¿Para qué sirve y cómo se utiliza un desfibrilador portátil?
Te explicamos las claves para saber cómo ha de usarse un DEA ante una parada cardiorrespiratoria
jon a. sedano
Viernes, 24 de marzo 2017, 00:51
El martes una estudiante de Márketing de Mercados de la Facultad de Comercio y Gestión de la Universidad de Málagafallecía en mitad de clase ... debido a una parada cardiorespiratoria. En la tarde de este jueves un policía nacional intentaba reanimar a un hombre que había sufrido el mismo problema en el paseo de Fuengirola. En ambos sucesos se dio otro hecho similar: muy pocas personas sabían realizar una RCP (reanimación cardiopulmonar) o utilizar un desfibrilador automático portátil, conocido como DEA (Desfibrilador Externo Automático). Este dispositivo administra una descarga eléctrica que puede reanimar el corazón de una persona.
¿Quién puede utilizar un DEA?
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Las Comunidades Autónomas son las encargadas de regular la legislación en torno a los desfibriladores automáticos. En algunas se permite su uso a cualquier persona, sin estar cualificada, mientras que en otras, como Andalucía, se exige que lo utilice el personal sanitario o aquellos que hayan hecho un curso de preparación.
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Aun así, cuando se llame al 112, que es el primer paso, nos indicarán si debemos usarlo o no, pese a no estar autorizados. De hecho, el artículo 20 del Código Penal explica que podemos infringir un deber siempre y cuando el objetivo sea evitar un mal mayor, que en este caso, es salvar la vida de una persona.
Pese a que hay muchos cursos gratuitos al respecto y es necesario que su dominio sea común entre la sociedad, su uso no es nada complicado. Basta con seguir unos simples pasos para lograr marcar una diferencia entre la vida y la muerte de una persona. Los primeros cinco minutos tras una parada cardiorrespiratoria son vitales, por lo que se debe actuar con rapidez y seguridad. Para ello existen proyectos, como Cardiac Rescue Point, que buscan dar a conocer los lugares en los que hay desfibriladores portátiles para uso público. Hay que tener en cuenta que la persona ya ha fallecido, por lo que el intento siempre será para su mejoría.
Primer paso: llamar al 112
Lo primero que hay que hacer si somos testigos de un accidente es llamar al servicio de emergencias, cuyo teléfono gratuito es el 112. De esta forma, mientras atendemos a la víctima, el servicio habrá movilizado ya a las unidades más cercanas.
Segundo paso: verificar que sea una parada
Si estamos ante una persona que parece que ha sufrido una parada cardiorrespitratoria, tenemos que asegurarnos de ello. Si no muestra ninguna reacción ante nuestros gritos, pellizcos o movimientos, pasaremos a verificar su respiración. Para ello hay que hacer el movimiento conocido como maniobra frente-mentón: echar su frente hacia atrás y tirar de la mandibula de abajo hacia arriba y hacia afuera. En ese momento nos acercaremos para ver si escuchamos o sentimos que respira. Si no lo hace, posiblemente está ante una parada.
Tercer paso: conectarle el desfibrilador
Encenderemos el DEA y seguiremos las indicaciones que nos da por audio: descubrir el pecho de la víctima y poner las pegatinas según se muestra en los dibujos. Una vez hecho, el DEA verificará el ritmo cardíaco de la persona y de no tenerlo nos avisará.
Cuarto paso: realizar reanimación cardiopulmonar
Con el DEA conectado y tras su aviso, comenzaremos el masaje cardiopulmonar, que se da en el centro del pecho aproximadamente. Poniendo una mano sobre la otra, con los codos sin flexionar para hacer más presión, daremos 30 compresiones y 2 insuflaciones (comúnmente conocidas como boca a boca).
Quinto paso: descarga del DEA
Una locución del desfibrilador nos avisará de que paremos y nos separemos de la víctima para verificar su ritmo cardiaco y de necesitarlo, comenzará la descarga. La persona hará un movimiento y el DEA nos indicará que sigamos con el proceso si no hay mejoría. Tendremos que repetir esta parte hasta que lleguen los servicios de emergencia.
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