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El hyperloop: todo lo que necesitas saber en seis respuestas

El hyperloop: todo lo que necesitas saber en seis respuestas

Claves para comprender este nuevo sistema de transporte, que tendrá parte de su desarrollo en Málaga

Ignacio Lillo

Málaga

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Sábado, 6 de octubre 2018, 00:29

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El concepto de Hyperloop es nuevo para la mayoría de los profanos, y de hecho en Málaga no se estaría hablando de ello de no ser porque Virgin Hyperloop One, una de las empresas que compite por desarrollar comercialmente esta tecnología, ha elegido las naves de Adif en Bobadilla (Antequera) para crear un laboratorio de I+D. Pero, ¿sabe realmente en qué consiste? En las siguientes líneas le explicamos todo lo que debe saber sobre el llamado «quinto modo de transporte».

¿Cómo funciona Hyperloop?

El ejemplo más básico son las tuberías neumáticas que todavía utilizan algunos centros comerciales, mediante aire comprimido, para mover botes con dinero en metálico. Básicamente, el reto es desplazar unas cápsulas por el interior de un tubo que contendría una cantidad mínima de aire (el vacío total sería inseguro) y con levitación magnética. Así, al reducir al mínimo la resistencia, la idea es que estos vehículos, al menos en la teoría, podrían alcanzar velocidades casi supersónicas, de 1.200 km/h.

O lo que es igual: de Málaga a Barcelona en una hora. Aunque cada unidad sólo podría alojar de 30 a 40 pasajeros, habría «lanzamientos» cada pocos minutos, lo que lo haría rentable e incluso económico, según sus defensores. El 'pod', como se le denomina en el argot técnico, es impulsado por propulsión electromagnética, y los motores pueden estar alimentados por energía solar. Otra curiosidad es que no tendrá maquinista, sino que estará gestionado telemáticamente.

¿Es nuevo?

No. Desde el siglo XIX numerosos científicos de todo el mundo han propuesto sistemas de transporte de viajeros y mercancías a través de tubos, usando solamente la propulsión del aire. Incluso a principios del siglo XX se planteó por primera vez la posibilidad de que estos trenes viajaran al vacío, y posteriormente, con levitación y propulsión magnética.

¿Existe alguna línea ya en servicio en el mundo?

No como Hyperloop, esto es, en tubos de aire comprimido, pero sí con parte de la tecnología que utiliza. Es el caso del Maglev ('Magnetic Levitation', en inglés), los trenes de levitación magnética. Actualmente, sólo hay dos operativos a nivel comercial en el mundo, por su altísimo coste energético, que repercute en el billete. El más importante es el Transrapid, en Shanghai (China), que va desde el aeropuerto a la ciudad (30 kilómetros) en poco más de siete minutos. La velocidad punta es de 431 km/h, con una media de 250 km/h en el trayecto. El segundo es la línea Linimo, cerca de Nagoya (Japón), que se construyó inicialmente para la ExpoAichi, y sigue en activo. Este funciona sin conductor.

¿Qué tiene que ver Elon Musk con Hyperloop?

El creador de Tesla y SpaceX, entre otras marcas, es el visionario, el que lanzó el reto en verano de 2013 de volver a trabajar sobre toda esa tecnología que apenas se había tenido en cuenta. Fomenta el progreso mediante la convocatoria de concursos internacionales, y tiene su propia apuesta en la carrera comercial, aunque de manera menos evidente que otras firmas. Tesla y SpaceX están participando en la fabricación de las cápsulas y los tubos; mientras que otra firma de Musk, The Boring Company, está especializada en la construcción de túneles con el objetivo de aplicar Hyperloop al transporte público urbano en Estados Unidos. En las convocatorias científicas que hace para avanzar en el nuevo sistema de transporte tienen un papel destacado los jóvenes investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, que forma el equipo Hyperloop UPV.

Uno de los mayores éxitos de la idea de este pionero es el hardware abierto, esto es, los avances se comparten para prosperar más rápido, en una nueva forma de ver el desarrollo empresarial, frente al secretismo de las patentes industriales. En este caso, cualquiera puede ver los diseños de otros equipos y mejorarlos, de manera que el progreso se vuelve mucho más rápido. Si bien las empresas de Elon Musk aprovechan los avances, otras también lo hacen, lo que ha generado un ecosistema único, donde en apenas cinco años se ha dado un salto que no habría sido posible si cada uno hiciera la guerra por su cuenta.

¿Cuántos Hyperloop hay?

Hay varios proyectos que compiten en la carrera por su implantación comercial, pero los más avanzados a nivel internacional son dos:

Virgin Hyperloop One: Es el que pretende instalar uno de sus laboratorios mundiales en las naves de Adif en Bobadilla. Fue fundada, como todas, tras el reto lanzado por Musk. En 2017 se asociaron con Virgin, que está haciendo una apuesta financiera fuerte. Tiene una cápsula desarrollada y un tubo de pruebas en el desierto de Nevada. Entre sus retos está el de unir España y Marruecos bajo el mar. Prevé tener tres Hyperloops en funcionamiento en 2021, principalmente en países del Golfo Pérsico.

Hyperloop Transportation Technologies (HTT): Ha presentado esta misma semana su cápsula, construida en Airtificial, la antigua Carbures, en el Puerto de Santa María, casi íntegramente en fibra de carbono, y espera que esté lista para su uso comercial a finales del año que viene. Es una agrupación de 40 compañías de 38 países, que tienen la meta de que este medio de transporte sea una realidad en 2020. Cuenta con una laboratorio en Toulouse (Francia), donde también quiere hacer una pista de pruebas, en una clara apuesta por Europa. No obstante, ha anunciado sus dos primeros encargos en China y los Emiratos Árabes Unidos.

Otras iniciativas: la valenciana Zeleros, la canadiense TransPod, la estadounidense Arrivo, la india DGWHyperloop y la holandesa Hardt Global Mobility también están en la carrera en occidente, mientras que en China se trabaja en «trenes voladores» que serían incluso más rápidos que los de este sistema.

¿En qué punto está?

Cinco años después, la realidad es que los prototipos de cápsulas han alcanzado velocidades máximas de hasta 457 km/h, esto es, poco más que la de los trenes Maglev; y muy lejos de los más de 1.200 km/h que, sobre el papel, se podrían alcanzar. Queda tanto por hacer todavía que no es previsible que se puedan cumplir los calendarios más optimistas, que preveían la puesta en servicio de las primeras líneas entre 2020 y 2021.

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