Las claves del crimen de Estepona: un cadáver sin identificar y varios robos en fincas de la zona

El cuerpo sin vida de la víctima fue localizado este domingo, 13 de octubre, por los propietarios de una finca, que fueron quienes dieron aviso a la Policía. La llamada se produjo sobre las 13.00 horas. Al parecer, fue encontrado entre restos de basura y botellas de alcohol cuando ya no se podía hacer nada por salvarlo. Había perdido muchísima sangre. Según las fuentes, todo apunta a que, además del corte en el cuello, pudo recibir una paliza en la que se utilizó algún tipo de instrumento contundente, como una pala.

El fallecido, tal y como informó la Policía Nacional, no guardaría relación con la propiedad junto a la que se encontraba. No obstante, se sospecha que podría estar vinculado con algunos de los robos que, al parecer, se habían producido por esa zona de campo. En este sentido, la principal hipótesis se orientaría a un posible desencuentro previo por el reparto de un botín como móvil de la muerte violenta.

Las pesquisas, no obstante, se encuentran en una fase incipiente, por lo que los agentes continúan trabajando en distintas líneas de investigación. De hecho, tampoco se descarta que el perjudicado fuera trasladado hasta el lugar en el que se halló su cadáver desde otro sitio, siempre según las fuentes.

La víctima, al parecer, tampoco llevaba documentación encima. Se sospecha que podría tratarse de un hombre de mediana edad y de origen magrebí, aunque este extremo tampoco se ha podido confirmar hasta el momento. Este lunes estaba prevista la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Málaga, que puede ser clave para aportar algunas respuestas para la investigación, que continúa abierta.

Salvando las distancias, se trata de la segunda muerte violenta que se produce en lo que va de año en Estepona. La anterior se produjo a primera hora del 12 de agosto en un chalé de lujo en el que, al parecer, se estaba celebrando una fiesta clandestina, donde la Policía Nacional halló el cadáver de un varón con al menos una herida de bala. Todo apunta a que recibió un tiro por la espalda.

Aquella mañana, los vecinos dieron aviso a los servicios de Emergencias porque, según dijeron, se habían escuchado varios disparos. Al cabo de unas semanas, los agentes lograron revelar su auténtica identidad, ya que fue localizado con un pasaporte falso en el que se indicaba que era un ciudadano belga de 34 años. En realidad, era de origen serbio.

La mansión donde ocurrieron estaba okupada y, al parecer, en el pasado habría sido propiedad de un futbolista. En ella se instaló con su pareja un hombre que, según vecinos, organizaba fiestas clandestinas que se iniciaban al cierre de las discotecas, es decir, a primera hora de la mañana.