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El prototipo de lanzador con el que SpineLaunch está haciendo las primeras pruebas. R. C.
Una honda gigante para satélites

Una honda gigante para satélites

Ingenio. SpinLaunch planea poner en órbita objetos de hasta doscientos kilos con una centrífuga eléctrica para reducir por cuatro el uso de combustible

Iker Cortés

Madrid

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Lunes, 13 de diciembre 2021, 00:10

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Es una de las armas más antiguas y, a la vez, más sofisticadas de la historia de la humanidad. Con dos cuerdas y un receptáculo flexible en el que cargar la munición, la honda lograba lanzar proyectiles contundentes a decenas de metros de distancia, ya fuera para cazar o combatir en la guerra. Tal era su utilidad que su uso se extendió durante toda la Edad Media y llegó a convivir con los primeros cañones.

De la misma forma que a finales del siglo XIX y principios del XX, los científicos imaginaron otros usos para los cohetes más allá del militar, ahora SpineLaunch, una empresa estadounidense afincada en California y con inversores de la talla de Google o Airbus, quiere aprovechar el uso de la fuerza centrífuga para, atención, poner en órbita satélites, reduciendo por cuatro el uso de combustibles fósiles, según calcula la compañía, y por diez el abultado coste de los lanzamientos de cohetes al espacio.

Este sistema de lanzamiento espacial cinético utiliza una centrífuga eléctrica que hace girar el proyectil, con el objeto que se quiere poner en órbita, dentro de una cámara de vacío a velocidades de hasta 8.000 kilómetros por hora, antes de que se libere a través de un tubo de lanzamiento. El prototipo diseñado hasta el momento para experimentar con los lanzamientos suborbitales tiene un tamaño de unos cincuenta metros de altura, similar al de la Estatua de la Libertad de Nueva York, si bien esta versión está a escala de un tercio del sistema definitivo, con el que podría lanzar objetos de hasta doscientos kilos.

Suena a ciencia ficción y, de momento, así es, pero una prueba ejecutada con éxito el pasado 22 de octubre en Spaceport America, la base que la compañía tiene en Nuevo México, logró lanzar un proyectil de 3 metros de largo a varios kilómetros de altura y eso que la centrífuga solo estaba operando al 20% de su potencia máxima. Cabe añadir, sin embargo, que para alcanzar la órbita será necesario el uso de combustible, ya que la idea es que el cohete encienda sus motores cuando supere los 61 kilómetros de altura para alcanzar una velocidad orbital de 28.200 kilómetros por hora. Si la iniciativa tiene éxito, el coste de los lanzamientos podría bajar del medio millón de dólares.

SpineLaunch planea seguir con las pruebas en 2022 y 2023 y comenzar con los lanzamientos espaciales comerciales a partir de 2024. Eso sí, olvídense de viajar al espacio a través de este curioso ingenio. Al fin y al cabo, un objeto que gira a una velocidad de 8.000 kilómetros por hora llega a experimentar fuerzas G superiores a 10.000, mientras que los humanos se desmayan con inusual facilidad con fuerzas 3G y, aunque se han registrado supervivientes de pruebas experimentales y accidentes con picos momentáneos de 46,2G o de 214G, a partir de unos 9G constantes durante unos segundos es difícil seguir con vida.

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