Niños y resfriados: desmontando mitos sobre síntomas y tratamientos
En qué consiste un catarro, por qué se produce y, sobre todo, las verdades y mentiras sobre la administración de antibióticos y mucolíticos
Pues sí, estamos en otoño y que el invierno acecha y eso no puede significar otra cosa que cubos de mocos, sintonías de toses y ... picos de fiebre… Se abre un espacio de 3 ó 4 meses en los que los padres tendrán la sensación de vivir un día de la marmota «especial mocos» que parece que se repetirá eternamente o como mínimo un cuatrimestre.
Este texto lo escribo para mostraros apoyo y comprensión (aquí uno preferirá palmadita en la espalda, otro quizá un abrazo…) y segundo para explicaros un poco en qué consiste un catarro, por qué se produce, cuales son sus síntomas y sobre todo cuál es su tratamiento (verdades y mentiras sobre antibióticos y mucolíticos).
Espero que os sea de ayuda y que al menos logre paliar en parte la ansiedad de los padres cuando de repente son de nuevo las 3 de la mañana y no falta pico de fiebre y cubo de mocos.
¿Qué es un catarro?
Catarro, resfriado común, rinofaringitis, catarro de vías altas, infección respiratoria de tracto superior o infección respiratoria de vías altas… Miles de millones de nombres para decir lo mismo: mocos y tos, dolor de garganta y a veces fiebre.
Esta es la causa más frecuente de consulta en atención primaria, y en urgencias hospitalarias. Son muy frecuentes en los primeros años de vida, hablamos de 8 a 10 catarros que suelen concentrarse en la época de otoño-invierno, aunque a menudo este número aumenta considerablemente si el niño acude a la guardería.
¿Por qué me resfrío? Verdaderos culpables
Aquí tendremos que pedir perdón a las bebidas frías, los helados, la piscina y las corrientes de aire, porque ellas no tienen la culpa de que nos resfriemos. Los catarros son enfermedades infecciosas virales en las que hay implicados muy diferentes tipos de virus y que por ello requieren contacto con una persona infectada o con objetos infectados (llamados fómites). Uno de los virus más frecuentemente implicado en esta patología es el rinovirus, se transmite mediante secreciones nasales (estornuda cerca de mí, me toca con las manos sucias, me cae saliva de una tos…). Este virus permanece hasta 2 horas vivo y preparado para infectar sobre las manos de los pacientes y varios días sobre superficies inanimadas (por ejemplo si un niño estornudó sobre una mesa, ahí acampa el rinovirus esperando su próxima víctima). Parece lógico pensar que el lavado de manos es un arma indispensable en esta batalla contra el resfriado, y de igual manera entendemos que la guardería es un lugar de guerra continua.
¿Qué ocurre, cuáles son los síntomas?
El virus invade las mucosas y allí se inicia una lucha en la que el cuerpo se arma mediante diferentes señales químicas que acabarán provocando inflamación, edema y obstrucción nasal. Se segrega moco a diferentes niveles (nariz, boca, oídos, epitelio bronquial…) y se produce tos (como mecanismo para movilizar ese moco). Pueden además aparecer otros síntomas como dolor de garganta, de oídos, estornudos, secreciones oculares aumentadas (legañas), o la temida fiebre.
Esta clínica suele durar 7-10 días (14-15 días también son normales) aunque, como señalamos al principio, creeréis que es un continuo infinito en el que ni un solo día ha estado sin mocos. Sin embargo, al pensarlo detenidamente, puede ser que nunca haya estado completamente «limpio» de mocos, pero sí que ha tenido períodos de mejoría antes del nuevo empeoramiento.Esto no va a ser fácil…
Tratamiento del catarro
Ningún fármaco anticatarral ha demostrado eficacia en menores de 7 años. En menores de 2 años pueden presentar efectos adversos graves y su uso está desaconsejado.
Los enemigos a batir
1. Mocos
2. Tos
3. Dolor de garganta
4. Estornudos, lagrimeo, congestión ocular
5. Fiebre
Mocos
Inevitables mocos
Respecto a los mocos, existen multitud de jarabes mucolíticos que prometen combatir la rinorrea y sin embargo, son del todo inútiles en el 99% de los casos. El moco de los niños suele ser líquido y simplemente el hidratarlos bien (dar agua) facilita la eliminación del mismo. Y aquí la mayoría decís: «Mi niño es que no los expulsa». Hay un moco evidente, que cae de la nariz, que veis y que podéis retirar con lavados nasales, y otro que gotea tras a nariz, directo a la garganta y que por más que queráis no podéis eliminar. Este moco el niño lo tose (la tos es nuestra amiga) y se le viene a la boca (las consabidas «balsas de mocos») y o bien acaba vomitando o bien se lo traga y cuando es muy abundante podemos verlo en las cacas, que se vuelven más blandas y mucosas.
En conclusión, nada de jarabes para los mocos. Mucha agua y mucho lavado nasal (ahí es donde muchos fallan, «Es que el niño se enfada…») lavados antes de cada comida y antes de dormir.
