La mujer denunció seis veces al padre Roberto por acosarla y perseguirla por la autovía
Asegura que fueron pareja y que convivieron en la casa parroquial de Canillas de Aceituno, pero que el cura empezó a hostigarla cuando ella dio por terminada la relación
La Diócesis de Málaga no había salido aún del primer escándalo, el protagonizado por el padre Fran, al que se acusa de violar a ... chicas inconscientes, cuando salta el segundo. Salvando las distancias entre ambos casos, la realidad es que otro sacerdote, el padre Roberto, ha sido detenido en la provincia por, presuntamente, acosar a una joven que dice haber sido su pareja.
La mujer ha presentado hasta seis denuncias ante la Policía Nacional y la Guardia Civil porque, según sostiene, mantuvo una relación sentimental con el párroco de Canillas de Aceituno, que también lleva Sedella y Salares. Cuando ella puso fin a la misma, presuntamente comenzó a sufrir por parte del cura un acoso sistemático que le ha obligado a mudarse varias veces y que le impide desarrollar una vida normal.
Las denuncias de la joven motivaron incluso que un juzgado de Violencia sobre la Mujer, en concreto el número 1 de Cartagena, dictara una orden de alejamiento de 300 metros contra el padre Roberto, que tiene prohibido aproximarse al «domicilio actual o futuros, así como lugar de trabajo, estudios o de cualquier otro lugar, público o privado, por ella frecuentado». La medida cautelar también le impide hablar con la chica o contactar con ella por cualquier medio.
El último de la larga lista de episodios de acoso y persecuciones que refiere la denunciante, y que ha propiciado incluso la detención del párroco, habría ocurrido el 4 de septiembre, cuando ella circulaba con su coche por la autovía A-7 a la altura de Rincón de la Victoria, en la calzada en sentido Málaga capital, ya que se dirigía al centro comercial Vialia.
Ocurrió entre los kilómetros 978 y 981 de la autovía. Según denunció la mujer, se percató de que el sacerdote, al que ya había denunciado en cinco ocasiones, se puso detrás de su coche y, cuando ella lo dejó pasar, «él la miró y rio». Luego se colocó delante y, siempre según la versión de la joven, comenzó a aminorar la velocidad.
La denunciante se cambió al carril central y de ahí al izquierdo para rebasarlo, pero el hombre supuestamente se puso detrás y empezó a acelerar, lo que hizo que ella volviera al carril central. El sacerdote presuntamente repitió la misma maniobra: se colocó delante y redujo la velocidad. A ella, no obstante, le dio tiempo a hacer una foto y llamar a la Guardia Civil.
Origen de la supuesta relación
Todo empezó mucho antes. La primera denuncia la formuló la joven el 28 de octubre de 2022. La presentó en Madrid, concretamente en la comisaría de Ciudad Lineal, adonde se había mudado, dijo, para alejarse del padre Roberto. Según relató entonces, convivió con el sacerdote durante unos seis meses supuestamente en la casa parroquial.
En aquel momento no mencionó la supuesta relación de pareja, aunque sí dijo que, cuando ella recibía mensajes de otras personas, él se mostraba tremendamente celoso, llegando a advertirle de que si les respondía, «tendría que marcharse de su casa», relató ella a los policías.
Sin embargo, cada vez que hacía las maletas para abandonar el domicilio, él se cruzaba en la puerta y le «pedía perdón». Finalmente, en septiembre de 2022 se marchó definitivamente a Madrid, aunque se dejó algunos objetos personales, como su ordenador, dentro de la vivienda.
Según ella, el párroco hizo uso del portátil para tratar de averiguar la nueva ubicación de la joven, que habría tenido incluso que bloquearlo en el teléfono, en WhatsApp y en todas sus redes sociales debido a la cantidad de mensajes insistentes que recibía de él para que volviera a Málaga. También contó a los agentes que la encargada le había dicho que un hombre había estado llamando a las cuatro tiendas de la franquicia para la que trabajaba con el fin de averiguar en cuál estaba ella.
La joven presentó otras dos denuncias el 15 de diciembre de 2022 (Alicante) y el 22 de enero de 2023 (Torremolinos), donde expuso que el acoso que sufría consistía en la «obsesión por el control y por conocer todo sobre ella» por parte del sacerdote. La chica mostró su temor por encontrárselo en alguno de los lugares que frecuentaba.
Sin embargo, no fue hasta un mes más tarde cuando reveló por primera vez a las autoridades que habían sido pareja. El 21 de febrero de 2023 acudió a la comisaría de Cartagena -la cuarta denuncia- para informar de que era víctima de violencia de género y que había sufrido malos tratos psíquicos por parte del padre Roberto.
Según desveló entonces, mantuvieron una relación entre marzo y junio de 2021. Cuando rompieron, continuaron residiendo juntos en el mismo domicilio hasta septiembre de 2022. Convivían con otras seis personas, aunque -aseguró ella- ambos seguían compartiendo habitación.
En la comisaría de Cartagena, la mujer refirió dos episodios concretos que, a su juicio, indicarían que el sacerdote la estaba siguiendo. Detalló que días antes se lo había encontrado en las fiestas de Carnaval de Archidona y se dirigió a ella. Y que el 21 de febrero, cuando se hallaba por motivos laborales en Murcia, se percató de que el coche que pasaba junto a ella era el del párroco. Al verlo, sufrió una crisis de ansiedad.
El 23 de febrero, cuando aún se encontraba en Cartagena, la joven acudió nuevamente a comisaría para presentar una ampliación de la denuncia. Según manifestó, el padre Roberto se había puesto en contacto con ella por teléfono y, al parecer, la había hostigado. También contó que estaba recibiendo asistencia psicológica por estos hechos.
La orden de alejamiento
Cinco días después, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Cartagena dictó la orden de alejamiento y ordenó la detención del párroco. La jueza valoró las declaraciones «persistentes» de la denunciante y la afección para su vida: «[...] de hecho, se emociona, llegando a llorar, al contar la sensación de agobio que padece».
También consideró que su versión «se ve corroborada por elementos periféricos», como la declaración de un compañero de trabajo de la joven, quien «pudo ver la reacción de la víctima, que se puso nerviosa al pasar un vehículo», según la documentación del caso.
A su juicio, esos indicios evidencian «la situación de riesgo» de la mujer y «no se desvanecen» por la denuncia formulada por el investigado, «toda vez que es posterior a las presentadas por ella», que aún llegaría a presentar dos denuncias más contra él en Vélez-Málaga en los mismos términos.
Consultada al respecto, la defensa del padre Roberto se limitó a negar «todos» los hechos relatados en las denuncias de la mujer. Su abogado no quiso hacer cualquier otra valoración del caso porque está sub iúdice (sujeto a juicio).
El Obispado se pronunció a última hora de este miércoles e informó de que el párroco no está detenido, sino que «se encuentra de retiro unos días fuera de su pueblo». Añadió que tanto el sacerdote como la señora «se denunciaron mutuamente por acoso», pero «solo le impusieron a él la orden de alejamiento», de cuya existencia desconocía la Diócesis. Según la defensa del cura, no habría quebrantado dicha medida.
El Obispado reconoció que conocía las «desavenencias entre ambas personas», pero alegó que «no podía intervenir» al tratarse de «cuestiones personales entre dos mayores de edad». Y concluyó: «Los hechos se encuentran en fase de investigación; por tanto, hay que esperar a que finalice la instrucción de este procedimiento para hacer una justa valoración«.
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