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Coronavirus: Células T: ¿la llave de la inmunidad frente a ómicron?
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Células T: ¿la llave de la inmunidad frente a ómicron?

Una investigación publicada en la revista científica 'Nature Communications' analiza cómo su presencia en el momento de la exposición al SARS-CoV-2 influye en que una persona se infecte

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Lunes, 17 de enero 2022, 10:51

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Células T. Puede que al común de los mortales les suelen a chino. Pero la Ciencia las tiene en el punto de mira. Y es que diversos estudios apuntan a que dichas células podrían ser la llave de la inmunidad frente al imparable avance de la variante ómicron. Las personas con niveles altos de células T procedentes de los coronavirus que causan los resfriados comunes tienen menos probabilidades de infectarse con el SARS-CoV-2, según apunta una investigación publicada en la revista científica 'Nature Communications' y dirigida por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido). Dicho informe analiza por primera vez cómo la presencia de estas células en el momento de la exposición al SARS-CoV-2 influye en que una persona se infecte.

Los investigadores afirman que sus hallazgos proporcionan un modelo para una vacuna universal de segunda generación que podría prevenir la infección por las variantes actuales y futuras del SARS-CoV-2, incluida ómicron. «La exposición al virus del SRAS-CoV-2 no siempre da lugar a la infección, y hemos querido entender por qué. Hemos descubierto que los altos niveles de células T preexistentes, creadas por el organismo cuando se infecta con otros coronavirus humanos como el resfriado común, pueden proteger contra la infección con el virus de la COVID-19. Aunque se trata de un descubrimiento importante, es sólo una forma de protección, y me gustaría subrayar que la mejor manera de protegerse contra la COVID-19 es estar completamente vacunado, incluyendo la dosis de refuerzo», ha comentado la doctora Rhia Kundu, primera autora del estudio, del Instituto Nacional del Corazón y los Pulmones del Imperial College de Londres.

El estudio comenzó en septiembre de 2020, cuando la mayoría de las personas en Reino Unido no se habían infectado ni vacunado contra el SARS-CoV-2. Incluyó a 52 personas que vivían con alguien con una infección de SARS-CoV-2 confirmada por PCR y que, por tanto, habían estado expuestas al virus. Los participantes se sometieron a pruebas al principio y 4 y 7 días después, para determinar si habían desarrollado una infección.

Se tomaron muestras de sangre de los 52 participantes entre 1 y 6 días después de que se expusieran al virus. Esto permitió a los investigadores analizar los niveles de células T preexistentes inducidas por infecciones previas de coronavirus del resfriado común que también reconocen de forma cruzada las proteínas del SARS-CoV-2. Los investigadores descubrieron que había niveles significativamente más altos de estas células T de reacción cruzada en las 26 personas que no se infectaron, en comparación con las que sí. Estas células T se dirigieron a las proteínas internas del virus del SRAS-CoV-2, en lugar de a la proteína de la espiga de la superficie, para protegerse de la infección.

Los investigadores defienden que, junto con las vacunas contra la proteína de la espiga que ya existen, estas proteínas internas ofrecen una nueva diana vacunal que podría proporcionar una protección duradera, ya que las respuestas de las células T persisten durante más tiempo que las de los anticuerpos, que disminuyen a los pocos meses de la vacunación. «Nuestro estudio proporciona la prueba más clara hasta la fecha de que las células T inducidas por los coronavirus del resfriado común desempeñan un papel protector contra la infección por el SARS-CoV-2. Estas células T proporcionan protección atacando las proteínas del interior del virus, en lugar de la proteína de pico de su superficie. La proteína espiga está sometida a una intensa presión inmunitaria por parte de los anticuerpos inducidos por la vacuna, lo que impulsa la evolución de los mutantes de escape. En cambio, las proteínas internas a las que se dirigen las células T protectoras que hemos identificado mutan mucho menos. En consecuencia, están muy conservadas entre las distintas variantes del SARS-CoV-2, incluida la ómicron. Por tanto, las nuevas vacunas que incluyan estas proteínas internas conservadas inducirían respuestas de células T ampliamente protectoras que deberían proteger contra las variantes actuales y futuras del SARS-CoV-2», insiste el profesor Ajit Lalvani, autor principal del estudio.

Más investigaciones

Y no es el primer estudio reciente que pone en valor el papel de estas células T. Una investigación de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (China) y la Universidad de Melbourne (Australia) también sugería que las células T, una de las defensas clave del cuerpo contra la COVID-19, son efectivas para generar una respuesta inmune contra Ómicron.

El estudio, publicado en la revista 'Virus', analizó más de 1.500 fragmentos de proteínas virales del SARS-CoV-2, llamadas epítopos. Los hallazgos del equipo sugieren que es poco probable que Ómicron pueda evadir las células T, lo que se suma a un creciente cuerpo de evidencia de grupos de investigación de todo el mundo que también están investigando las respuestas de dichas células al COVID-19.

«A pesar de ser un estudio preliminar, creemos que es una noticia positiva. Incluso si Ómicron, o alguna otra variante para el caso, puede escapar potencialmente de los anticuerpos, aún se puede esperar que una respuesta robusta de las células T ofrezca protección y ayude a prevenir enfermedades importantes», comentó el co-director de la investigación, Matthew Mckay.

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