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Óleo que recrea el nacimiento de la bandera de EE.UU, con Washington sentado a la izquierda. En el detalle inferior, Luis de Unzaga J. l. ferry
El malagueño que dio nombre a los Estados Unidos

El malagueño que dio nombre a los Estados Unidos

El presidente George Washington adoptó ese nombre tras verlo en una carta enviada por el militar malagueño Luis de Unzaga. Gobernador de Louisiana e impulsor del libre cambio y del dólar como divisa oficial del país, volvió a Málaga en su vejez para impulsar la construcción de La Alameda

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Domingo, 20 de junio 2021, 14:00

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La historia local está plagada de nombres que dieron lustre a la ciudad de puertas afuera y que han logrado que sus éxitos permanezcan en la memoria colectiva sin que importe el paso del tiempo: políticos de primer nivel, artistas universales, comerciantes visionarios, industriales adoptados por la tierra como uno más, grandes filántropos... Ninguno de ellos, sin embargo, puede presumir de haber sido el responsable de 'bautizar' al país más poderoso del planeta. Ese mérito le corresponde a Luis de Unzaga y Amézaga (Málaga, 6 de abril de 1717-Málaga, 21 de junio de 1793), militar de ascendencia vasca nacido al lado de la Catedral que pasará a la historia, además, como uno de los grandes impulsores de la independencia de los Estados Unidos. También de darle el nombre al país.

El sorprendente hallazgo lleva la firma de los profesores malagueños Frank Cazorla, Rosa García Baena y José David Polo Rubio, autores de la biografía 'El gobernador Luis de Unzaga. Precursor en el nacimiento de los EE. UU y en el liberalismo' (Fundación Málaga), una extensa investigación sobre este militar cuya trayectoria -escasamente difundida- escondía ese detalle brillante. Por encajarlo en el mapa donde desarrolló el grueso de su carrera militar, de Unzaga ingresó con apenas 13 años en el ejército y una década más tarde se embarcó a América en plena Guerra del Asiento, el conflicto bélico que enfrentó a la flota de Gran Bretaña con el Imperio español principalmente en aguas del Caribe, entre 1739 y 1748. Durante la contienda y los años posteriores fue escalando en posiciones hasta ser elevado a comandante y, posteriormente, gobernador de las provincias de Louisiana, donde desarrolló una trayectoria fabulosa.

Respetado por sus méritos y, sobre todo, bien relacionado, de Unzaga tuvo línea directa a ambos lados del Atlántico con los máximos representantes de la corte española y el gobierno norteamericano: mantuvo correspondencia con los reyes Carlos III y Carlos IV y sus ministros y, de otro lado, un contacto estrecho con el presidente George Washington. Y es en esa correspondencia entre Unzaga y Washington (al que se refería como 'Jorge') donde se gestó el nombre de los Estados Unidos.

Misiva «muy halagadora»

Así lo descubrieron los investigadores malagueños, que en su trabajo de archivo hallaron una misiva en la que George Washington se dirige a su mano derecha, Joseph Reed, para comentarle los detalles de la «muy halagadora» carta que acababa de recibir del propio Unzaga: «He gives me the title of 'General de los Estados Unidos Americanos', which is a tolerable step towards declaring himself our ally in positive terms». (Me otorga el título de general de los Estados Unidos Americanos, un paso tolerable para declararse nuestro aliado en términos positivos). Aquella fórmula agradó tanto al presidente que, a partir de ese momento, el nombre de 'los 13 estados' o 'los 13 estados unidos' -como se conocía a EE. UU en la Declaración de Independencia- se convierte en los Estados Unidos Americanos (o de América) por obra y gracia de Unzaga.

Su aportación al otro lado del Atlántico fue, sin embargo, más allá de aquel detalle. Fruto de esa eficaz red de contactos en todas y cada una de las plazas del país, al militar malagueño se le llegó a considerar precursor de la CIA (la agencia de inteligencia de Estados Unidos), tal y como se recoge en la página web del servicio secreto. Aquel privilegio le permitió colaborar de forma definitiva en la independencia de los Estados Unidos gracias a la puesta en marcha de una red de espías que coordinó el propio Unzaga en colaboración con George Washington. Además, fue el pionero del libre cambio por el río Mississippi, una vía que le permitió proveer a los colonos de toneladas de pólvora, medicamentos o harina; fundamentales para esas primeras victorias norteamericanas. En ese contexto, el militar malagueño también fue determinante en la implantación del dólar como moneda comercial transfronteriza antes de que ésta se convirtiera en la divisa oficial de EE. UU.

