Muere un matrimonio de ancianos con movilidad reducida en un incendio en Valencia

El incendio en la vivienda se declaró hacia las 23.30 horas del lunes, momento en el que se alertó al CICU, que movilizó una unidad del SAMU y dos unidades de Soporte Vital Básico. Por su parte, los Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, concretamente de los parques de Campanar y Oeste, también acudieron al lugar del suceso.

El estallido cerca de la medianoche alertó a los vecinos de que algo no iba bien. «Salimos todos disparados a la calle», narra María González aún presa del pánico en la mañana de este martes. Tras la explosión, muchos residentes salieron de sus casas.

Ya en el rellano, la madre de María empezó a tocar a todos los timbres. A gritar los nombres de los vecinos que faltaban por salir a sus casas. «Cuando oímos la explosión pensamos en si Pepe y Mercedes se habrían salvado», cuenta María.

Entonces llegó una segunda explosión en la vivienda de la pareja y los vecinos ya se temieron lo peor. El matrimonio falleció en el fuego antes de que pudieran rescatarlos.

Mercedes, de 83 años, tenía movilidad reducida. Muchas veces necesitaba de la ayuda de sus vecinos para poder entrar al portal, recuerdan los residentes. A Pepe, de 76 años, lo acababan de operar y todavía no se encontraba muy bien, aseguran los vecinos.

Con lágrimas en los ojos, María González fija la mirada en las cenizas que impregnan los coches aparcados frente a la fachada del edificio. «No eran los típicos vecinos que solo dijeran 'hola y adiós'. María siempre me preguntaba cómo me iba en la carrera. Si necesitabas algo eran los primeros en ayudarte», comparte la joven.

Él era profesor de matemáticas y ella atendía a alumnos con necesidades especiales, afirman los vecinos. «Yo tengo 20 años, los mismos que tiene la finca. Ellos llevaban viviendo aquí toda la vida», dice María.

Las dos hijas del matrimonio acudieron al lugar cuando se desató el fuego. Como suele ser habitual en estos casos, se activó el protocolo Saus con una psicóloga para trasladar la información a los familiares de las víctimas.

Las viviendas colindantes al piso calcinado no tuvieron que ser desalojadas. Los residentes ya habían abandonado sus casas. Esperaron hasta la 1:30 de la madrugada para volver a subir a sus hogares. «No hemos dormido en toda la noche. Va a ser muy raro no volver a ver a Pepe y a Mercedes todos los días», lamenta otra vecina.