Desorientado y sin saber quién es: así pasó su primera noche el detenido por el asesinato en Mocejón

Tras tres días encerrado en los cuarteles de la comandancia de la Guardia Civil en la capital castellanomanchega. El joven de 20 años ha pasado su primera noche en la cárcel toledana y lo ha hecho en el módulo de enfermería tras ser observado por los facultativos de instituciones penitenciarias. «No sabía ni quién era ni dónde estaba» señala ABC.

A la espera del informe forense encargado por la jueza de instrucción para determinar la imputabilidad o no del sospechoso por su discapacidad psíquica, el arrestado, que confesó parcialmente ante la Guardia Civil ser el autor del crimen aunque en sede judicial se negó a declarar, podrá, mientras tanto, entrar en el Programa de Atención a Internos con Enfermedad Mental grave (Paiem).

Una iniciativa presente en la gran mayoría de cárceles españolas para proteger la salud mental de los reclusos. En esta, el presunto asesino del niño de 11 años tendría unas actividades adaptadas y sería atendido por personal especializado, como un médico, una trabajadora social, un educador, una psicóloga y un jurista, además de los funcionarios de prisiones que quieran participar voluntariamente.

Mientras llegan los informes sobre el estado psicológico de J. C. P, los agentes de la Benemérita siguen recopilando las últimas pistas para cerrar la investigación. Las últimas pesquisas se centran en confirmar si el cuchillo puntiagudo de unos 11 centímetros encontrado en la jornada del miércoles cerca de la casa del padre es el arma del crimen. «Los informes biológicos tardarán alrededor de un mes», aseguran fuentes de la investigación.

El jueves, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado eran optimistas y no solo porque el perro del servicio cinológico hallara restos biológicos humanos, había algo más. Este viernes, el análisis preliminar de la Guardia Civil revela que «las heridas encontradas en el cuerpo de Mateo son compatibles con el cuchillo encontrado en Mocejón».

También se analizan las muestras recogidas en la ropa que el acusado llevaba el día del crimen y que metió en la lavadora de la casa de su abuela. A pesar de que en la ropa del presunto autor no se apreciaba sangre a simple vista, el perro del insituto armado también la marcó y los investigadores han decidido enviar muestras al laboratorio del instituto armado. Se trata de las prendas que llevaba el joven detenido el pasado lunes en el momento de su arresto.