, con la SETT (Sociedad Estatal de Transformación Tecnológica): son ellos quienes gestionan todo el proceso. Dicho esto, ahora estamos trabajando intensamente con el Ayuntamiento para conseguir la licencia de construcción. Queremos presentar la solicitud a finales de octubre. A mediados de diciembre, la SETT publicará la licitación del diseño detallado y la construcción. El contrato debería adjudicarse a mediados de 2026 para que la construcción pueda comenzar a principios de 2027, lo que significa que para finales de 2028 deberíamos poder empezar a instalar los equipos. Tenemos que instalar más de 60 máquinas; es un trabajo difícil que tomará más de un año. Y a principios de 2030 comenzaremos las operaciones.
–Siempre dudo sobre cómo definir lo que va a hacer IMEC en Málaga. ¿Es una fábrica, un centro de I+D, un laboratorio…?
–Es una muy buena pregunta. Podemos definirlo como centro de I+D porque su razón de ser es realizar investigación, desarrollo e innovación. Pero nuestro nicho se encuentra entre la academia y la industria; solemos decir «From lab to fab». Lo que proyectamos es una 'fab', que en el mundo de los semiconductores es como se denomina una unidad de fabricación. Pero en nuestro caso no lo hacemos para producir obleas, sino para producir conocimiento, para realizar experimentos con distintos materiales, capas y arquitecturas de chips. Por cierto, a veces leo en la prensa que este es el primer centro de I+D de IMEC fuera de Bélgica y eso no es cierto. Tenemos muchos centros de I+D fuera de Bélgica: en Países Bajos, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos. Lo especial del de España es que contará con una 'fab' de 300 milímetros; la primera fuera de Bélgica. Y además, será la primera 'fab' de 300 milímetros en toda España.
–Tenemos claras las cifras de inversión y personal para la primera fase del proyecto, pero no las de la segunda. ¿Esa segunda fase está ya comprometida o es sólo una posibilidad?
–En este momento, el alcance del proyecto que estamos desarrollando junto con SETT, la Junta y el Ayuntamiento de Málaga es solo la primera fase: la financiación llega hasta ahí. Sin embargo, en Bélgica tenemos una larga trayectoria de cuarenta años en la que IMEC ha crecido sin parar. En el terreno que tenemos en Lovaina hemos construido ya tres 'fabs' y estamos diseñando la cuarta. Cada vez es más difícil encontrar espacio. Y tenemos la misma visión de futuro en Málaga: creemos que el proyecto será un éxito. Por eso hemos diseñado la 'fab' de forma que podamos duplicar su tamaño en el futuro. Y por eso también el tamaño de la sala blanca de la primera fase es un 50 % mayor de lo que realmente usaremos para las máquinas que forman parte de este proyecto. Así que podremos ampliarla sin necesidad de espacio adicional.
–¿Cuáles son los indicadores que determinarán si el proyecto de IMEC en Málaga es o no un éxito?
–No le daré cifras, pero sí le diré en qué tipos de cifras nos fijaremos. En nuestra sede tenemos un convenio con el gobierno de Flandes, que aporta financiación a IMEC, que incluye ciertos indicadores clave de rendimiento(KPI) que debemos cumplir. Aquí todavia no hemos llegado al punto de firmar ese contrato pero lo haremos llegado el momento, con el Gobierno central y el regional. Entre esos KPI están las publicaciones científicas, las patentes, los estudiantes de doctorado; también medimos la cantidad de pasos de procesamiento que realizamos en la fábrica y la velocidad con la que los realizamos. También hay otro tipo de indicadores, como la cantidad de empresas que la aceleradora Imec.istart capacita. Este mismo rango de indicadores serán los que analizaremos para asegurar que IMEC tiene el impacto necesario en España.
–¿Hay empresas que ya les han comunicado su interés en establecerse en la ciudad?
–Sí. En muchas de las conversaciones que mantenemos con clientes surge la pregunta: «¿Podríamos hacerlo en España?». Hay ciertas áreas tecnológicas que planeamos implementar en IMEC España: hablamos de automoción, salud y realidad aumentada. Existen razones por las que creemos que este es un buen lugar para trabajar en estos campos, que requieren el uso de materiales o sustratos específicos, lo cual representa una pequeña diferencia técnica que es difícil de combinar con el trabajo que realizamos en Bélgica en, por ejemplo, escalado y computación de alto rendimiento. Por eso creemos que sería muy interesante trasladar esta área a España. Y sí, ya sabemos que hay varias empresas de estos sectores interesadas en trabajar con nosotros en Málaga.
–¿Qué perfiles profesionales demandará IMEC en este nuevo centro de I+D?
–El rango va a ser muy amplio. Tenemos una convocatoria abierta, pero el momento en que captaremos ciertos perfiles dependerá de en qué fase de la construcción nos encontremos. En este momento nos interesan perfiles con conocimientos de diseño, construcción y mantenimiento de infraestructuras. Luego pasaremos a la siguiente fase, donde nos adentraremos en herramientas de procesamiento y metrología. Buscaremos ingenieros que conozcan el funcionamiento de los equipos; que puedan describir los requisitos del usuario, instalarlos y cualificarlos. Y posteriormente nos centraremos en la I+D, donde podremos contar con ingenieros de integración o de procesamiento de pasos unitarios especializados en ciertas disciplinas del diseño y procesamiento de semiconductores. Por último necesitaremos perfiles operativos: las personas que manejarán las máquinas y que se encargarán de mover las obleas de una herramienta a otra. Realmente es un abanico muy amplio, porque luego están todas las funciones de apoyo: finanzas, legal, recursos humanos e IT.
