Ptazeta: «Al principio no era consciente de que me iba a convertir en un referente LGTBI porque me sale de manera natural»

–Acaba de estrenar un nuevo álbum: Gorgona, ¿por qué ha elegido este nombre?

–Se me ocurrió porque la Gorgona lleva girando en torno a mi estética desde que empecé en relación con las serpientes, las medusas.... no quería quitarlo de mí. Por otra parte, ya saqué un álbum, pero siento que este es el primero. Le he dado más cariño. En la parte izquierda de su cuerpo, donde yo tengo la serpiente tatuada, su sangre era un veneno, mientras que la parte derecha era un elixir sanador de ese veneno. Entonces, lo que hemos intentado en este álbum es contrarrestar ese veneno que es el trap, con el elixir que puede ser la parte más comercial.

–En el disco hay rap, reguetón, hip hop… ¿Le gusta que no se pueda etiquetar únicamente dentro de un género musical?

–Me encanta, conjuga con lo que tratamos. En individual es hacer cosas diferentes. No me gusta tanto el reguetón, la de Lucho es más reguetonera, pero me voy al afro. Intento no repetir.

–Se dio a conocer con 'Mami', ¿esperaba el éxito de la canción?

–La verdad es que no. No me lo esperaba para nada. Y menos en la época que fue, al final nos cogió la cuarentena. Parecía imposible al no poder salir de casa para grabar videoclip ni nada. La vida me dejó grabar el de 'Mami' antes de que llegara la pandemia. Tuvimos suerte, la verdad.

–Han pasado cinco años desde ese hit. ¿En qué momento se encuentra?

–Estamos terminando la gira y dándole mucho cariño al álbum. Ya empezamos con las promos. Al final son 21 canciones y me gustaría que ninguna se quedara atrás, tener ese tratamiento para 21 canciones, hay que repartirlo bien y no es cuestión de uno o dos meses de promo, me gustaría estar este año, incluso el año que viene, con la promoción.

–Es una de las pocas canciones dentro de los éxitos de España que se dirige a una persona del mismo sexo que el cantante. ¿Eso le generaba algún tipo de miedo?

–No, al contrario. Siempre lo he escrito de manera natural, es de lo único que puedo escribir. Es mi realidad. Nunca he pensado que alguien me fuera a juzgar por eso. Lo siento de manera súper normal. Me encantraría que la gente lo sintiera igual.

–¿Ha sucedido así, nadie la ha juzgado?

–Siempre hay gente en todos lados… Por ejemplo, en España, entre comillas, estamos un poco más en progreso con estos temas. Siempre hay gente que está de tu lado. En este caso, a mí no me importa. No es una forma de pensar, es 'yo'. Son mis deseos, lo que quiero, lo que siento, lo que soy. No me afecta nada esto.

–¿Siente responsabilidad o algún tipo de presión al estar en un ámbito dominado por hombres siendo una mujer que canta a otras mujeres?

–Pienso que eso me motiva más para decir me voy a meter ahí y, aunque seamos la minoría, que miren para nosotras. Creo que es lo que estamos haciendo. Ahora lo siento más presente en la industria, por ejemplo, Karol G que está rompiendo esquemas y en esa seguimos con todas. Así que, bueno, poco a poco.

–En el nuevo álbum cuenta con la colaboración de Villano Antillano, otro icono LGTBI. ¿Es importante a la hora de colaborar el compromiso social de la otra persona?

–En el caso de Villano Antillano colaboré con ella porque me parece lo máximo. Lo pedí desde que la escuché. Tenía que hacer un tema con ella. Y así fue. Siento que nuestros valores van igual, la siento de buen rollo y me cae bien. Siempre digo que en el momento que una persona me falte el respeto a mí o al medio, que no lleve mis ideales o que vaya en contra de mi filosofía de vida, queda fuera de mi lista de colaboraciones.

–¿Tenía claro desde el principio de su carrera que iba a usar su altavoz público para defender los derechos del colectivo LGTBI y de las mujeres?

–Al principio no era tan consciente. Como te digo, me sale de manera natural, pero ya ha pasado tiempo en mi carrera y la gente me dice que soy referente. Me da respeto esa palabra porque es muy importante. Me quedo flipando cuando me la dicen a mí, pero ya lo entiendo. Una chica, de 50 años y lesbiana, me dijo que ojalá con mi edad hubiera tenido chicas que hubiesen cantado como yo. Ahí me di cuenta que tenía razón.

–El próximo viernes comparte cartel en Selvatic Fest con otras dos mujeres que están rompiendo barreras dentro de la música: Sara Socas y Lia Kali. ¿Siguen faltando mujeres en los festivales?

–Por supuesto. Nosotras siempre estamos en minoría. Ya sea en carteles de festivales u otra vaina. Siento que igualmente hay que darle para adelante. Siento que el problema, que no es un problema es la vida, es que, bajo mi opinión, somos minoría porque nos escucha menos público masculino que a un chico. Entonces, siento que a nosotros lo que nos falta es llegar a ese grupo que no nos está escuchando aunque tampoco nos hace falta para seguir haciendo nuestra música.

–¿Siente que esto va cambiando con los años?

–Creo que es un depende. Siento que estamos progresando poquito a poco, pero siento que la industria puede dar más apoyo. Como mujer artista, creo que todas las mujeres artistas deberíamos ser una piña y llevarlo a otro 'level'. Las únicas que lo podemos llevar a otro 'level' somos nosotras.

–¿Qué sueño tiene en la música?

–Montones. Antes de morirme tengo que hacer un tema con Wiz Khalifa.

–¿Lo ve viable?

–Todo es viable. Lo único es tu mente y creértelo tanto que pase. Creo que en la ley de la atracción, eso fue lo que me trajo hasta aquí. Si una vez lo hice, ¿por qué no lo voy a hacer dos, tres y cuatro veces?