Asalto a un taxista de Antequera: «Aquí te pego yo un tiro»

Sucedió unos minutos antes de las ocho de la mañana. Era el primer servicio que le salía a Mario (nombre ficticio), que acudió a la dirección que le facilitaron por teléfono. Según explica la víctima, estuvo unos minutos en el lugar, pero nadie aparecía. «Ya estaba a punto de irme cuando esta persona abrió la puerta y se sentó en el asiento del copiloto, muy alterada», relata.

A continuación, el asaltante le reprochó que un taxista le había robado su móvil, en actitud muy violenta, de lo que supuestamente culpó también al conductor. Mario intentó tranquilizarlo porque sospechaba que estaría bajo los efectos de alguna sustancia, pero fue en vano. «Yo traté de hablar con él, diciéndole que cómo iba a ser yo si me acababa de levantar», detalla. Fue entonces cuando le colocó supuestamente un arma en la cabeza, al tiempo que le decía: «Aquí te pego yo un tiro».

El perjudicado, que ya estaba conduciendo, no se atrevió a apartar la mirada de la carretera. «De refilón vi que parecía un arma casera, de tipo recortada», cuenta. Con toda la calma posible, Mario le convenció de que iba a llamar a un compañero por si alguien había encontrado su móvil. Así, se citó con el otro taxista en la zona de La Alameda, a escasos metros del cuartel de la Guardia Civil.

«Allí empezó a decirnos que le teníamos que dar cien euros cada uno», explica, tras lo que Mario le entregó el dinero que llevaba, aunque la cantidad era menor. Entre tanto, trató de hacer señas a los agentes que estaban en las inmediaciones de las dependencias, aunque no llegaron a percatarse del aviso. «Al final el hombre se dio cuenta de que estábamos muy cerca del cuartel y ya me dijo que nos fuéramos de ahí, alteradísimo», manifiesta.

Lo surrealista del asunto es que el taxista, finalmente, convenció al hombre para dejarlo en el mismo punto en el que lo había recogido. «Le dije que le iba a encontrar el móvil y se fue dándome las gracias, hasta un apretón de manos», expone. Al parecer, ese mismo cliente había estado la noche anterior pidiendo desplazamientos en taxi, sin abonar las carreras a los profesionales. Y nada más apearse del turismo, volvió a pedir un servicio. «Yo rápidamente avisé a los compañeros para que no les pasara lo mismo», señala Mario.

Los hechos, según han confirmado las fuentes, han dado lugar a una investigación por parte del Cuerpo Nacional de Policía. De momento, no constan detenciones.