La tos
Antes dije «la tos es nuestra amiga» y así es mientras sea una tos húmeda (de flemas) ese moco lo está arrancando, lo está moviendo gracias al mecanismo de la tos. Por tanto, no demos nada para cortarla. No hay eficacia demostrada en menores de 7 años de ningún antitusivo de los que existen en el mercado; y sí efectos adversos sobre todo en menores de 2 años. De hecho la mayoría pondrá en el prospecto «No recomendado en menores de 2 años» así que… ¡No lo uséis!
Dolor de garganta
El dolor de garganta es muy frecuente en los niños más mayores como síntoma de inicio de catarro. Cuando es muy intenso, podemos dar algún antiinflamatrio (ibuprofeno, Dalsy para los amigos). Pero no abusemos de él, ¡solo si hay dolor intenso!
Otros síntomas
Estornudos, lagrimeo y congestión ocular… Lavados nasales, y lavados del ojo con suero fisiológico. Solo si el ojo se pone muy rojo, o si la legaña cambia a amarilla verdosa y muy espesa merece la pena volver a valorarlo por si ha habido una sobreinfección y se precisa algún colirio (cosa que ocurre rara vez)
Fiebre
¡Tiene fiebre! Y aquí los padres tiemblan porque nadie les explicó que la fiebre es un mecanismo de defensa, un arma más. Aquí estamos en guerra y el cuerpo reacciona. ¡Los bichos esos se mueren con las temperaturas altas y trata de matarlos! La fiebre es muy frecuente sobre todo entre los 3 meses y los 3 años de vida y a menudo antecede al resto de síntomas. Es posible que si se acude muy pronto a urgencias o a la consulta por fiebre, el foco aún no esté claro y sea unas horas después cuando empiece el catarro.
La fiebre se sucederá en picos más o menos frecuentes y por supuesto durará varios días, habitualmente entre 3 y 5. Bajará con el antitérmico y después subirá de nuevo. Cuando haya fiebre (38º), daremos paracetamol.
Es normal tener fiebre, los virus dan fiebre. no es necesario tener una bacteria para que la temperatura suba. Lo normal en las fiebres virales es que la temperatura oscile entre 38-39º, más por la tarde-noche, que ceda con el antitérmico y que el niño mantenga un buen estado general fuera del pico febril.
¿Qué hacemos cuando el niño este resfriado?
En pediatría, la respuesta tiene que ver primeramente con la edad. Si estamos hablando de un lactante menor de 3 meses lo ideal es que sea valorado pronto, mucho más aún si tiene fiebre, porque la fiebre en el menor de 3 meses es una urgencia. Los más pequeños pueden generalizar antes una infección y pueden presentar síntomas más graves o incómodos.
Si el niño es mayor de tres meses y está sin fiebre, no hay que correr a urgencias, pero no estaría mal que su pediatra lo viese en consulta. En cualquier edad una fiebre de 40º obliga a valoración pronta.
¿Y si se 'baja al pecho'?
Esta frase la dicen mucho los padres, aunque la mayoría no entiende exactamente qué es eso de «bajarse al pecho». Es el miedo a la niña de la curva, sin entender en realidad en qué consiste el tema. En general existen diferentes áreas en las que puede hacer daño el resfriado común y a partir de ahí diferentes complicaciones.
1. Catarro de vías altas: boca-nariz-oído, esto ocurrirá en el 90% de los casos. Mucho moco, tos de mocos, mocos en los oídos, con o sin fiebre, con o sin dolor de garganta… Tratamiento: agua y lavados nasales
2. A nivel de laringe: Laringitis. Nuestro hijo parece una bocina de coche antiguo al toser y está afónico.
3. Bronquios: El famoso «bajarse al pecho», «los pitos». Se cierra el bronquio de pequeño calibre (bronquiolos) y aparece la bronquitis o bronquiolitis. Estos pitos son audibles con fonendoscopio y solo en casos extremos sin fonendo, así que es muy infrecuente que los padres puedan escucharlos. Sí se pueden notar signos indirectos de la misma: se acelera la respiración y el niño dá «barrigazos», fracciona de las costillas, rechaza el alimento… Esto sí es una urgencia.
4. Pulmón: neumonía. El moco acampa en el pulmón y se sobreinfecta. Aparece normalmente fiebre alta y mal estado general.
Así, hay que ir a consulta del pediatra, pero sin correr, salvo: fiebre de 40º, mal estado general o dificultad respiratoria de vías bajas.
¿Cuándo debo volver a consulta?
Siempre que el pediatra lo indique y siempre que aparezca fiebre (si antes no había) o reinicia fiebre después de un período afebril (48 o 72h sin fiebre y luego reaparece)
Ante la duda, hay que acudir al pediatra preferentemente o a urgencias si no fuese posible ir a consulta. Esto solo pretende ser informativo para ayudar a entender qué es un catarro, pero cuando un niño está enfermo, si hay dudas, siempre hay que acudir al médico.
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