Dos incidencias desatan otro caos ferroviario en Madrid

Después fue un intento de suicidio por parte de un desconocido que amenazaba con arrojarse a las vías desde uno de los puentes internos que cruzan las instalaciones de la estación de Atocha, la mayor del país. El tráfico de trenes entre el centro y el este del país, además de varios líneas de cercanías, estuvo cortado durante más de dos horas y media, reanudándose el servicio de forma lenta y solo parcial a partir de las diez de la noche.

Poco antes de las siete y media de la tarde, la Policía Nacional fue alertada por técnicos de ADIF, el organismo público que gestiona la red ferroviaria, sobre la presencia de una persona sospechosa en una zona no autorizada al público en la estación de Atocha. En concreto, estaba en una de las pasarelas superiores.

Al lugar se trasladaron varios agentes que, según fuentes policiales, descartaron en un primer momento que pudiera ser algún intento de sabotaje e incluso atentado terrorista, inclinándose más bien por un presunto intento de suicidio. Por este motivo, la Policía solicitó a las autoridades ferroviarias que cortasen el tráfico ferroviario. Poco después, fuentes de Renfe comunicaban que habían suspendido temporalmente los servicios de AVE, Avlo y Avant, así como las líneas de Cercanías C3, C4, C5 y C7, lo que en la práctica suponía reducir al mínimo los servicios ferroviarios en la ciudad.

«A petición de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, se ha cortado la tensión en la estación de Madrid Puerta de Atocha debido a la presencia de una persona en un punto de acceso no autorizado. Circulación suspendida de trenes de Alta Velocidad, Larga y Media Distancia y Cercanías», señalaban desde la operadora ferroviaria en la red X para justificar la activación del pertinente protocolo de emergencias en la estación de Atocha y sus alrededores.

Fuentes de Renfe confirmaban una hora después que «los trenes están sufriendo demoras y prolongadas detenciones», aunque no concretaban su duración. Tampoco apuntaban previsiones sobre la posible reanudación del servicio, ya que seguía habiendo «varias personas» en la zona de acceso a las vías y la pasarela, entre ellos los propios agentes que vigilaban al desconocido. La compañía ferroviaria confirmó que dicho individuo había «amenazado con tirarse a las vías». Finalmente, tras casi dos horas de conversaciones y una situación claramente tensa, varios policías lograron sujetarle para a continuación proceder a su detención y trasladarle a comisaría.

Una vez confirmado el final del incidente, desde la propia Renfe se comunicaba que pasadas las diez de la noche el tráfico ferroviario en la zona empezaba a reanudarse, aunque de forma todavía lenta. «La circulación de trenes de entrada y salida se normalizará de manera paulatina», señalaba de forma escueta la compañía ferroviaria en su perfil de X, mientras que desde Cercanías Madrid se apuntaba en la misma red social que los convoyes «circularán con demoras», sin precisar de cuánto tiempo ni tampoco cuándo el servicio recobrará totalmente la normalidad.

En paralelo, Renfe había comunicado unas pocas horas antes que la circulación en el túnel de AVE que una las estaciones de Atocha y Chamartín -esto es, el norte y el sur de la capital del país- se había visto interrumpida por un descarrilamiento parcial, que provocó que al menos uno de los vagones traseros de un convoy casi se saliera de la vía tras chocar contra la pared de un tunel. No obstante, no se reseñó la existencia de heridos.

Fue, en concreto, por «una salida de eje en la unidad de cola de un material vacío durante una maniobra», según precisó la operadora ferroviaria. En el momento del incidente «la unidad se encontraba vacía y el maquinista no ha resultado herido», añadió la compañía, que reconoció que esta incidencia estaba afectando especialmente al tráfico ferroviario de AVE que comunica Madrid con el este del país. De hecho, hubo retrasos importantes de los trenes hacia Toledo, Murcia, Málaga, Valencia y Sevilla, entre otros.

El problema ahora radica en ver cuándo se podrá recuperar por completo el servicio en el túnel que conecta las estaciones de Chamartín y Atocha, clave para agilizar el servicio ferroviario de alta velocidad y diferentes conexiones. Técnicos de ADIF apuntaban que para retirar por completo el convoy accidentado, reparar los daños causados y verificar que todas las conexiones eléctricas funcionan bien los trabajos podrían demorarse, al menos, entre dos y tres jornadas.