La familia con una niña de 4 años que fue tiroteada en su casa en Mijas: «Nos despertamos empapados en sangre»
La vivienda ya había sido objeto de una balacera en abril del año pasado, cuando otro inquilino tenía alquilada la propiedad, situada en un bajo
La familia tiroteada mientras dormía en su vivienda, en Mijas, regresó anoche al domicilio en el que vivieron una auténtica película de terror la madrugada ... de este lunes. El incidente con armas de fuego -al parecer, un rifle de perdigones- se saldó con una pareja y su hija de cuatro años, todos de origen paraguayo, herida por los perdigones. «Nos despertamos empapados en sangre y creímos que se trataba de una explosión del aire acondicionado, en ningún momento se nos pasó por la cabeza que alguien nos dispararía; a partir de ahí todo fue sangre, gritos y llantos», explica Manuel (24 años) en declaraciones a SUR. Según mantiene, el «trauma» es tal que, de momento, ni siquiera se atreven a entrar en la habitación en la que ocurrió todo.
Su mujer, Milagros (23 años) fue quien se llevó la peor parte al ser alcanzada por dos de los perdigones en la pierna, aunque su hija, Adyson, y él también sufrieron lesiones debido al roce de los mismos y la pólvora. «Mi pareja está ahora con una silla de rueda que nos dieron y la niña fue alcanzada en el piecito; y yo también estoy mal, con la movilidad afectada, pero tengo que cuidarlas», señala el joven, quien todavía no da crédito al suceso.
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Según explica, los tres dormían en la misma habitación cuando empezó la pesadilla. «Escuchamos una primera explosión y mi mujer fue directa a abrazar a la niña», recuerda. Acto seguido, el segundo y el tercer disparo. «Corrimos los tres hacia el lado contrario de la ventana, estábamos desesperados; yo llevé a mi hija al baño y estábamos todos empapados de sangre», rememora Manuel.
Por suerte, señala, en ese mismo domicilio reside también su hermano, quien dormía en otra habitación y despertó sobresaltado por los disparos. Al ver que la pequeña estaba herida, el hombre la llevó corriendo a un centro sanitario, mientras que el propietario del domicilio, que escuchó los disparos, trasladó a la pareja también de urgencia al ambulatorio. Manuel recuerda que, antes de salir de la casa, ya llegaron las primeras patrullas de la Guardia Civil.
«Nos llevamos un susto tremendo, pero fue peor todavía cuando los agentes nos contaron que había sido un tiroteo», mantiene el hombre. Se da la circunstancia de que ese mismo domicilio ya fue tiroteado en abril del año pasado, tal y como adelantó entonces este medio. En aquel momento, era otro varón quien tenía alquilada dicha propiedad, que todavía no había sido reformada para que funcionara como vivienda. Al parecer, la Guardia Civil sospecha que aquel inquilino sería el verdadero objetivo de los tiradores, quienes probablemente desconocían que en su interior residía una familia.
Y lo peor, explica Manuel, no es lo que les ha tocado vivir, sino lo que viene a continuación. El hombre, que se dedica a la obra, se encuentra impedido para trabajar. Su mujer, que trabaja como cuidadora y limpiadora, también. Y la familia se encontraba a las puertas de empezar a arreglar su situación residencial, para lo que necesitaba un contrato laboral. «Yo llevo aquí tres años, porque llegué antes que ella, y me ha cogido todo esto en el peor momento porque sin un empleo y un contrato todo se complica mucho más», detalla abatido.
A ello se suma que la familia está desesperada por salir cuanto antes de ese domicilio, ya que temen que los autores de los disparos puedan regresar en cualquier momento. «Eso es lo primero que queremos hacer, pero los precios están imposibles; ahora mismo estamos durmiendo en la habitación de mi hermano porque la nuestra no la queremos ni ver», sostiene Manuel.
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