Los toros de Joselito pasan como cohetes por las calles de Pamplona
Un herido por asta de toro y dos traslados por traumas en el segundo encierro de Sanfermines
pablo ojer
Miércoles, 8 de julio 2015, 07:52
A José Miguel Arroyo, Joselito, no le gustaba acudir a torear a Sanfermines. El tamaño de los toros y el ruido que provocaban las peñas ... en el tendido de sol le incomodaban. Sin embargo, esta mañana se han estrenado sus toros en las calles de Pamplona. Seis toros con un tamaño del que no le gustaban cuando era torero, de entre 520 y 585 kilos.
Si por algo pasarán a la historia los toros del Tajo y la Reina, propiedad de Joselito, será por la velocidad de sus morlacos ya que apenas han dejado heridos. Los seis astados han completado el recorrido en tan sólo 2 minutos y 12 segundos, uno de los más rápidos de la historia, y también el encierro de hoy ha sido uno de los más limpios. Tan sólo se ha producido un herido por asta de toro que ha recibido dos puntazos en la pierna y la espalda.
La cogida se ha producido al crearse un pequeño montón en el callejón de entrada a la plaza de toros. Al pasar por encima, uno de los toros ha enganchado al mozo propinándole dos puntazos de los que está siendo intervenido en la enfermería de la propia plaza de toros.
Ha habido, además, dos traslados por traumatismos. Los dos en el tramo de Santo Domingo. Se trata del francés NNO, de 36 años, que ha sufrido policontusiones, aunque de escasa gravedad por lo que nada más entrar en el hospital ha sido dado de alta. El otro trasladado es un joven de Pamplona, de 19 años que sufre un traumatismo costal. Responde a las iniciales MAN y permanece en estado reservado.
Los toros del Tajo y la Reina enseguida han dado muestras de su nobleza. Han recorrido la cuesta de Santo Domingo con absoluta limpieza, muy hermanados y sin fijarse en los mozos que dejaban atrás.
Tan sólo un morlaco se ha caído en la cuesta de la Estafeta fruto precisamente de la velocidad que llevaban, pero enseguida se ha vuelto a unir a la manada, que avanzaba velozmente por la famosa calle pamplonesa dificultando a los mozos aguantar más de unos pocos metros frente a las astas. Apenas se han podido ver carreras bonitas.
De hecho, lo más anecdótico de la carrera ha sido un cabestro que se ha encarado con unos mozos en la cuesta de Santo Domingo que no dejaban de citarle y molestarle. El enfrentamiento se ha saldado sin consecuencias.
Otra circunstancia, nunca vista hasta ahora en los encierros de Pamplona, se ha dado justo al pasar los toros por la calle Estafeta. Los carpinteros encargados del vallado han tenido que abrir un tramo a todo correr para que pudieran entrar dos enormes camiones de bomberos para que atendieran al incendio que se estaba produciendo en una vivienda de la citada calle. El humo del incendio ha hecho que los dos habitantes del piso tuvieran que ser trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra por intoxicación.
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