Propina una paliza a su pareja y la abandona casi inconsciente en una playa de Marbella
Cuando lo encontró la Policía Local, el hombre tenía las manos hinchadas de los golpes que le había dado y se limitó a manifestar: «Se me ha ido la cabeza»
Los agentes, dos policías locales de Marbella, se encontraban en la avenida Severo Ochoa para atender un accidente de tráfico que acababa de producirse. Entonces, ... observaron una escena tan extrema como el desenlace posterior: una mujer trataba de tirarse de un coche en marcha.
Poco después, tras una intensa búsqueda por toda la ciudad, localizaron a la víctima semiinsconsciente en una playa de Marbella donde la había abandonado su pareja supuestamente tras propinarle una paliza. La mujer, de unos 30 años, fue hospitalizada con múltiples lesiones.
Eran las 3.40 horas del 11 de agosto cuando los policías locales se cruzaron con un coche que pasó junto a ellos a gran velocidad. La mujer que iba en el asiento del copiloto pedía ayuda a gritos al tiempo que intentaba saltar del vehículo. Incluso llegaron a ver que tenía la puerta abierta y una pierna por fuera del automóvil.
El turismo se alejó en sentido Málaga hacia la zona del Arco de Marbella. A los agentes no les dio tiempo a perseguirlo -seguían atendiendo el accidente- ni tampoco a ver la matrícula, pero sí retuvieron las características del mismo: se trataba de un Seat Ibiza de color negro.
La patrulla alertó al resto de las unidades a través de la radio. Varias dotaciones que se encontraban en la Jefatura salieron rápidamente en búsqueda del turismo y recorrieron toda la zona este del término municipal hasta la urbanización de Elviria, lindando ya con Mijas.
Los agentes contaron con la ayuda de un recurso clave: las cámaras de vigilancia del tráfico que se controlan desde la central del 092. Eso les permitió conocer la matrícula del coche a la fuga, trazar su posible recorrido y estrechar la vigilancia en torno al mismo.
Dado que se habían alejado considerablemente del lugar del suceso, la patrulla que llegó al límite de Mijas se dio la vuelta y comenzó a rastrear las urbanizaciones más próximas a la costa. Así, al adentrarse en el complejo Río Real, observaron el Seat Ibiza negro salir de la zona de playa, por lo que le dieron el alto.
Los policías locales observaron que el conductor llevaba la ropa manchada de sangre y tenía las manos hinchadas, aparentemente, como consecuencia de los golpes, así como restos de sangre en las mismas. Cuando inspeccionaron el coche, vieron que el asiento del copiloto estaba también ensangrentado.
Los agentes le preguntaron dónde estaba la mujer a la que habían visto intentando tirarse de un coche en marcha. Él les aclaró que era su novia y que la había dejado en la zona de playa. Respecto a lo ocurrido, se limitó a manifestar: «Se me ha ido la cabeza».
Cuando los policías la encontraron, la mujer tenía hematomas por todas partes, un corte en el mentón y la ropa ensangrentada
Los policías peinaron la arena con linternas y localizaron, en una zona oscura, a una mujer semiinconsciente que ni siquiera acertaba a responder a los policías. Estaba sola, sin nadie cerca que pudiera socorrerla. Tenía hematomas por todas partes, un corte en el mentón y la ropa ensangrentada.
Los agentes observaron en la arena signos de que había sido arrastrada desde otro punto que coincidía con huellas de neumáticos, lo que dibujaba una secuencia que encajaba con lo que parecía haber ocurrido: tras golpearla, su pareja la arrastró hasta allí y la abandonó.
Mientras la ambulancia llegaba al lugar, la mujer recuperó el conocimiento, aunque se encontraba muy desorientada y apenas recordaba nada de lo sucedido. Ni siquiera sabía dónde estaba ni cómo había llegado hasta allí, según relataron las fuentes consultadas.
Los policías locales realizaron un amplio reportaje fotográfico tanto del lugar donde se encontró a la mujer como de los vestigios que quedaron en la arena. En la inspección ocular, hallaron una funda dental llena de sangre que la mujer había perdido en el ataque.
El hombre, español, de 32 años, quedó detenido por un presunto delito de violencia de género. Dio positivo en la prueba de alcohol, aunque la tasa se situó por debajo del mínimo establecido -que es de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado- y no fue sancionado. Por lo que sí se le denunció fue por conducción temeraria, a tenor del modo en el que se le vio circular a través de las cámaras de seguridad.
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