Un nuevo pirocúmulo amenaza Genalguacil y Jubrique: «Este incendio tiene vida propia»

La dinámica interna del incendio de Sierra Bermeja, considerado de sexta generación y de categoría E, es decir, del máximo nivel de gravedad contemplado en el Plan Infoca, está complicando enormemente las tareas de extinción, hasta el punto de que, tras una jornada (la de ayer) en la que estaba a punto de entrar en fase de estabilización, ha pasado hoy a poner otra vez en jaque a los integrantes del dispositivo. «Este incendio tiene vida propia», reconocían hace unos minutos desde el Infoca. La explicación está en su capacidad de convección, de generar un movimiento vertical del aire, lo que provoca que tenga sus propias corrientes internas que le ayudan a propulsarse y propagarse, independientemente del viento que haya en ese momento en la zona.

La situación cambió exactamente a las 2.23 de la madrugada. El frente norte, que a última hora de la noche se daba casi por controlado, se activó por culpa de una pavesa que, empujada por el viento de levante, hizo lo que parecía imposible: saltó el terreno calcinado por el último incendio en la zona, el del pasado julio, que debía haber actuado como cortafuegos, y prendió un barranco más próximo a los términos municipales de Genalguacil y Jubrique, dando lugar a un nuevo foco o, como decía esta mañana el presidente de la Junta, Juanma Moreno, un nuevo incendio.

La pavesa ha quemado todo el barranco, unas 25 hectáreas según el primer balance provisional, pero lo peor es que, además, ha provocado el temido pirocúmulo, que suele formarse en vaguadas o valles donde encuentra las condiciones apropiadas para el efecto chimenea, lo que genera la columna de humo y la nube de ceniza. Fuentes del dipositivo aseguran que este nuevo pirocúmulo puede abacar un perímetro de 10 kilómetros y que sería incluso mayor que el que se formó el pasado viernes, que obligó a confinar a los vecinos de Jubrique y Genalguacil.