

Secciones
Servicios
Destacamos
Nuria Triguero
Domingo, 8 de noviembre 2015, 00:57
málaga. Si este reportaje se hubiera escrito a principios de 2014 podría haberse titulado como la película Tú a Boston y yo a California. Por entonces Ana ultimaba su estancia en Harvard y María acababa de ser fichada por Google para trabajar en su cuartel general de Mountain View. «Nos hacía mucha gracia contárselo a la gente pero resulta que en inglés el título de la peli no tiene nada que ver: es The parent trap», confiesan las hermanas mellizas, que sin haber cumplido los 30 años (tienen 28) atesoran ya un currículum difícilmente igualable. María, ingeniera de telecomunicaciones, trabaja para la empresa tecnológica más deseada del mundo después de haber pasado por la agencia espacial alemana. Su hermana mayor (nació 15 minutos antes), arquitecta y diseñadora computacional, ganó un premio internacional por el diseño de una casa sostenible en Japón y ahora ejerce en el estudio de arquitectura Thornton Tomasetti de Nueva York.
La historia de las hermanas García Puyol está escrita a base de esfuerzo, talento innato, becas y un entorno familiar que ha fomentado la formación y la igualdad de sexos. Ana lo explica así: «Hemos tenido dos becas: por un lado las públicas y por otro, la beca Puyol, porque nuestros padres no son ricos pero se han esforzado por que pudiéramos hacer todo lo que queríamos: ir al conservatorio, a la escuela de idiomas, a kárate, al extranjero para aprender inglés en verano...». Criadas en el barrio de Fuente Olletas, estudiaron primaria y la ESO en el colegio La Reina y el bachillerato en San Pablo (ambos concertados). Su madre era profesora de física y química en un instituto y su padre, director del Centro Cívico (ahora ambos están jubilados). Tienen un hermano mayor de 33 años, Miguel, que es teleco y trabaja en Múnich, ciudad por la que curiosamente también han pasado Ana y María en algún momento de sus intensas trayectorias profesionales.
Las dos reconocen que han tenido un «ejemplo excepcional» en su familia, pues ya sus abuelos, que vivían en Coín, se esforzaron por que todos sus hijos e hijas estudiaran una carrera cuando en su época eso no era tan común. El ejemplo de sus primos mayores, que «cuando nos juntábamos en verano en la casa familiar, hablaban en inglés para que no les entendiéramos» y sobre todo de su hermano, que se fue de Erasmus cuando eran pequeñas, han influido en su determinación por aprender idiomas, viajar y trabajar en otros países.
Ambas han combinado la pasión por la tecnología, las matemáticas y la ciencia con la afición por el piano, que incluso las llevó a empezar la carrera de composición en el Conservatorio. La clave de su educación, opina María, ha sido que sus padres «no nos obligaron a nada, pero nos animaban a todo». Los idiomas han sido otra faceta que cultivaron desde pequeñas. A los 15 años pasaron su primer verano fuera en casa de una familia en California y después repitieron en Malta, Canadá e Irlanda, siempre buscándose trabajos para costearse la estancia. Aunque aseguran que su mejor método para aprender idiomas es leer y ver películas y series en versión original. María domina cuatro lenguas (español, inglés, alemán e italiano) y Ana, además del inglés, chapurrea alemán y tiene nociones de japonés.
Las dos, y sobre todo María, han elegido profesiones en las que las mujeres son minoría. «Desde pequeñas nos gustaba más construir cosas que jugar con muñecas. Nuestros padres no nos condicionaron con cosas de chicas. Nunca tuvimos una barbie, pero le quitábamos el mecano a mi hermano para construir helicópteros», recuerdan. Están convencidas de que para conseguir la igualdad entre sexos hay que conseguir que las niñas se interesen por las carreras técnicas. María participó recientemente en un congreso en Houston sobre este tema. «El camino más efectivo es que las niñas tengan ejemplos cerca. En casa, mi madre era la que arreglaba los electrodomésticos. Cuando tienes a mujeres así a tu alrededor, quieres parecerte a ellas», opina. La campaña viral I look like an engineer, que ha empujado a miles de ingenieras a hacerse fotos con ese hashtag, le parece «fantástica». Ana aboga también por motivar a las niñas con «iniciativas específicamente dirigidas para ellas», por ejemplo talleres de programación.
habla su padre
No puede disimular su orgullo. El padre de María y Ana, José Miguel García, preguntado por cuál es la receta que ha aplicado en la educación de sus hijos, señala «En nuestra casa siempre hemos valorado la formación como la clave para una vida feliz y hemos creído y practicado la igualdad de géneros». El que fuera director del Centro Cívico destaca también el ejemplo de su hijo mayor, Miguel, que es informático y trabaja en Múnich. «La modernidad digital llegó a nuestra casa de mano de él con sólo 8 años. Abrió camino en los viajes al extranjero, nos hizo ver cómo lógico ir a aprender idiomas...». El éxito profesional de sus tres hijos les mantienen a él y a su mujer, María Jesús, lejos de ellos, pero ahora que están jubilados viajan a menudo para visitarles.
Otra causa de la que se declaran abanderadas las García Puyol es la de las becas. «Quiero destacar lo importantes que han sido. Nos han cambiado la vida», afirma Ana. «Invertir en becas es invertir en futuro, es un desastre que se recorten», añade María. También defienden la educación pública y se muestran satisfechas de lo aprendido en la Universidad de Málaga, aunque opinan que debería haber prácticas obligatorias.
Pese a haberse ido de España coincidiendo con la crisis, las mellizas no se consideran emigrantes. «Las oportunidades han llegado y las hemos cogido», afirman. ¿Volverían a España si las cosas fueran mejor? «El problema no es tanto la situación económica como una mentalidad que a mí me frenaría», opina Ana. «Pero no nos engañemos, me encantaría estar en Málaga con mi familia y mis amigos», añade María. Por ahora, se conforman con volver a casa y a las croquetas de mamá dos veces al año. Ellas se ven más a menudo, ya que buscan cualquier excusa para cruzar el país y visitarse o hacer viajes juntas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.