Sucesos Málaga | Caso Sibora

La policía encontró un cofre con arroz y una foto de Sibora en el falso techo del ático de Torremolinos

Pese a que taladraron todas las paredes de la vivienda, no lograron detectar restos humanos o alguna anomalía. Sin embargo, la otra inspección, el clásico registro, sí que dio con un hallazgo sorprendente: los agentes descubrieron un pequeño cofre con arroz y una foto de Sibora escondidos en el falso techo del cuarto de baño del ático, que ahora ocupa otra pareja completamente ajena a la víctima y a Marco.

Los investigadores no han encontrado una explicación al hallazgo, que parece responder a la obsesión que el italiano tenía con la joven. Podría tratarse de un 'amarre', una especie de hechizo de amor, aunque sólo él lo sabe. El crimen -Sibora murió apuñalada por la espalda- se habría producido en julio de 2014 después de que ella decidiera poner fin a la relación. Paula, la última pareja de Marco, fue asesinada en mayo, después de romper con él, también con un cuchillo y por la espalda.

La pétrea muralla tras la que se escondía Marco -y su pasado- empezó a desmoronarse el 17 de mayo, cuando mató a Paula en el apartamento que ambos habían compartido y del que ella quería que se marchase. Ese día, el italiano la citó allí con la excusa de que ya había cobrado el finiquito, algo que, como la policía comprobó después, era falso.

Tras el asesinato, huyó de la vivienda y permaneció seis horas escondiéndose por Torremolinos. A las 17.15 horas, un patrulla de la Policía Local encontró a Marco forzando una puerta de madera que daba acceso al conjunto residencial Anémonas. «¡Tírese al suelo!», le ordenaron al verlo. El hombre hizo caso omiso, por lo que tuvieron que reducirlo con ayuda de sus compañeros de comisaría.

Mientras lo cacheaban, Marco soltó un par de frases sueltas que son, hoy por hoy, lo más parecido a una confesión sobre el crimen de Paula. «He metido bien la pata, se me ha ido la cabeza. He metido la pata, he metido la pata…», le escucharon decir los policías.

No sería la última manifestación espontánea que realizaría el italiano antes de ingresar en prisión. En comisaría, los investigadores del Grupo de Homicidios intentaron interrogarlo por el asesinato de Paula y consolidar el amago de confesión que había hecho al ser detenido. Pero Marco se acogió a su derecho a no declarar.

Sin embargo, cuando pasó junto a un tablón en el que se exhiben fotos de desaparecidos, Marco hizo una afirmación que conectó el presente con una historia del pasado. «Quiero colaborar porque esto me va a perseguir siempre, como lo de Marta del Castillo». Marco pronunció esa frase después de ver la imagen de Sibora.

De forma espontánea, según la policía, añadió: «Sibora está cerca, en el Calvario, en una casa, enterrada en una pared. Vamos, que os llevo allí», continuó relatando a los policías, que le pidieron algo más de concreción. «En la vivienda de García de la Serna, en el ático donde viví con ella. Nos peleamos y me pasé con ella», manifestó literalmente.

El pasado 6 de junio, tras detectar que la disposición de las baldosas del ático no coincidían, y utilizando un novedoso sistema de rayos X, la policía encontró un habitáculo de obra construido por Marco en el piso, donde ocultaba una caja de madera. Dentro, hallaron un cadáver de mujer con heridas de arma blanca. Todo apunta que se trata de Sibora, aunque aún se está a la espera de las pruebas de ADN para confirmarlo.

Ahora, la policía italiana revisa, por protocolo, los casos de mujeres desaparecidas en Nettuno -ciudad del área metropolitana de Roma- y sus alrededores en las fechas en que Marco aún no se había mudado a España y residía en su país natal. De hecho, los Carabinieri han solicitado a la Comisaría Provincial que les amplíen la información existente para seguir indagando en otras líneas de investigación.