Derecho de autor
No quiero que nadie se cuele en casa para robarnos la intimidad. Por si acaso, también apagaré el ordenador
Me pregunta por qué tardo tanto tiempo en terminar unas novelas tan cortas y yo le respondo que además de escribir hago otras cosas. A ... diario realizo las labores del hogar, cuido las plantas y salgo a comprar. También me gusta pasar el rato sin hacer nada, aburrirme soberanamente y fantasear. Me entretengo mirando pájaros y nubes; la puesta de sol y salir la luna. Observo las estrellas. Doy largos paseos. Veo pelis. Leo cuentos y novelas, aunque cada vez menos. La edad me ha vuelto más contemplativo. Supongo que también publico novelas de higos a brevas porque no me apetece cortar una relación que pacientemente he construido y me hace feliz. Me cuesta demasiado trabajo crear un mundo para después abandonarlo a su suerte. Me encariño con los personajes que me han acompañado durante años. Les hago correr aventuras y los llevo de viaje. Así un día y otro día, hasta que el mecanismo de la novela funciona como un reloj. En ocasiones la maquinaria se para, pero enseguida le doy cuerda y vuelve a funcionar. Cuando me plantean preguntas como la que acaban de hacerme, contesto con otra pregunta: ¿Cómo voy a olvidar esta querida novela y meterme en otra historia? Soy un tipo raro, pero no tanto. No tiene ningún sentido romper una relación y empezar otra nueva cuando las cosas van bien. ¿Acaso las parejas compran casas, las amueblan y decoran para después irse a vivir a otro sitio?
Actualmente me encuentro en esta tesitura. Me he tirado ocho años para conformar una gran familia. Entre todos hemos construido un hogar de ensueño donde lo pasamos pipa. Nos sentimos tan a gusto que durante la pandemia nadie ha echado de menos la calle. Una novela es un mundo que permanece encerrado en sí mismo por los siglos de los siglos, como las páginas de un libro. Le damos vueltas y más vueltas, nos recreamos en su lectura, la escuchamos atentamente; pero en el fondo sigue siendo siempre la misma. Donde va uno de los personajes, va el resto. Hoy se cumple el plazo y yo me resisto a entregarla. Lo he hablado con los personajes y coinciden conmigo en aplazar la entrega. Esto es una especie de desahucio. Nadie quiere salir de casa. Ahora que no estamos locos y sabemos lo que queremos no vamos a tirarlo todo por la borda. O sea que he enviado un mensaje a la editorial diciendo que la historia aún no ha terminado y nos hemos quedado tranquilos. A ver qué dicen los otros, yo espero que nos comprendan. De todas formas seré precavido. Esta noche cerraré puertas y ventanas a pesar del calor. No quiero que nadie se cuele en casa para robarnos la intimidad. Por si acaso, también apagaré el ordenador. Nunca se sabe por dónde pueden entrar.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión