El Tribunal Supremo confirma la pena de 20 años por el crimen de Gloria, la vecina de Montejaque asesinada a puñaladas

De acuerdo con lo expuesto en el apartado de hechos probados de la resolución, a la que SUR ha tenido acceso, el esposo de Gloria llevó a cabo el asesinato machista en un momento en que la relación entre el matrimonio se había deteriorado de tal manera que la mujer le había comunicado su intención de divorciarse. La mató entre las 22.30 y las 23.45 horas del día 9 de marzo de 2019.

Lo hizo empleando gran violencia para acabar con la vida de la víctima. La golpeó, intentó asfixiarla tapándole la boca y luego trató de estrangularla. Al no conseguir su propósito, cogió un cuchillo de la cocina con el que le asestó hasta 13 puñaladas. Una de las cuchilladas afectó a la cara anterior de la aorta, lo que provocó a la mujer un shock hemorrágico hipovolémico que le produjo la muerte.

El crimen lo cometió en el interior del domicilio familiar, donde ella se sentía confiada, circunstancia que él aprovechó para llevar a cabo el ataque de manera sorpresiva. Para el Supremo, hay varios hechos probados que demuestran que el marido era consciente de sus actos en el momento en que acabó de manera brutal con la vida de Gloria.

Aquella noche, el encausado tiró los móviles para evitar que la víctima pidiera auxilio. También apagó el cuadro de la luz para dificultar la visibilidad de lo que sucedía en el interior del domicilio y cerró la puerta de la vivienda con las tres cerraduras para entorpecer el posible auxilio de la mujer.

También es significativo para la Sala de lo Penal que pidiera a uno de los policías que lo matara, mostrando arrepentimiento, así como que se hiciera cortes en las muñecas con este fin. Para el tribunal, estos indicios dan muestra de que el marido de Gloria era consciente de los actos que había cometido y, sobre todo, de las consecuencias que tendría.

El Supremo, además, pone de manifiesto que los informes psiquiátricos «le exploraron acerca de una posible patología mental que pudiera tener no objetivando ninguna enfermedad mental que alterase la capacidad mental del paciente, insistiendo en que sabía lo que había hecho y que no tenía alteraciones de ningún tipo», por lo que «en el momento de cometer los hechos no presentaba trastorno alguno».

Además de la pena de 20 años de prisión por el crimen de la vecina de Montejaque, el tribunal ratificó la indemnización a hijos y familiares de la víctima de 330.000 euros.