Más del 85% de los alumnos de carreras tecnológicas en Andalucía trabajan ya al año de terminar
La tasa de inserción laboral media del conjunto de grados universitarios es del 55%, el mayor alcanzado hasta la fecha
Buenas noticias para los universitarios andaluces y para los que están próximos a serlo: su tasa de inserción laboral está en máximos históricos. Al año ... de terminar los estudios, casi el 58% de los egresados ya se encuentra trabajando, porcentaje que se acerca al 72% cuando pasan cuatro años de la graduación. «Este valor de inserción laboral es el mayor de los alcanzados por cualquier promoción en todas las fechas de referencia», explican desde el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), que acaba de publicar una nueva edición de la estadística 'Inserción laboral de los egresados en universidades públicas de Andalucía' en unas fechas clave para miles de jóvenes que se enfrentan a las pruebas de selectividad y a la elección de carrera.
La inserción laboral ha ido mejorando promoción tras promoción, con algunas excepciones como la provocada por la crisis de la Covid. Así, los estudiantes que egresaron en el curso 2011/2012 (que es el más antiguo que abarca el estudio) tenían una tasa del 41% un año después, frente al 58% de los del curso 2021-2022. Esto quiere decir que en diez años este indicador ha mejorado 17 puntos.
Los porcentajes mencionados representan la media de todas las titulaciones, pero hay diferencias según la rama y el nivel de los estudios elegidos. Así, los másteres y los doctorados tienen un nivel de inserción laboral más alto al año del egreso (63,1% y 63%, respectivamente) que los grados, que se quedan en un 55%. Sin embargo, cuando pasan cuatro años el porcentaje de titulados que están trabajando es mayor entre los que han cursado grados (72.5%) que entre los de máster (701%) y doctorado (68,2%).
La rama TIC, líder en inserción
Pero la mayor variación se observa entre las diferentes ramas de estudio. Si centramos el foco en los ciclos y grados, los alumnos de titulaciones tecnológicas son los que más y mejores oportunidades laborales tienen: al año de terminar, prácticamente el 86% está ya trabajando. La rama de «Salud y servicios sociales» es la segunda con mayor tasa de inserción laboral, con un 77,6%; y la tercera es «Mecánica, electrónica y otra formación técnica; industria y construcción», con un 73,3%. Por encima de la media también se sitúan «Agricultura, Ganadería, Pesca, Silvicultura y Veterinaria», con un 71,7%; y «Servicios», con un 56,8%. Muy próxima al promedio está la rama «Negocios, administración y derecho», con un 55,2%.
Ya por debajo de ese 55% de media se sitúan las demás ramas de estudios: «Educación», con un 42,8%; «Ciencias Sociales, Periodismo y Documentación» con un (41,8%); «Ciencias Naturales, Químicas, Físicas y Matemáticas» (41,5%) y, por último, «Artes, Humanidades y Lenguas» (34,1%). Hay que reseñar que respecto al año pasado, todas las familias han mejorado su tasa de inserción laboral menos la de educación, la de agricultura y la sanitaria.
Es muy recomendable tener en cuenta el nivel de inserción laboral de cada carrera a la hora de enfrentarse a la decisión de qué estudiar. Pero para entender bien los datos hay que que entender las particularidades de las salidas profesionales que tiene cada rama. Por ejemplo, muchos titulados en ciencias desean encaminar su carrera hacia la investigación científica o la docencia, por lo que es normal que al año de graduarse no estén todavía trabajando. Algo similar ocurre con los graduados en Magisterio y demás carreras enfocadas a la enseñanza, cuya principal salida laboral pasa por unas oposiciones. Por otra parte, hay profesiones, como la de abogado, que exigen cursar un máster después de la carrera de Derecho para poder ejercerlas, por lo que para estos titulados el plazo de un año es demasiado corto para medir su nivel de inserción en el mercado laboral.
Las carreras con más salida laboral
Si en lugar de ramas amplias de estudio se analizan ámbitos de estudios más concretos, el ranking de empleabilidad a corto plazo en Andalucía está liderado por Medicina: el 89% de los estudiantes trabajan al año de graduarse. Le siguen Silvicultura (87,8%), Tecnología de Diagnóstico y Tratamiento Médico (86,9%), Desarrollo y Análisis de Aplicaciones y de Software (86,2%) y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (86,2%).
En el otro extremo de la clasificación, con las peores tasas de inserción laboral al año de egresar, están Ciencias de la Vida (20,9%), Lenguas (25%), Filosofía y Ética (25%), Literatura y Lingüística (27,1%) y Bioquímica (30,2%).
Adecuación del puesto de trabajo
Otro indicador interesante que analiza el estudio del IECA es la tasa de adecuación de la cualificación al puesto de trabajo: es decir, el grado de ajuste entre la categoría profesional de la ocupación desempeñada y la competencia profesional del trabajador. En el caso de los egresados universitarios de la promoción 2021-2022 que estaban trabajando al año de obtener su titulación, se observa que su tasa de adecuación es del 50,6%. Esto quiere decir que alrededor de la mitad de los recién titulados trabajan en puestos acordes con su titulación.
También en este aspecto hay grandes diferencias por titulaciones: las del ámbito «Salud y Servicios Sociales» obtienen al año del egreso la mejor tasa de adecuación, que alcanza un 83,9%. También superan una adecuación del 50% los ámbitos de «Mecánica, Electrónica y otra formación técnica, Industria y Construcción»; «Agricultura, Ganadería, Pesca, Silvicultura y Veterinaria»; «Tecnologías de la Información y las Comunicaciones»; y «Ciencias Naturales, Químicas, Físicas y Matemáticas». Por su parte, los egresados del ámbito «Negocios, Administración y Derecho» son los que tienen la tasa de adecuación más baja.
Calidad del empleo
El 64,1% de los titulados universitarios que tenían trabajo al año de graduarse contaban con un contrato de carácter indefinido, en tanto que la contratación temporal afectaba al 35,5%. Sin embargo, esta distribución es desigual entre sexos: el 37,7% de las mujeres egresadas trabajaba con un contrato temporal, frente al 32,1% de los hombres.
Este patrón de desigualdad de género es incluso más acentuado cuando se analiza el tipo de jornada laboral al que está sujeto este colectivo: el 38,1% de las mujeres egresadas con trabajo al año de titularse tenían un contrato a jornada parcial, frente al 22,5% de los hombres.
La posición de desventaja de las mujeres con respecto a los hombres empieza ya por la tasa de inserción laboral, que entre los hombres es del 61,9% al año de egresar, mientras que para las mujeres es del 57,3%. La situación de paro registrado también es más frecuente entre las mujeres (el 9,9%) que entre los hombres (7,9%).
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