–¿Cuál es el calendario previsto de incorporación del personal?
–Estamos considerando contratar a entre 200 y 250 empleados directos de IMEC para trabajar en esta ubicación. Sin embargo, en Bélgica tenemos muchas más personas trabajando en nuestras instalaciones que no están en nómina de IMEC, y no veo por qué va a ser diferente aquí. Este personal indirecto tiene dos orígenes diferentes. Por un lado, los proveedores: personas que se encargan del mantenimiento de equipos o empleados de las empresas que nos suministran gases y productos químicos. Por otro lado, colaboramos con muchas universidades y empresas en proyectos de I+D. En la sala blanca en Lovaina, el 60% del personal está en nómina de IMEC y el 40%, no. Así que cuando hablamos de más de 200 personas de IMEC en Málaga, supongo que habrá al menos otras 100 personas más que no estarán en nómina de IMEC. Respecto al calendario de incorporación, necesitaremos al menos 100 personas para dirigir la puesta en marcha de las instalaciones, prevista para 2030. Llegaremos a los 200 en 2032 ó 2033.
–¿Qué tipo de empresa se van a encontrar estos trabajadores? ¿Cómo es trabajar en IMEC?
–Estamos orgullosos de haber ganado varios premios Great Place to Work en Bélgica. Somos un instituto de I+D, así que está en nuestro ADN el tener un ambiente informal y flexible. Somos una organización inclusiva y diversa: tenemos más de 6.000 personas de más de 100 nacionalidades. Realizamos una encuesta anual entre nuestros empleados y una de las cosas que más les gusta es el ambiente multicultura. En Bélgica, el 50% del personal es belga y el 50%, internacional. No tengo motivos para creer que vaya a ser diferente en España. Ese ambiente de encuentro entre diferentes culturas, flexibilidad y creatividad es lo que caracteriza a IMEC.
–¿Cómo cree que impactará IMEC en el ecosistema tecnológico malagueño y andaluz? Se ha hablado de un antes y un después; de que la economía de Málaga cambiará. ¿Las expectativas creadas son realistas?
–Bueno, son palabras drásticas, pero es bueno tener esa ambición. Como mencioné, tendremos 200 empleados y si bien esto es significativo, no es el gran cambio. El gran cambio residirá en las otras personas que trabajarán con nosotros allí: en la colaboración con las universidades, los institutos de investigación y la industria. La llegada de IMEC a Málaga es muy importante; muy simbólica, y sí que creo que será un punto de inflexión. Habrá empresas que digan: «Si IMEC está en Málaga, deberíamos ir también». Saben que si IMEC ha elegido Málaga no ha sido en vano. De hecho, ya me han contactado varias empresas para preguntarme por qué elegimos Málaga; el mismo lunes tuve una conversación de este tipo. Y quiero dejar claro que aunque nos establecemos en Málaga, este es un proyecto de alcance español: somos IMEC Spain. Trabajaremos con todas las universidades que tienen algo que decir en el ámbito de la microelectrónica: Madrid, Barcelona, Valencia, Vigo.
«Europa debe asegurarse de que EE UU la sigue necesitando»
–¿Cómo está evolucionando el mapa geopolítico de la microelectrónica y qué papel aspira a tener Europa?
–Desde luego, necesitamos mejorar ese papel y eso será un desafío. Después de la Covid-19, todos han visto lo valioso que es tener una cadena de suministro propia bajo control. Europa tiene la ambición de aumentar su autonomía y existen objetivos muy claros para ello. Nosotros colaboramos estrechamente para lograrlos: tenemos nuestra línea piloto de nanocircuitos integrados, un proyecto dentro de la Ley Europea de Chips. Es un buen marco para el crecimiento de IMEC. Sin embargo, no es positivo que nos encontremos en esta situación geopolítica y no debemos engañarnos: no será posible hacerlo todo en Europa. A lo que deberíamos aspirar con IMEC y con Europa es a ser menos dependientes, pero nunca lo seremos totalmente. Hay ciertas áreas de especialización en las que Europa necesitará a EE UU. Y tenemos que asegurarnos de que haya áreas de especialización en las que EE UU necesite a Europa. IMEC es un buen ejemplo: trabajamos mucho con empresas estadounidenses, como AMSL.
–¿Qué hay de la inteligencia artificial? ¿Cómo está condicionando la evolución de los semiconductores?
–Es fundamental. Es importante para todo el mundo, y especialmente para IMEC. Con la IA, cada vez existe un vínculo más fuerte entre el software y el hardware. El hardware debe desarrollarse cada vez más teniendo en cuenta el funcionamiento del software para lograr un sistema optimizado. En IMEC tenemos un departamento de algoritmos e IA y algunos de nuestros diseños de chips también incorporan IA. Estamos hablando de AI Edge o IA en el perímetro: [la combinación de computación 'edge' e IA para ejecutar tareas de 'machine learning' directamente en dispositivos 'edge' interconectados]. En este tema el sector automotriz es importante. A medida que avanzamos hacia los vehículos autónomos este campo va a ganar protagonismo, sin duda.
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