Sorprenden a dos narcos moviendo 2.200 kilos de hachís por las calles de Marbella

Los vigilantes de seguridad de una urbanización de Marbella se dieron cuenta de que dos vehículos estaban haciendo maniobras extrañas. Cuando uno de los dos coches, un Volvo de alta cilindrada, abandonó la zona, decidieron llamar a la Policía Local, que estableció un rápido operativo para dar con el vehículo, intervención que finalizó con un detenido y la incautación de más de 2.200 kilos de hachís, uno de los cargamentos de droga intervenidos de mayor peso en las últimas semanas, en las que la lucha contra el narcotráfico se ha intensificado en las costas andaluzas y en el litoral de la provincia.

Los hechos se produjeron durante la noche del pasado uno de septiembre. Según las fuentes consultadas, cuando los agentes de la Policía Local de Marbella localizaron el Volvo comenzaron a seguirlo. El conductor comenzó a hacer maniobras evasivas y a actuar de forma errática, hasta que se introdujo en un parking -se golpeó contra una de las paredes del edificio pero consiguió seguir circulando-.

Al parecer, una vez en el aparcamiento trató de proseguir la fuga a pie, pero los agentes le cortaron el paso y lo redujeron. Procedieron a comprobar el contenido del maletero del vehículo, en el que había unos 688 kilos de hachís en cajas de cartón envueltas en plástico. Estaban mojadas y tenían restos de arena, lo que indicó a los agentes que podían proceder de un alijo reciente en algún lugar de la costa malagueña. El Volvo figuraba en los archivos de Tráfico como robado, por lo que además de por un delito contra la salud pública, el conductor fue arrestado por otro de robo, siempre según las fuentes consultadas.

De nuevo en conversaciones con los vigilantes de seguridad que dieron la voz de alarma, los agentes tuvieron conocimiento de que el Volvo había sido visto aparcado junto a una furgoneta que podía permanecer estacionada en el garaje de la urbanización. Según ha podido saber SUR, los policías municipales se desplazaron hasta el lugar en el que se podía haber producido el intercambio y, efectivamente, allí había una furgoneta.

Según las mismas fuentes, esta tenía el portón trasero semiabierto, como si hubiese sido abandonada a la carrera. Cuando los policías abrieron la puerta descubrieron medio centenar de fardos de hachís que una vez pesados arrojaron la cifra de 1.600 kilos, cantidad que añadida a la del Volvo suma los 2.288 kilogramos intervenidos. En el caso de la furgoneta, los paquetes de droga también estaban mojados y húmedos, al igual que el interior de la furgoneta abandonada. Los policías también encontraron en el interior del segundo vehículo 41 garrafas llenas de gasolina (unos 820 kilos), que fue intervenido junto al resto de las sustancias localizadas.