Arriba, la Fuente de Génova en La Alameda. Abajo, izquierda, detalle de la firma de Unzaga en la carta enviada a George Washington. Al lado, Bernardo de Gálvez, cuñado del militar Archivo UMA y 'El gobernador Luis de Unzaga. Precursor en el nacimiento de los EE. UU y en el liberalismo'
Imagen principal - Arriba, la Fuente de Génova en La Alameda. Abajo, izquierda, detalle de la firma de Unzaga en la carta enviada a George Washington. Al lado, Bernardo de Gálvez, cuñado del militar
Imagen secundaria 1 - Arriba, la Fuente de Génova en La Alameda. Abajo, izquierda, detalle de la firma de Unzaga en la carta enviada a George Washington. Al lado, Bernardo de Gálvez, cuñado del militar
Imagen secundaria 2 - Arriba, la Fuente de Génova en La Alameda. Abajo, izquierda, detalle de la firma de Unzaga en la carta enviada a George Washington. Al lado, Bernardo de Gálvez, cuñado del militar

Aquellos gestos y sus dotes diplomáticas le valieron el apodo de 'El Conciliador', y gracias a su matrimonio con Isabel de Saint-Maxent La Roche, hija de un acaudalado comerciante y militar de origen francés, se le abrieron las puertas de la alta sociedad, la diplomacia y la filantropía. Con ella puso en marcha, por ejemplo, el primer sistema educativo público bilingüe del mundo, en Nueva Orleans. Curiosidades de cuna, de trayectoria y de genealogía, Unzaga compartió más que familia política con otro de los grandes militares y gobernadores nacidos en Málaga y aclamados en Estados Unidos; en concreto, con Bernardo de Gálvez (Macharaviaya, 1746- México, 1786). Eran cuñados, ya que este último contrajo matrimonio con la hermana de Isabel, llamada Felicidad; y fue precisamente De Gálvez quien relevará a Unzaga en el cargo de gobernador de Louisiana.

Los vínculos entre ambas familias se estrecharon aún más a su regreso a España: la pareja formada por Luis e Isabel para retirarse en Málaga y Felicidad, ya viuda de Bernardo, para emprender una nueva vida en Madrid y convertirse en la anfitriona de tertulias literarias y políticas que no eran bien vistas por su carácter liberal e ilustrado. De hecho, cuando Felicidad se convirtió en sospechosa de promover los ideales de la Revolución Francesa, fue desterrada por las autoridades a Valladolid y su hermana Isabel tuvo que hacerse cargo de la educación de sus sobrinos.

Su huella en Málaga

A Luis de Unzaga y su esposa le quedarían por hacer también grandes proyectos en Málaga, a pesar de que el militar volvió a la ciudad que le vio nacer con cerca de 70 años. Sobre la fascinación que generó su esposa en la alta sociedad malagueña, baste decir que fue la primera mujer que apareció en los documentos oficiales de los padrones eclesiásticos de la Diócesis de Málaga como 'Excelentísima señora doña'.

De otro lado, su esposo fue uno de los impulsores más importantes del trazado de La Alameda, la vía señorial que supuso un salto definitivo en el urbanismo de una ciudad que hasta entonces no había hecho vida al otro lado de la muralla medieval. En efecto, la familia Unzaga-Saint-Maxent intervino ante la corte de Carlos III para que se aprobara el proyecto de la fabulosa avenida. Unzaga, por aquel tiempo presidente de la Junta de reales obras del Puerto de Málaga y gobernador de la Comandancia General de Costas del Reino de Granada, coordinó los trabajos para edificar las primeras hileras de casas a ambos lados de La Alameda y ordenó traer árboles de los Montes de Málaga y a través del Puerto para que fueran plantados en el nuevo espacio. Por supuesto, una de las viviendas más señoriales, haciendo esquina con Puerta del Mar, fue la que ocupó el matrimonio. Para embellecer aún más ese entorno, el militar malagueño ordenó colocar la emblemática Fuente de Génova en una peana dodecagonal frente a su residencia, que ocuparía hasta su muerte, el 21 de junio de 1793. Este fin de semana se cumplen, precisamente, 228 años del fallecimiento de este ilustre malagueño que brilló dentro y fuera de su Málaga natal. Sobre todo, en Estados Unidos y en la forma por la que hoy se les conoce en el mundo entero.

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