Carla Caro: «TikTok puede ser un gran canal de divulgación científica»

-¿Cómo llega al mundo de la computación cuántica?

-Es cierto que no es un ámbito al que todos podamos acceder cuando somos pequeños... (Ríe) En mi caso, he sido nativa de las tecnologías y con mis padres siendo informáticos siempre he tenido la programación muy cerca. Todo lo relacionado con los ordenadores me ha atraído desde muy pequeña y ya después, en computación cuántica, que es un tema muy concreto y muy nuevo, me fui adentrando gracias a la oportunidad que tuve de ir a un centro de investigación, al Instituto de Ciencias Fotónicas, en Castelldefels, durante dos semanas. Allí descubrí lo que era la investigación real en Física y me determinó tanto que me llevó a estudiar la carrera.

-¿A qué edad empezó con el cacharreo?

-¿En computación cuántica? A los 16 años.

-¿Y cuándo decidió que su labor tecnológica debía tener una vocación social?

-Es algo sobre lo que siempre he estado muy concienciada, por los problemas que tenemos en la actualidad y quería que lo que acabase haciendo en mi profesión fuera para intentar ayudar a la sociedad. Creo que desde cualquier área científica tendríamos que intentar solucionar los problemas reales que nos afectan a todos y por eso intenté enfocar mi carrera hacia ello.

-¿Cree que la tecnología tiene un perfil social aún por desarrollar?

-Un poco sí. En el sector tecnológico y científico falta por desarrollar un poco esa concienciación y que tengan esa visión sobre la necesidad de tener un impacto social. Aun así, cada vez hay más iniciativas en ese sentido dentro del sector tecnológico, como todas las personas que nos rodean en este evento que se celebra en Málaga. Es cierto que falta concienciación, pero estamos en ello.

-Y ahora que ya estamos en materia, ¿me explica en lenguaje coloquial qué es eso de la computación cuántica?

-Siempre cuesta explicar un poco… (Ríe) Es una nueva tecnología que cambia por completo el paradigma porque, igual que tenemos nuestros ordenadores habituales en nuestros móviles o en nuestros portátiles, ahora estamos construyendo nuevos ordenadores que funcionan mediante diferentes leyes físicas, que son las de la física cuántica. Eso nos brinda otro tipo de propiedades que podemos usar para solucionar problemas de forma diferente y, probablemente, de una manera mucho más eficiente.

-¿Cómo cuáles?

-Una de las aplicaciones más directas consiste en la simulación de sistemas físicos. Por ejemplo, un medicamento que se quiera desarrollar, para poder probarlo se hace una serie de cálculos que son muy complejos y con un ordenador cuántico, un cálculo que puede llevar siglos en el mejor superordenador, se puede resolver mucho más rápido. Otro campo puede ser el descubrimiento de nuevos materiales, por ejemplo.

-En su caso, una de sus líneas de trabajo va dirigida a la lucha contra el cáncer. ¿Puede la computación cuántica hacer que la cura del cáncer llegue antes?

-Justamente en este caso, se trata de poder entender qué procesos biológicos ocurren en un cáncer o cómo van a reaccionar las células a cierto medicamento. Eso es algo que puede ser realizable en un ordenador cuántico en cuanto tengamos ordenadores funcionales y sin duda va a llevar a un aumento exponencial que no podríamos lograr con superordenadores.

-¿Y así estaría la cura del cáncer más cerca?

-Sí. Justamente en cuanto lleguemos a tener los ordenadores funcionales, que es el paso más complicado que tenemos enfrente por ahora. Después los resultados pueden ser prometedores.

-¿Avances como ese ayudarían a acercar la tecnología a más segmentos de población?

-Como público general cada vez somos más conscientes de que la tecnología afecta a la sociedad y de que tiene este impacto. Sí es cierto que en generaciones más actuales se vincula mucho más con el ocio y sí que falta enseñar a edades más jóvenes todo lo que puede hacer la tecnología a nivel social.

-Ya que habla de generaciones más jóvenes como la suya o incluso posteriores. ¿Qué papel pueden tener redes sociales con TikTok o Instagram en el desarrollo de la divulgación científica?

- Todas estas redes sociales, que se pueden ver desde una perspectiva negativa por las adicciones que pueden generar y por otras cuestiones, sí que tienen su lado bueno y Tik Tok y otras redes sociales se pueden aprovechar perfectamente para ser grandes canales para la divulgación científica y tecnológica y concienciar en este sentido, sobre todo a los jóvenes. Creo que son herramientas potenciales que se pueden usar.

-¿Y se usan ya en ese sentido?

-Sí que hay divulgación, pero hace falta impulsarlas más.

-¿A qué edad cree que es recomendable asomarse a esas redes y a Internet en general?

-Justo cuando están creciendo y aprendiendo, digamos, a una edad de 10 años, que es cuando empiezas a determinar tus intereses y tus curiosidades. A esas edades es importante darles a entender que esas curiosidades las pueden resolver con el uso de la tecnología. Si en esas edades ya estás enseñando estas posibilidades, puede ser el punto clave para fomentar ese cambio de mentalidad.

-¿Y qué opina de los riesgos que conlleva ese acceso a edades tempranas?

-Claro que están ahí, pero hay que abrir ese uso de la tecnología siempre que se enfoque en el empleo para poder aclarar sus dudas y satisfacer sus curiosidades. No sólo lo aplicaría a la tecnología, sino al propio proceso de investigación. Si ya desde esas edades eres consciente de que tienes herramientas para solventar todas esas dudas, eso abre las puertas a una generación más concienciada y preparada.