Nuevos datos sobre los residuos tóxicos encontrados en un aditivo usado en los helados

El uso del óxido de etileno en el ámbito alimentario está prohibido en la UE ya que se trata de una sustancia clasificada como «mutagénica, carcinogénica y tóxica para la reproducción», detalla la Aesan.

Ahora, la Comisión Europea, tras mantener tres reuniones con los responsables designados de los Estados miembros junto con los expertos europeos de residuos de plaguicidas y aditivos alimentarios, ha consensuado con todos los países de la UE que para todos los lotes del añadido alimenticio en el que se había encontrado residuos de óxido de etileno, así como todos los productos elaborados con dicho aditivo «deben ser considerados como no seguros ni aptos para su consumo».

La Comisión Europea considera que no se puede definir un nivel seguro de exposición para la población y que, por lo tanto, «cualquier nivel al que puedan estar expuestos presenta un riesgo potencial».

Por ello, vuelve a solicitar a los operadores alimentarios que hayan comercializado dichos productos en el mercado de la UE que los retiren del mercado y, en su caso, también se proceda a recuperarlos de los consumidores «para garantizar un alto nivel de protección de la salud».

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) señala que, desde que se conoció estar alerta alimentaria el pasado mes de junio, en España se inició la retirada del aditivo contaminado, así como la inmovilización de los productos fabricados con el mismo, principalmente helados. No obstante, indica que, tras la emisión de este criterio común europeo, «todos los productos elaborados a partir del aditivo contaminado están siendo retirados de forma inmediata» y recuerda a las empresas alimentarias que, en cumplimiento de la legislación alimentaria, deben retirar de la cadena de comercialización todos los productos en los que se haya utilizado este añadido.

El óxido de etileno a temperatura ambiente es un gas incoloro, inflamable y de olor dulce que se usa casi exclusivamente en la industria no alimentaria, como materia prima para la elaboración de productos químicos orgánicos: etilenglicol, detergentes no iónicos, fibras de poliéster, anticongelantes... Otros usos son como antiemulsionante del petróleo, disolvente y propulsor de cohetes.

En cuanto a los efectos que puede tener sobre la salud, la Aesan explica que está clasificado como un «posible mutágeno, posible carcinógeno y posible tóxico para la reproducción». Esta es la razón por la que está prohibido su uso en la UE desde hace más de 20 años. De hecho, el óxido de etileno no se encuentra autorizado en la Unión Europea como producto fitosanitario desde principios de los 90, por lo que no se puede emplear para la desinfección de los productos de origen vegetal.

A pesar de estar prohibido en la UE, a raís de este incidente, la Aesan señala que se ha constatado que el óxido de etileno podría estar presente en materias primas de origen vegetal procedentes de terceros países destinadas a consumo humano directo, o que son utilizadas como ingredientes en la fabricación de diferentes productos alimenticios o, a su vez, como materia prima para la elaboración de dichos ingredientes.